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Los porqués de la marea Ayuso

La candidata del PP doblará sus votos al erigirse en alternativa al Gobierno de Sánchez-Podemos

Isabel Díaz Ayuso posa con una botella de agua con su cara impresa durante un acto de campaña celebrado en Pozuelo de Alarcón

Isabel Díaz Ayuso posa con una botella de agua con su cara impresa durante un acto de campaña celebrado en Pozuelo de Alarcón / EFE /J.J. Guillén

Joan Tapia

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La victoria de Isabel Díaz Ayuso no es segura, pero sí lo más probable. La última encuesta de 'El Mundo' dice que PP y Vox sumarán 71 escaños (la mayoría absoluta es 69). Y la del CIS le da a la izquierda, en la mejor hipótesis, 73. Todo puede pasar. Pero un dato de la del CIS de Tezanos es revelador. El 69% cree que ganará el PP y solo el 9% el PSOE. Hay marea Ayuso.  

Pero Ayuso no podrá volver a ser presidenta sin los votos de Vox. Habrá sí subido mucho, pero seguirá igual: presidenta de Madrid. Y sin haber aumentado su periodo de mandato (hasta 2023) y dependiendo no de Cs sino de Vox. ¿Buen negocio?

El resultado está todavía abierto, pero el CIS constata que el 68% cree que ganará el PP mientras que solo el 9% apuesta por el PSOE

A Ayuso nadie le va a poder discutir el gran salto. Del 22% del voto en 2019 al 40% según 'El Mundo' y al 36,7% según el CIS. ¿Por qué? Se merienda a casi todos los electores de Cs (un nutrido 19%) en las autonómicas de 2019. Ahora parece que Cs caerá a menos del 5% y se quedará sin escaños. No es una revolución -en las últimas legislativas las tres derechas ya sumaron el 52% de los votos- sino un trasvase al PP de votos de Cs que cometió el 'pecado' de aliarse con el PSOE en Murcia.

Doblar votos (o casi) es, sin discusión, un éxito. Más cuanto el PP venía de la debacle de las catalanas de febrero (solo 3 diputados de 135) y estaba en muy mal momento por los juicios de Bárcenas. ¿Cuáles son las claves de este éxito? Una es que la mejor defensa es un buen ataque. Ayuso se ha olvidado de las 'patums' del PP y, directa, se ha dirigido contra el Gobierno de Sánchez-Iglesias. No contra Gabilondo o Mónica García. Así sube de escalón, se convierte en martillo del 'sanchismo', y se beneficia del desgaste de un Ejecutivo que ha afrontado el coronavirus (hasta Merkel lo ha notado) y la crisis económica.

Además, para muchos electores de derecha y de centro (la mitad de los madrileños y españoles) un Gobierno socialdemócrata es molesto. Pero el PSOE más Podemos son el infierno. Miguel Ángel Rodríguez le chivó a Ayuso lo de “España me debe una”, por la sonada dimisión de Iglesias. Y en una elección parcial hay tendencia a votar contra el Gobierno. Pase lo que pase, Sánchez seguirá en Moncloa, ¿por qué no aprovechar para propinarle un revolcón o, como mínimo, una patadita en la espinilla?  

Y Sánchez se equivocó tapando a Gabilondo. El duelo era Ayuso-Gabilondo y Sánchez solo debería haber saltado al ruedo al final. Nunca al principio.

También ha sido relevante que Ayuso haya levantado la bandera de castigar menos a la economía, la vida social y los restaurantes que lo ordenado por Sánchez. La crítica -cierta- es que los datos sanitarios de Madrid son peores. Pero no tan peores como para haber generado alarma. Si hubiera habido miedo por la mayor permisividad, los madrileños se habrían sublevado. O habrían empeorado su valoración de Ayuso. 

¿Por qué Madrid está peor que otras comunidades, pero los fallecidos, o internados en las ucis, no son muchos más? Quizás por la suerte, el general que Napoleón apreciaba más en sus nombramientos. Lo irrefutable es que la mitad de los madrileños creen que su presidenta acertó.

Y la actitud menos dura, y sin graves consecuencias, ante la pandemia alimenta el discurso que prima la economía y la libertad personal frente a la disciplina colectiva y el cierre forzoso de la actividad. La coerción del Estado es maligna. Traducido: socialismo o libertad. Y ello refuerza el radicalismo contra los impuestos, otra de sus banderas. 

Y ahí late una lluvia fina que ha captado bien Víctor Lapuente en 'El País' al decir que se ofrece un dulce programa para amplios sectores de las clases medias: 'pack' de impuestos muy bajos y servicios públicos mediocres, pero “suficientes”. Lo de suficientes es opinable, pero Lapuente recurre a Lasquetty: otras comunidades españolas tienen impuestos “mucho” más altos, pero no servicios “mucho” mejores. El problema es otro, pero hay electores que pueden comprarlo, lo relevante a la hora de cazar votos. 

Estas son algunas de las razones por las que Ayuso va a doblar sus resultados el 4 de mayo. La izquierda haría bien en no culpar al “fascismo” y en estudiarlas. Al final el 'todo a la izquierda', aunque solo sea verbal (Calviño pesa más que Iglesias), facilita la reacción del 'todo a la derecha'.  

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