Encuentro con el mandatario boliviano

Empeñarse

El futuro de Evo es incierto. ¿Será capaz de sobrevivir sin el poder? El país, ahora dividido, ¿seguirá confiando en el partido de Evo sin Evo?

El dimitido presidente de Bolivia, Evo Morales, a su llegada a México, este martes.

El dimitido presidente de Bolivia, Evo Morales, a su llegada a México, este martes. / periodico

Ricard Ustrell

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Hacía cuatro días que Evo Morales había llegado a México cuando lo llamé para la entrevista de la noche del jueves en el 'Quatre gats' de TV-3. Me dijo que se encontraba bien y que no sabía cuánto tiempo estaría en México, que nos apresuráramos a grabarla.

Aquellos días el debate internacional era si lo que había pasado en Bolivia se trataba de un golpe de Estado o no. El contexto determinaba dos cosas: que sí, que había habido déficit democrático en el intento de Evo Morales de aferrarse al poder, pero también que había sido 'invitado' a abandonar su residencia oficial por la Policía. Y cuando una persona armada te invita a marchar ya sabemos qué significa, y más en Latinoamérica. Es un golpe de Estado.

La condición que puso para la entrevista fue que no se hiciera en un hotel. Alquilamos un apartamento en el barrio de la Condesa, adonde llegó con tres miembros de seguridad, del Gobierno mexicano. Antes de comenzar pidió dos cafés, alegando que echaba de menos la harina de coca.

Estuvo tranquilo. No supo justificar los intentos de perpetuarse el poder. "El cargo no se busca, el cargo te busca", dijo. Y mientras reclamaba pacifismo en la calle no condenaba los bloqueos para que entren alimentos a los pueblos. Poca autocrítica.

La sensación que me llevé es que ahora Evo está aturdido, porque lo que determinará su futuro es incierto. ¿Será capaz de sobrevivir sin el poder? El país, ahora dividido, ¿seguirá confiando en el partido de Evo sin Evo? Y la gran pregunta: el 40% de las reservas mundiales de litio -el mineral necesario para la fabricación de coches eléctricos- que tiene Bolivia, ¿continuarán observadas desde la distancia, con la boca salivosa, por un Donald Trump que ahora tiene trabajo con el 'impeachment', o serán finalmente arrasadas por la derecha económica mundial?

Las nuevas elecciones, pues, serán un calmante para dos empeños. El de Evo hacia Evo y el de seguir extirpando recursos naturales por parte del capitalismo, que, en su caída, ve una oportunidad para seguir devorando, ahora, a los bolivianos.