Negra semana

Miedo, pánico, canguelo

¿Las causas? Vayan sumando: la política y los políticos, el partidismo, los personalismos, la incapacidad notoria de unos y otros, la zafiedad parlamentaria, la izquierda contra la izquierda y la derecha abanicándose

Combo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante el debate de investidura que se ha saldado con la segunda votación fallida para Pedro Sánchez, el 25 de julio del 2019

Combo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias durante el debate de investidura que se ha saldado con la segunda votación fallida para Pedro Sánchez, el 25 de julio del 2019 / periodico

Josep Maria Pou

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Hay días en los que sería mejor no levantarse. Frase socorrida. Dicha a la ligera, muchas veces. De manera transitoria. Lo grave es cuando esos días se convierten en semanas, las semanas en meses y los meses en años y, aún con esas, hay que levantarse, armarse de valor, salir a la calle y sumarse a la vida. Pero aquí estamos: viéndolas venir y con el agua al cuello.

Esta es la sensación que me abruma esta semana. Negra semana. Al principio creí que se trataba solo de una simple tortícolis, pero no. La cosa iba a más: el cuerpo entero en tensión, acalambrado. Y unas ganas inmensas de no ver, de no oír, no pensar, no procesar. Cerrar los ojos y dejarlo todo afuera, lejos, imperceptible, invisible, quieto. Esos eran los síntomas. Enseguida di con el diagnóstico: miedo, pánico, canguelo. Y un tremendo hartazgo y un eterno cansancio, como agentes coadyuvantes.

¿Las causas? Vayan sumando: la política y los políticos (¡segundo problema de los españoles, por debajo del paro y por encima de la corrupción!), el partidismo, los personalismos, la incapacidad notoria de unos y otros, la zafiedad parlamentaria, la izquierda contra la izquierda y la derecha abanicándose. ¿Más? Sí, más: la falta de respeto a quienes cumplimos con nuestro deber votando en abril, para que ahora nos suspendan en julio, nos obliguen a volver en septiembre y amenacennos obliguen a volver en septiembre con hacernos repetidores en noviembre. ¿Pero a qué están jugando esos niñatos?

Y por si algo faltara, ahí están Boris Johnson y Donald Trump (ya lo profetizó Paco Martínez Soria: “¡Vaya par de gemelos!”), el 'brexit', las predicciones de Mario Draghi (“todo va a peor, mucho peor”), la reaparición de la pena de muerte en USA, los récords de calor históricos (de nuevo arde París), el intento de cargarse Madrid Central, el reguetón, los 'realities' de la tele…. ¡Que paren el mundo, que me apeo!

De momento, como por indicación facultativa, le bajo la persiana a esta columna, me tomo unas semanas de descanso y les animo a reencontrarnos a la vuelta.

Feliz agosto (dentro de lo que cabe).