NOVEDAD EDITORIAL

Sergi Sol, el látigo 'indepe' de los hiperventilados

Sergi Sol

Sergi Sol / DANNY CAMINAL

Xabi Barrena

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¿Cuál es la principal diferencia entre el libro de Sergi Sol sobre los Fets d'Octubre del 2017 y las decenas de libros publicados hasta ahora? "Yo callo más de lo que cuento, y cuento muchísimo", responde el autor de ‘Oriol Junqueras, fins que siguem lliures’ (Ara Llibres). "No es necesario dar rango de categoría a algunas anécdotas. Hay un proceso judicial abierto, con lo que no cabe arriesgar", añade. Aunque la gran diferencia es que el autor ha vivido en primera persona, en calidad de mano derecha del presidente de ERC, esos 40 días casi bíblicos que separan la entrada a la Conselleria d'Economia a la encarcelación de medio Govern.

"Me siento más cercano a Pablo Iglesias que a la taberna digital hiperventilada"

Sol habla con admiración del 'jefe', de Junqueras. "Es la primera vez que las consecuencias de los actos de la cúpula los asume la cúpula mismo, y no la infantería", destaca. Una dirección del 'procés' que ha llegado "donde nunca nadie había llegado", y aquí el reconocimiento se amplía al 'expresident' Carles Puigdemont. "Ahora conocemos nuestras debilidades", apunta Sol. El principal punto flaco es, según él, que el independentismo "aún no ha demostrado ser más del 50%".

Afirma que esa entrada en prisión le supuso un golpe emocional que le ha empujado a recopilar los hechos de ese periodo. Se lo planteó a Junqueras en enero, en una de sus visitas, aún al Centro Penitenciario Madrid VII, y que esté le dijo: "Vale, pero no me marees con el libro", recuerda. Junqueras, a diferencia de Raül Romeva (que ha escrito el prólogo) no se ha leído el libro en su totalidad. La confianza es plena.

Y no solo eso. Hay lecciones que extraer. "Hay que hacer autocrítica. ¿Por qué Ciudadanos, que no condena el franquismo, que muestra tics falangistas y que espolea a fascistas para que se paseen encapuchados con ‘cutters’, ha obtenido el 25% de los votos?", se pregunta. Cuanto más porque sus "dirigentes están mucho más a la derecha que sus votantes. No es verdad que uno de cada cuatro catalanes odie el catalán y quiera eliminar la inmersión lingüística", asevera.

Abuso de símbolos

Las razones, según Sol, de este auge pasan por "la campaña del miedo de los poderes económicos y la voluntad del Estado por empobrecer el país". Pero también porque lo que ha proyectado el independentismo ha sido más "nacionalista que cívico" o republicano. "Se ha abusado de los símbolos. La bandera de este país es la 'senyera'. Yo he llevado la 'estelada' toda la vida. Pero puedo entender que sembrar el país de 'estelades' puede ser visto como algo agresivo en algunos sitios”.

"No podemos pensar Catalunya como si estuviéramos en la Renaixença, en pleno siglo XIX. El castellano sería oficial en la república"

Según el que fuera jefe de la comunicación de ERC, los debates sobre el papel del castellano tampoco han ayudado. "Queremos la república para ganar derechos, no para perderlos y por eso apostamos por la oficialidad del castellano. No podemos pensar este país como si estuviéramos en la Renaixença, en el siglo XIX", alega recordando, por ejemplo, el entorno inmediato de Junqueras, sus amigos en Sant Vicenç dels Horts. "Queremos la república para que la gente que queremos viva mejor", sintetiza con unas palabras "muy del 'jefe'".

Se supone que por cosas como estas es por lo que ERC, Junqueras, Joan Tardà y Sol (en ese papel de 'poli malo' de ERC, a lo David Madí en la CDC de Artur Mas) se han convertido en las 'bestias pardas' del independentismo hiperventilado. "Catalunya no es Twitter", pondera Sol, para sentenciar: "Y que la gente ande tan crispada, no ayuda. Me siento mucho más cerca de Pablo Iglesias que de la taberna digital (hiperventilada)", afirma a modo de descripción de la virulencia existente. "Si quieren que los 'puristas' hagan su partido político y veamos cómo les va en las urnas", sentencia sin querer sonar retador. Sin conseguirlo.

"Estamos en un impás que puede durar años", asevera Sol. Y aplaude a Òmnium Cultural y su búsqueda de la mayoría social del 3 de octubre. Respeta a la ANC, porque "satisface al núcleo duro de los convencidos", pero a su vez entiende que "no seduce". Y se muestra convencido de que ERC y Junqueras no modificarán un nuevo rumbo que es, justamente, hijo del análisis y del aprendizaje del 27-O. "Queremos hacer un discurso para las mayorías", sentencia.