Apunte

Cuentas y cuentos

Los fondos europeos, que pueden catapultar la recuperación, están ligados a alcanzar reformas como la laboral o de las pensiones

La titular de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, durante la presentación en la Moncloa de las grandes cifras del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2022, aprobados este 7 de octubre de 2021 por el Consejo de Ministros.

La titular de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, durante la presentación en la Moncloa de las grandes cifras del proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2022, aprobados este 7 de octubre de 2021 por el Consejo de Ministros. / EUROPA PRESS / ÓSCAR CAÑAS

Agustí Sala

Agustí Sala

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En una semana en la que el Barça han presentado una 'due dilligence' de las cuentas del club con un agujero patrimonial de 451 millones que tardará al menos cinco años en tapar suenan a música celestial los Presupuestos del Estado para 2022. La verdad es que gracias al chute de los fondos europeos --este año ya lo han sido-- el anteproyecto que entrará la semana que viene en el Congreso de los Diputados está plagado de hipérboles: "el mayor nivel de inversión de la historia", recursos destinados al gasto social sin precedentes... Y es que si los euros que llegarán del fondo 'Next Generation' se usan efectivamente su efecto multiplicador puede dar un enorme impulso a la economía y transformarla.

Aunque de más de 27.000 millones, la Comisión Europea prevé desembolsar unos 18.000 millones, sigue siendo una cantidad respetable que tendrá eco, a su vez, en los presupuestos de la Generalitat. Tanto en un caso como en el otro, las cuentas tendrán que ser objeto de arduas negociaciones en busca de apoyos parlamentarios. En los del Estado, el primer reto se alcanzó con el consenso entre los partidos de la coalición de Gobierno. En la Generalitat no está tan claro que se haya llegado a esa estación y a la siguiente parada, la CUP, será complicada.

Las cuentas del Estado se sustentan en unas previsiones económicas que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ya ha revisado a la baja para este año. Eso genera dudas sobre el cumplimiento, sobretodo de los ingresos que, como el resto de las partidas, carecen de precedentes. El tiempo --la liquidación-- dirá si se han construido a partir de premisas erróneas o excesivamente optimistas. Un Presupuesto es una estimación (ya lo dice la palabra) y al final se producen desvíos al alza o a la baja. El reto será lograr que lleguen todos los fondos europeos previstos para catapultar la recuperación, lo que implicará cumplir reformas, como la laboral o de las pensiones, a las que van ligados. Si no se alcanzan esos hitos comprometidos, entonces sí, las cuentas serán un cuento.

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