Al contado
Presupuestos, hipotecas e innovación política
Tanto reclamar unas cuentas, al final ha resultado que cuando estas llegan no hay un Govern para ejecutarlas
Agustí Sala
Redactor jefe de Economía
Además de El Periódico, trabajé de 1989 a 1990 en La Economía 16, como responsable de Economía en el Diari de Barcelona, de 1989 a 1990; en la sección de Economía de TVE Catalunya de 1987 a 1989, en Antena 3 de Radio, de 1985 a 1987 y en el Diari Menorca, de 1983 a 1985 y Radio 80-Menorca. Además la licenciatura en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona (1992-1986), tengo un posgrado en dirección general (PDG) 2011-2012y un curso de Márketing Digital y Redes Sociales por la EAE Business School
Agustí Sala
En Catalunya no paramos de innovar. Al menos en la política. El ‘president’ Quim Torra (todavía lo es) ha optado por provocar una crisis con una solución chocante: aprobar primero los presupuestos para el 2020, tras prorrogarse los del 2017 en el 2018 y 2019 y parte del ejercicio actual; y luego convocar elecciones.
Curioso. Como recordaba poco después de esa decisión la patronal catalana<strong> Foment del Treball</strong>, eso viene a ser una auténtica hipoteca para el próximo Ejecutivo catalán, sea el que sea, dado que el Presupuesto es la principal herramienta con la que ejercer la política ¿Unas cuentas para que las ejecuten otros, que pueden ser distintos y con otras ideas?
Es cierto que Foment y otras organizaciones empresariales como Pimec no se han cansado de reclamar en los últimos años unos Presupuestos a un Govern que era poco operativo. Pero no podían ni imaginar que tras tanta peitición, cuando esto se lograra no habría un Govern para ejecutarlos. La innovación de la que hablábamos. La política catalana siempre supera cualquier ocurrencia, por imaginativa que esta sea.
Todos sabemos que el proyecto que ha entrado a toda velocidad en el Parlament no contenta al 100% ni a ERC ni a los ‘Comuns’, que son en esencia los que los han pactado. Y mucho menos a Junts per Catalunya, que se sumó después, y que recela de las subidas del tramo autonómico del IRPF para las rentas de más de 90.000 euros y del alza en el impuesto de sucesiones. Nadie, por tanto, ve los Presupuestos como totalmente suyos.
Y otro punto importante, el propio ‘vicepresident’ y ‘conseller d’Economía, Pere Aragonès, que se enteró como la prensa de las intenciones de Torra de hacer una declaración institucional que obligó a rehacer toda la planificación prevista en el Parlament el pasado miércoles para presentar las cuentas del 2020, admitió que la decisión del ‘president’ trastocaba sus planes.
Los Presupuestos tenían un enfoque plurianual, o debían tenerlo y con estrategia a largo plazo, y, en cambio, se han convertido en unas cuentas para acudir a las urnas, o "de país", como se dice eufemísticamente, con un Govern cuyos socios se llevan no mal, sino peor.
Extraño panorama por delante antes de unos comicios que se convocarán a total conveniencia de Torra, Carles Puigdemont y compañía. Si de verdad se pretende es que haya un nuevo Ejecutivo, más que unos Presupuestos que son una hipoteca deberían haberse convocado elecciones, pero no ahora, sino ya hace meses. Por ejemplo cuando el año pasado el Govern hizo el amago de presentar unas cuentas en lo que fue más un movimiento táctico que una iniciativa con la intención real de que llegaran a aprobarse.
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