La Moños, la romantización de la miseria | + Historia

De entre todos, sobresale 'La Moños', es decir Dolors Bonella Alcánzar. Una mujer nacida en 1851 con una biografía con tantas sombras que incluso hay dudas de que este sea su verdadero nombre real. De humilde extracción, parece que de joven se ganaba la vida cosiendo y haciendo de criada. A partir de este punto hay varias versiones que intentan explicar por qué una chica nacida en la calle de la Cadena acabó deambulando arriba y abajo de la Rambla con trajes estrafalarios y peinados excéntricos (de ahí el origen de su apodo). Todas las historias que nos han llegado coinciden en apuntar que sufría algún tipo de trastorno mental provocado por un hecho traumático relacionado con su hija de cuatro años. Mientras hay quien sostiene que la criatura habría fallecido atropellada por un carro, otros defienden que la niña -fruto de una relación sentimental con un hijo de casa de alta cuna donde habría servido- le habría sido arrebatada por la familia paterna para evitar el escándalo. Sea como fuere, parece que las circunstancias personales trágicas habrían tenido un efecto devastador para su salud psíquica. Algo absolutamente comprensible después de haber perdido una hija.

Desde finales del siglo XIX se convirtió en un personaje habitual del paisaje humano de la Rambla. Y tanto por su vestuario como por su carácter exageradamente jovial (como si quisiera borrar la pena que la atenazaba por dentro) enseguida fue conocida por todos y empezó a inspirar cuplés y comedias interpretadas en los escenarios del Paral·lel. Muchos intelectuales y escritores del primer tercio del siglo XX le dedicaron alguna línea, especialmente en los años 20. Por ejemplo hace justo un siglo, en 1922, se estrenó una obra de teatro titulada 'La Monyos'.

Cuando murió, en septiembre de 1940, a los 89 años de edad, las crónicas periodísticas que informaron de su funeral pusieron de manifiesto que la despedida fue una demostración de luto colectivo impresionante. Todo el mundo en Barcelona la consideraba parte del alma de la ciudad.

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Ahora bien, la vida de 'La Moños' también pone de manifiesto el proceso de romantización de los personajes marginados, alrededor de los cuales el mundo del arte y las letras a veces les confiere una aureola casi mistificadora. Su caso pone en evidencia la fragilidad de la vida de las mujeres de clase baja. Era tan pintoresca y popular que dio pie a la expresión “ser más conocido que 'La Moños'”; pero, en realidad, nadie se preocupó de aclarar si todo lo que se explicaba de su hija era cierto ni si alguien podía atenderla para intentar mejorar su situación. Por aquel entonces, personas como ella no merecían ninguna consideración ni atención. La duda es saber qué habría ocurrido en caso de haber vivido en el siglo XXI.

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Una película y un musical

A pesar del paso de los años, esta figura sigue presente en el imaginario colectivo. En 1997 la cineasta Mireia Ros la homenajeó con la película 'La Moños', por la que fue nominada al Goya a mejor dirección novel. Y en el 2014, en el Teatre del Raval, de la mano de la directora Empar López, se estrenó un musical homónimo también inspirado en ella.