Emergencia global

¿Genes egoístas y coronavirus?

La ciencia médica y la cooperación, y no las peleas políticas ni el capitalismo salvaje más egoístas, son el arma para vencer al virus

Coronavirus. El Hospital Clínic de Barcelona

Coronavirus. El Hospital Clínic de Barcelona / periodico

Jordi Serrallonga

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Fue pocos días antes del cierre de universidades. Llegué a la estación de Bellaterra. La fulminante mirada de varios pasajeros permanecía clavada en los 'otros' que, ya fueran alérgicos, fumadores o acatarrados, tosían en el vagón. Todo recordaba, y perdón por el 'spoiler', al final apocalíptico de 'La invasión de los ultracuerpos'; cuando Donald Sutherland señala, implacable, a Veronica Cartwright. Una vez más tranquilo, en la clase del máster, también hablé de viajeros y viajeras; de aquellos que, gracias al hecho de compartir el conocimiento adquirido, ampliaron las miras de la ciencia. Fueron felices excepciones al lado de los exploradores que solo buscaban fortuna, poder y gloria, pero esto no debería eclipsar la generosidad de los primeros. ¿Generosidad? ¿Se estila todavía? ¿O hemos de rescatar la metáfora –acuñada por Richard Dawkins– del gen egoísta?

Llegamos a la pausa y se formaron los típicos corrillos dentro del aula. Una alumna comentaba las últimas noticias de su familia –afincada en Milán– respecto al coronavirus; afectada y triste, oí que decía: «egoísmo». Minutos antes habíamos enaltecido a la generosidad como pilar del avance humano, ahora su antónimo despertaba un espontáneo debate al que se unieron las voces más jóvenes. Y es que nuestra juventud está asustada por las actitudes egoístas que brotan del 'Homo sapiens' en momentos de crisis. Memes, bulos y supersticiones sobre la pandemia del covid-19, y el incivismo derivado de ello, ha hecho que mis alumnos no entiendan por qué los que presumen de actuar de forma adulta se dedican a generar y alentar el caos en vez de adoptar protocolos cooperativos.

Conductas culturales de cooperación

Paso mucho tiempo con etnias que, pocas décadas atrás, eran catalogadas injustamente como primitivas. Las estudio desde la visión más objetiva y científica posible pero no puedo evitar admirarles. Siguiendo a las mujeres y hombres, en sus tareas de caza y recolección, percibes cómo es posible vencer a los «genes egoístas» gracias a la cooperación.

Los machos de león y gorila que se hacen con un harén suelen eliminar a las crías del predecesor. El objetivo: perpetuar sus genes. Por lo tanto, desde un punto de vista simplista, sería una tentación pensar que todo animal actúa de manera egoísta: la supervivencia del sujeto y transmitir los genes. Pero no es así. Los cazadores-recolectores hadzabe de Eyasi, en Tanzania, cuando consiguen alimento, por muy escaso que sea, y por mucho que lo haya obtenido un único individuo, es repartido entre los miembros del grupo. Y cuidado, no es que sean más bondadosos o pacíficos que los habitantes de la jungla de asfalto, sino que han entendido que la supervivencia de la comunidad solo es posible mediante la cooperación. Las conductas culturales de cooperación son el éxito de diversas especies. La cultura es una adaptación biológica que, además del fuego y la rueda, inventa códigos éticos y morales. Vencimos así a los genes egoístas; los mismos que, disfrazados de diablillos, si tenemos hambre, y nadie nos ve, susurran al oído: «cómete toda la comida». Pero las ventajas de la cooperación imperan –hoy por ti mañana por mi– y cualquier hadzabe lo sabe. Por esta misma razón, el poblado se autoaísla cuando es atacado por una epidemia.

El modelo egoísta

Entonces, y citaré dos ejemplos que señaló la chica italiana de la UAB, cuando tenemos enfermos varios que necesitan del uso imperioso de mascarillas, ¿por qué algunos son capaces de acumular y revender este producto ahora tan escaso? ¿Por qué personas positivas al covid-19, desatendiendo los consejos sanitarios –y los vemos ahora aquí– han extendido el virus por irse de fiesta? Pues está muy claro. En nuestras sociedades productoras «modernas» ya hace tiempo que nos olvidamos de la cooperación –y la generosidad– para adoptar el modelo egoísta. Y no hablo de genes egoístas (no les colguemos el sambenito) sino de la cultura del egoísmo. El mismo egoísmo que, sin ir más lejos, hizo posible el estraperlo con los productos de racionamiento tras la guerra civil, y que hoy planea de nuevo.

Preocupa toda enfermedad que puede matar, tanto el coronavirus como el ébola o la gripe A –de las cuales no hablamos aunque estén ahí–, pero con el tiempo pasará. En cambio, me preocupa más el egoísmo porque no es pasajero sino que está enquistado en la sociedad. El '¡sálvese quien pueda, tonto el último!' ha de dar paso a la cultura. La ciencia médica y la cooperación, y no las peleas políticas ni el capitalismo salvaje más egoístas, son la solución para vencer al coronavirus.