Pequeño observatorio

El camino que no pide un mapa

Yo iba por territorios de interés incierto y, a veces, la ruta que seguía no era la adecuada, la ruta era un invento que podía acabar bien o acabar mal

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Josep Maria Espinàs

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EL PERIÓDICO  ha publicado una carta en Entre Todos de un tema que siempre me ha interesado mucho: los mapas. Para decirlo seriamente: la cartografía. En mi libro de recuerdos de infancia, 'El nen de la plaça Ballot', ya explico que de pequeño me entretenía muchos ratos dibujando mapas de países imaginarios. 

Eulàlia I. Rodríguez, de Torroella de Montgrí, habla en una carta de la exposición 'La cartografia de la Col·lecció Mascort. Escenes de la història'. En las salas hay mapas hechos a mano con una sola tinta y otros con colores. Inés Padrosa, historiadora y comisaria de la exposición, dijo en una visita comentada que habitualmente eran las mujeres las que acababan de colorear los mapas. La comisaria también explicó que era difícil encontrar dos ejemplares iguales.

Después de leer esta carta, me ha quedado muy viva la añoranza de aquellos viajes a pie que hice en otros tiempos. Desde 1956 caminando por los pueblos del Pallars con mi suegro y con Camilo José Cela. Y después, con mi editora y el amigo Sebastià Alquezar.  Creo que he realizado más de 20 viajes a pie. Los últimos, por toda la Península: el País Vasco, Galicia, Castilla, Extremadura, Andalucía... Cómo lo añoro, tantos caminos y tan buena gente.

Yo iba por caminos que no tenían mapa, territorios de interés incierto y, a veces, la ruta que seguía no era la adecuada, la ruta era un invento que podía acabar bien o acabar mal. Confieso que nunca he sido un buen programador, ni de un hecho tan importante como es la vida. No he tenido nunca ningún mapa que me indicara cuál era el buen camino. Seguramente porque no tengo nada de programador me haya dicho: "Avanza, por aquí acabarás encontrando el camino que te conviene".

Hay mapas para los navegantes, pero me temo que lo perdí hace ya muchos años. Hoy ya tenemos mapas incluso de los astros más lejanos. Pero creo que ha llegado el momento de decirlo: Yo me siento "desmapado". ¿Y de qué me serviría tener un mapa si ya no me espera ningún camino? Cualquier lugar es válido para morir.