Cs lleva su campaña al sur de Francia para "explicar que Puigdemont no es un exiliado"

Buscando un golpe de efecto que sacuda la campaña electoral y que consiga desafiar la demoscopia adversa, la caravana de Ciutadans se ha desplazado este viernes hasta Argelers, el centro neurálgico de la campaña de Junts+ Puigdemont x Catalunya. El cabeza de lista de la formación naranja, Carlos Carrizosa, ha subido a la furgoneta del partido junto a los también candidatos Marina Bravo y Joan García, y ha tomado la AP7 para recorrer los 194 quilómetros que separan esta población francesa de la capital catalana.

Carrizosa ha citado a la prensa delante del monolito que recuerda a los españoles que huyeron del franquismo y estuvieron en el campo de concentración de la playa de este municipio, con el objetivo de diferenciar las dos situaciones y pedir el voto a los familiares de "los verdaderos exiliados". "Puigdemont es un fugado de la justicia. Es un insulto para estos exiliados que estuvieron aquí acampados que se use esta palabra. No hay derecho y no se puede consentir", ha exclamado Carrizosa en un breve discurso.

El desplazamiento, sin embargo, no ha servido para que Puigdemont y Carrizosa, que compartieron escaño en el Parlament durante los años más convulsos del 'procés', se volvieran a ver las caras. A pesar de encontrarse a poco más de tres quilómetros de distancia, el candidato naranja se ha quedado en la playa y no ha tratado de acercarse al espacio habilitado por la candidatura de Puigdemont para realizar los mítines y las ruedas de prensa, en el pabellón Jean Carriere.

Ganar y gobernar, lograr un 'sorpasso' y evitar la desaparición: ¿qué se juega cada partido en las elecciones catalanas?

Una situación que recuerda a la acción que Ciutadans ya protagonizó en 2019, durante el juicio del 1 de octubre, cuando una comitiva del partido -mucho más nutrida que ahora- se presentó en Waterloo, donde vivía el expresident hasta hace pocas semanas. La delegación, entonces liderada por Inés Arrimadas y en la que también estaba presente Carrizosa, posó delante de la puerta de su domicilio con una pancarta que decía "la república catalana no existe, Puigdemont".

La acción, que se anunció a bombo y platillo y comportó el desplazamiento en avión de una buena parte de la cúpula naranja, también acabó reducida a una fotografía y un discurso más bien breve. Entonces, sin embargo, el partido aún vivía un momento muy dulce a nivel electoral. Ahora, sin representación ya en el Congreso ni en la mayoría de ayuntamientos y parlamentos autonómicos, luchan por sobrevivir. La última encuesta del CEO, como la mayoría de las que se publican estos días, les dejan fuera del Parlament de Catalunya.

Para tratar de revertir la situación, desde que se convocaron las elecciones catalanas y Puigdemont anunció su concurrencia, Ciutadans ha convertido la candidatura de Junts en su principal caballo de batalla, intentando conectar con alguna parte del electorado que en 2017 les hizo confianza por su dureza contra el independentismo.

Primero, trataron de impugnarla al considerarlo inelegible por tener el DNI "caducado". Y cuando se lo tumbaron, presentaron recursos en todas las instancias posibles. Este martes la pugna judicial llegó a su fin, cuando el Tribunal Constitucional también rechazó el planteamiento de los naranjas, sin ni siquiera admitir a trámite el recurso.

Los naranjas también le han dedicado a Puigdemont un cartel elaborado con inteligencia artificial que simula un encuentro ficticio con el presidente Pedro Sánchez con el mensaje "detenlos" y otro en el que se ve el expresident de la Generalitat entre rejas.