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El riesgo de sobreactuar

Cuando en el teatro se sobreactúa se corre el riesgo de perder la credibilidad de la interpretación.

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Rosa María Sánchez

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El Gobierno de Pedro Sánchez ve avanzar el calendario preelectoral en modo ‘en funciones’, con las manos atadas para adoptar decisiones pero con grandes urgencias económicas llamando a la puerta.

Estando ‘en funciones’ no es posible sacar adelante ‘viernes sociales’ como los de marzo pasado, antes de las elecciones del 28 de abril. La baza se está jugando de otra manera, intentando mostrar una respuesta eficaz y contundente ante las urgencias.

Con el Gobierno en funciones ha estallado la quiebra del operador turístico británico Thomas Cook, el anuncio de cierre de las últimas centrales térmicas de Endesa y la ofensiva arancelaria de Donald Trump contra productos europeos, en general, y españoles, en particular. 

Frente a la crisis de Thomas Cook, la ministra de Industria ha hecho alarde de eficiencia y manejo político. Se logró trasladar tranquilidad a los turistas bloqueados en España por la cancelación de sus vuelos. Y la rapidez en las reuniones con los sectores económicos perjudicados y los representantes autonómicos de las comunidades más afectadas ha dado como resultado la rápida adopción de un plan de ayuda por 300 millones. 

Escasas horas después de conocerse el anuncio de cierre de las últimas centrales de carbón de Endesa, el ministerio de Transición Ecológica emitió un comunicado en el que expresaba su propósito de convocar reuniones con las partes afectadas para conocer de primera mano el problema. Al tiempo que dejaba entrever su malestar por el inusitado anuncio de Endesa, el Gobierno quería mostrar su rápida implicación.

El último episodio, hasta ahora, tiene que ver con el anuncio del mazazo arancelario en EEUU a productos españoles como aceite, vinos y  quesos, entre otros.

Siguiendo idéntico patrón que en los dos episodios previos, el ministro de Agricultura, Luis Planas, ha impulsado rápidas reuniones con los sectores y las autonomías afectadas y ha anunciado acciones diplomáticas en el seno de la Comisión Europea, donde España tiene transferidas sus competencias aduaneras. En el tratamiento de este grave problema, sin embargo, el Gobierno ha dado un estridente paso más, convocando al embajador de EEUU en España, Duke Bucham III, para expresar el “rechazo frontal” a los aranceles.

Cuando en el teatro se sobreactúa se corre el riesgo de perder la credibilidad de la interpretación. 

Queda por delante la gestión de la amenaza del 'brexit'. O la del retraso en las entregas a cuenta que sufren las autonomías. Ahora se anuncia una solución a este último problema antes del 10-N en una muestra de cómo la sobreactuación preelectoral sirve para desatacastar problemas hasta ahora imposibles. Y pasa como en el teatro.