Opinión | Análisis

Rafael Tapounet

Periodista

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El Barça aprende a visualizar el ganar

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marcosl50102803 graf536 28 09 2019 el guardameta del barcelona marc andr190928192450 / EFE / FERNANDO ALVARADO

La mejor receta para superar en cualquier competición deportiva el bloqueo psicológico que se deriva de una mala racha de resultados la dio el personaje de Ernesto Alterio en la película 'Días de fútbol': "Lo que hay que hacer es visualizar el ganar, porque si no visualizamos el ganar, esto es la mayor mierda que habremos hecho en nuestra puta vida". Claro y simple como una arenga de Bordalás. Pues bien, después de ocho partidos oficiales consecutivos sin conocer la victoria lejos del Camp Nou, el FC Barcelona necesitaba de forma imperiosa visualizar el ganar en su visita al Coliseum Alfonso Pérez. Lo de visualizar el jugar bien y entretener al espectador podía quedar, si eso, para más adelante.

Visualizar el ganar no es cosa fácil cuando enfrente está un equipo como el Getafe. "Rocoso", dicen los comentaristas, cuando lo que quieren decir es que tiene jugadores duros como una acera. La pareja de uruguayos Damián Suárez-Mauro Arambarri empieza a ocupar posiciones de mérito en el ránking histórico de duplas temibles de la Liga española, esa lista siniestra que encabezan Montero Castillo (otro charrúa) y el argentino Aguirre Suárez desde los días en que antes de enfrentarse al Granada los futbolistas rivales "abrazaban a sus familias", tal como solía recordar el madridista Amancio Amaro.

El partido se animó cuando salió al campo un jugador llamado Kenedy y el locutor dijo que tenía "un buen disparo"

No es extraño, pues, que Leo Messi, Ansu Fati y Ousmane Dembélé se quedaran al margen de la contienda "por precaución". Ni que la primera parte acabara siendo un indigesto engrudo de forcejeos y faltas sobre el que Griezmann prefirió pasar de puntillas y en el que los aficionados al fútbol tuvieron buenos motivos para malinterpretar la expresión "pausa para beber". La cosa mejoró algo en la segunda mitad, especialmente cuando apareció en el campo un jugador llamado Kenedy y el comentarista dijo que tenía "un buen disparo".

El partido pareció durar cuatro días y el Barça se llevó los tres puntos. El triunfo debería servir para apaciguar las aguas en el club de manera que el equipo pueda preparar el duelo de Champions del miércoles frente al Inter de Milán con el sosiego necesario. Debería. Pero no va a ser así, porque Gerard Piqué se encargó, al término del encuentro, de abrir irreflexivamente un agujero en la presa azulgrana al sugerir que la junta directiva ha alentado en los últimos días la publicación de una serie de artículos críticos con el proceder de los jugadores. Tal vez lleve razón, no vamos a discutir aquí eso, pero Piqué, capitán al fin, debería saber que hay maneras más sutiles de hacer llegar su malestar a la cúpula del club. Que una cosa es seguir el consejo de Ernesto Alterio con lo de visualizar el ganar y otra hacerle caso cuando dice que hay que chutar la pelota "como si fuera la cabeza de tu padre".