Madrid, caos y gresca política

Con la población de Madrid encerrada en casa, porque la borrasca 'Filomena' y el desplome de las temperaturas han convertido la ciudad en un glaciar intransitable, a la oposición se le están viendo las ganas de enzarzarse en una nueva bronca contra el Gobierno central al que trata de atribuir toda la responsabilidad en el caos de la capital. Que si no atendieron a las previsiones, que si Pedro Sánchez estuvo desaparecido durante el temporal, que si la ayuda del Ejecutivo central llegó “tarde y mal”, que si el ministro Grande-Marlaska se precipitó al decir que Madrid no reúne las condiciones para ser declarada zona catastrófica.

Las críticas, en esta ocasión, están llegando desde la calle de Génova y en ellas, de momento, no participan ni el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, más preocupado esta vez por intentar resolver lo que ocurre en la ciudad que por la portavocía nacional del PP, ni la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, que ha optado por un perfil bajo para que, en un territorio con tan poca conciencia autonómica, el foco se ponga en el Gobierno central y no en el suyo. Porque la tendencia aquí es atribuir a la Moncloa todo lo malo que pasa en Madrid. Dicen que si Ayuso apareció, por fin, el domingo por la noche fue para contrarrestar el protagonismo del alcalde, con quien se disputa el liderazgo del PP madrileño.

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Mientras el transporte público, salvo el metro, sigue paralizado, el acceso a las urgencias hospitalarias se hace gracias a la UME y a voluntarios con coches cuatro por cuatro, cuando aún no se ha restablecido el abastecimiento a los supermercados ni se han recogido las basuras desde el jueves, en este momento en que recuperar la normalidad —aunque sea la nueva— exige una colaboración ejemplar de las tres administraciones y una autocrítica conjunta, a la derecha le parece la ocasión propicia para la gresca política. El PP sabe que Madrid es territorio fácil para obtener réditos electorales atacando a Sánchez y no parece dispuesto a deja pasar la oportunidad.