Opinión | Editorial

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nuevas tarifas del transporte metropolitano

Potenciar los abonos mensuales en Barcelona favorecerá una movilidad más económica y ecológica

Unos usuarios del metro validan sus billetes, esta mañana

Unos usuarios del metro validan sus billetes, esta mañana / ÀNGEL GARCIA

El 1 de enero se activarán nuevas tarjetas de transporte público de Barcelona y su área metropolitana que supondrán un ahorro para los usuarios habituales. La fecha es importante, coincide con la activación de la zona de bajas emisiones (ZBE), que impedirá a los coches más contaminantes el acceso al área delimitada por las rondas de la ciudad, 95 kilómetros cuadrados. Las dos medidas están y deben estar relacionadas. Un transporte público de calidad es fundamental en la lucha contra la contaminación y el cambio climático. Hacerlo accesible es obligado para toda institución pública al servicio de la ciudadanía.

Entre las novedades presentadas por el ‘conseller’ de Territori, Damià Calvet, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, destaca la T-Usual, una tarjeta personalizada mensual con un número de viajes ilimitado y un coste de 40 euros por una zona, lo que supondrá un ahorro importante para los usuarios habituales. También la T-Jove disfrutará de un importante descuento. La actual T-10 (10,20 euros) desaparecerá y para los usuarios ocasionales se ha ideado la T-Casual, con 10 viajes a utilizar durante un año. También de uso unipersonal y con un coste de 11,35 euros.

La concepción que prima en las nuevas tarifas es premiar al viajero habitual frente al visitante ocasional. Potenciar abonos mensuales es imprescindible para transitar hacia una movilidad más económica y desvinculada del coche. Sin embargo, el enfoque acertado de la nueva propuesta no puede ocultar el fracaso del enésimo retraso en la T-Mobilitat, que finalmente se estrenará en enero del 2021.

La T-Mobilitat es un proyecto de sistema tarifario de transporte público que integrará las redes de metro, autobuses urbanos e interurbanos, Ferrocarrils de la Generalitat y Rodalies. Promovido por la Generalitat de Catalunya debía haber empezado a funcionar en fase de pruebas en el 2014. La tarjeta se concibe como digital e inteligente y ofrecerá una tarifa plana única en un radio de 10 kilómetros desde el punto de partida. El precio se irá incrementando en tramos de cinco kilómetros. Además, se contempla que el importe se adapte al tipo de usuario (estudiante, pensionista, etcétera) y también en función de la repetición de los viajes. Su implementación supondrá la desaparición del actual sistema de zonas o coronas desde Barcelona. Sin duda, una buena noticia para tantas personas que se desplazan diariamente a la ciudad desde poblaciones cercanas. Una realidad cada vez más frecuente, íntimamente ligada al elevado precio de la vivienda.

El camino hacia una ciudad más verde, protectora del ciudadano y del medioambiente, pasa indefectiblemente por ofrecer una red de transporte público de calidad, en frecuencia y en radio de cobertura, económicamente asumible y adaptada a todos los colectivos. Las opciones individuales como patinetes o bicicletas son interesantes, pero no dan respuesta a todos los ciudadanos. El camino está trazado. Pasos como las nuevas tarifas van en la dirección correcta, pero es importante no demorar más los retos pendientes.