Opinión | Editorial

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Crisis dentro de la crisis del Barça

A través de Messi, la plantilla sostiene que siempre quiso cumplir la rebaja del sueldo y apunta por segunda vez a los directivos del club

Lionel Messi, en el último partido jugado por el Barça, el pasado 7 de marzo en el Camp Nou, ante la Real Sociedad.

Lionel Messi, en el último partido jugado por el Barça, el pasado 7 de marzo en el Camp Nou, ante la Real Sociedad. / periodico

El FC Barcelona fue el primer club de la Liga en anunciar un erte que afectaba a toda la entidad. En el caso de las plantillas profesionales se trataba de una rebaja del 70% del sueldo que, a través de las redes sociales, los capitanes aceptaron como un ejercicio de responsabilidad colectiva ante unas circunstancias que ponen en peligro muchas cosas, también la viabilidad futura del club. Pero el fútbol, que representa el 61% de la masa salarial, hasta ahora estaba a la espera de definir la aplicación de la medida. Durante estos días se han conocido iniciativas solidarias individuales, como las de Messi, Guardiola, Rafa Nadal Pau Gasol, y también otras muestras de implicación, como las expresadas por los jugadores de la Juventus y el Bayern Munich, entre otros, o por el 'staff' del Leeds, encabezado por Marcelo Bielsa, renunciando al sueldo para que no se produjeran despidos.

En el Barça, que  –recordemos– antes del frenazo en seco de las competiciones y, en consecuencia, de los ingresos habituales presupuestados, ya arrastraba una severa crisis institucional (el cambio de entrenador, el escándalo de las redes sociales, tras el que los jugadores ya protestaron por sentirse señalados desde la junta, la deriva deportiva, el más o menos solapado enfrentamiento entre jugadores y directiva), la tensión empezaba a ser insoportable ante lo que se explicaba como una falta de acuerdo con las estrellas.

El comunicado de Messi, anunciando que la rebaja general del 70% también llega a la plantilla profesional del primer equipo de fútbol y, además, unas aportaciones individuales para evitar el descalabro entre los trabajadores del club, es una andanada de primer orden que tendrá consecuencias cuando llegue la normalidad. Refleja indignación de la plantilla con quienes, sostiene el jugador argentino, lanzaron sospechas y alimentaron críticas desde dentro del club contra unas estrellas que, asegura Messi, siempre tuvieron claro que renunciarían a esta parte de su sueldo. Y, sobre todo, es un aviso para navegantes, un choque frontal con algunos elementos de la junta, si no con el mismo Bartomeu, explícito y contundente, que, cuando acabe este periodo excepcional, será decisivo en el devenir más inmediato del Barça.