Peccata minuta

¡Bocachancla!

El otro día me encontré a mí mismo como noticia del día. Después de leer las primeras frases que mis nuevos clientes habían colgado en su tablón de insultos, tuve la viva sensación de entrar en una dimensión desconocida

Puigdemont interviene a través de un vídeo y desde suelo alemán en el acto independentista de Estrasburgo, en Francia, el día de la constitución del Parlamento Europeo.

Puigdemont interviene a través de un vídeo y desde suelo alemán en el acto independentista de Estrasburgo, en Francia, el día de la constitución del Parlamento Europeo. / periodico

Joan Ollé

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Hace tiempo que mantengo la costumbre de, antes de acostarme, leer por encima los titulares y algún que otro artículo de media docena de diarios, dejando siempre para los postres uno sin edición en papel pero con fotografías muy grandes. Pues bien: el otro día, ojeando -que no hojeando- este último, me encontré a mí mismo como noticia del día, ilustrada con un retrato que me hace aún más feo de lo mucho que lo soy, bajo un titular que anunciaba: “Joan Ollé escupe a los 10.000 independentistas que fueron a Estraburgo”, cuando en mi artículo de EL PERIÓDICO me limité a calificar la concentración como “romería posconvergente a los Santos Lugares” y al triincomparecido Puigdemont como “mentiroso ensoñativo”. ¿Escupitajo o metáfora?

No es la primera vez que esto ocurre, ya que en otra ocasión también el mismo no rotativo  publicó algunos fragmentos,  hábilmente seleccionados y descontextualizados, de la columna de EL PERIÓDICO. Intenté por todos los  medios a mi alcance -buzón del diario, teléfono, secretaria, 'whatsapp', 'e-mail', paloma mensajera...- ponerme en contacto con su director para pedirle rectificación, sin nunca obtener respuesta.

Luego, pensándolo, me dije: “Mira, no te quejes, ya que de esta manera, aunque mareado por la perdiz, puedes llegar a lectores que nunca se interesarían por lo que escribes”. Pero después de leer las primeras frases mis nuevos clientes habían colgado en su tablón de insultos, tuve la viva sensación de entrar en una dimensión desconocida. No, no estoy acostumbrado  a que me suelten según qué piropos: “La viuda de Joan Barril. Tan borracho como su mentor”, “¿Todavía estás vivo? Firmado: tu compañero Satanás”, “Por la foto parece el perro al que se follaba su madre”, “Este tío es un desperdicio de quirófano lo más parecido a un aborto”, “Y encima a este capullo Catalunya Ràdio le da programa este verano. Cornudos y apaleados”, “La historia de Catalunya está llena de gente de este tipo. ¿El Problema? Que no tenemos ejército... y hasta aquí puedo leer”, y otros apelativos menos elaborados como “Rata de cloaca”, ”Sodomita”, “Otro lameculos borbónico.”... y así hasta cien.

El estilo literario me recuerda al de muchos de los tuits que aparecen como subtítulos en los programas de máxima  audiencia de TV-3, como redactados por una misma persona. De entre mis denostadores quiero felicitar, en particular, a Faycan por su hermoso y muy gráfico “!Bocachancla!”.

Pero... si esto es antiviolencia, que se lo hagan mirar.