Virus y política

El coronavirus salva al 'procés'

El independentismo ha encontrado algo mejor que un triunfo, ha tropezado con una coartada

TORRA

TORRA / periodico

Matías Vallés

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Este artículo iba a titularse ‘El coronavirus hunde al 'procés'’. Sin embargo, el exceso de bibliografía en este sentido enterrador obligó a concederle al asunto algunos segundos de reflexión adicional, hasta concluir que en realidad ‘El coronavirus salva al procés’. O lo salva de hundirse, porque el independentismo ha encontrado algo mejor que un triunfo, ha tropezado con una coartada. No habrá sido derrotado por la policía patriótica, sino por un virus apátrida que ha roto la inercia del soberanismo al insertarlo en la senda reformista trazada en el iluminador y excelente 'Oriol Junqueras. Fins que siguem lliures' de Sergi Sol.

Suele acusarse de un encono irredimible a la política catalana, por no hablar de la española. Es falso, y la identidad genética compartida se extiende incluso al contagio por fortuna asintomático que han padecido los sumos dirigentes del independentismo 'soft' o 'hardcore'. Ni el coronavirus ha distinguido entre sus ADN. Curiosamente, el <strong>'president' Torra </strong>nombrado siempre a regañadientes quedó inmunizado en marzo. Cuando Artur Mas se muestra hoy “empipado”, es fácil adivinar en la irritación sus celos hacia el sucesor zarandeado por todas las tormentas. Peor está Ciudadanos, claro, otro síntoma de que el 'procés' se ha salvado gracias a la voladura controlada que propicia la pandemia.

En una superposición de pasado y porvenir digna de Tenet, los enemigos Junqueras Puigdemont padecen cárcel y exilio por haber cumplido al milímetro las instrucciones de sus votantes, sin duda el mayor crimen en que puede incurrir un político. Ahora proclaman como en la película de Christopher Nolan que “el futuro nos ha declarado la guerra”. Un enemigo tan letal como invisible le ha propinado un 'electroshock' a la actualidad, facilitando la adaptación de ambos líderes a la nueva realidad. El marcador vuelve a cero, como la asistencia a la Diada seminal. El soberanismo arrasará en las elecciones haciendo lo contrario de lo que predicaba. Se trataba de ser independentistas, no independientes.