LA CLAVE

La hoguera y la triple derecha

Consumado el vuelco andaluz, la triple derecha posmarianista lo fía todo al conflicto catalán para lanzarse al asalto del Gobierno central. Para que el plan funcione, es necesario que la hoguera catalana no pierda intensidad

Los equipos negociadores de PP y Cs en Andalucía, el pasado 17 de diciembre, en Sevilla.

Los equipos negociadores de PP y Cs en Andalucía, el pasado 17 de diciembre, en Sevilla.

LUIS MAURI

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Los apóstoles del cuanto-peor-mejor no están de enhorabuena esta Navidad. La reunión Sánchez-Torra Sánchez-Torra y el Consejo de Ministros de Barcelona les destempló el ánimo. Pero la distensión catalana, pese a asentarse en hechos ciertos, es aún tremendamente incierta. En ambas orillas, los complicadores siempre arman mucho más jaleo que los solucionadores.

En Andalucía, la triple derecha posmarianista está a punto de culminar un vuelco histórico. Un PP radicalizado de obediencia aznariana; su escisión extremista de Vox, capitaneada por los expopulares Abascal Bardají, y el nacionalismo integrista de Ciudadanos se disponen a echar el cierre a casi cuatro décadas de hegemonía socialista. El PP se hará con el Gobierno andaluz con el apoyo de Cs y Vox, el partido naranja se quedará la presidencia del Parlamento y los ultras tendrán plaza en la Mesa de la Cámara.   

Consumado el vuelco andaluz, la derecha lo fía todo al conflicto catalán para lanzarse al asalto del Gobierno central. Para que este plan pueda surtir efecto, es necesario que la hoguera catalana no pierda intensidad. Cuanto más arda y más lejos alcance el resplandor, mejor. Volatilizadas las esperanzas de que el 21-D abriera las puertas del apocalipsis, los complicadores de ambas orillas iniciarán el año 2019 con renovado brío.

El otro vuelco

En el campo independentista, la pugna permanente entre posibilistas y maximalistas se inclinó el 21-D del lado de los primeros. Pero en unas semanas empezará el juicio a los dirigentes del ‘procés’. El Juicio. Los irredentos abogarán por inflamar las filas indepes y negar el pan y la sal al Gobierno de Sánchez. Cuanto peor, mejor. La triple derecha salivando de excitación. El vuelco en España, al alcance de la mano.

Enfrente, los afectos a la realpolitik han adquirido conciencia de qué pueden esperar de la derecha posmarianista. Saben cómo se las gastaba Rajoy, un moderado al lado de lo que pugna por llegar. E infieren con escaso margen de error el trato que recibirían de la triple derecha. La sentencia judicial será la que sea en cualquier circunstancia. Pero posibles medidas paliativas posteriores dependerán del Gobierno de turno.

El desarrollo de este combate tendrá un contador en la negociación de los Presupuestos del Estado con los independentistas. Si finalmente comienza, claro.