Día de desaires

ALBERT GUASCH

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Da la impresión de que la directiva del Barça ha sido desautorizada en dos ocasiones por los jugadores en pocos días. Una a cuenta de la rúa liguera. De comunicar que no habría fiesta a organizarse un desfile deprisa y corriendo para que los futbolistas pudieran sentirse ufanos. La otra, por el amistoso en Catar. A la plantilla le debía de hacer tanta gracia viajar la semana próxima a Doha como al emir escuchar que no alternaría con MessiSuárez ni tantos otros. Quédense en casa para venir así, debió de ventilarles el jefe catarí, poco acostumbrado a los desaires.

No era un amistoso cualquiera para la directiva azulgrana. Están en juego muchos cuartos a cuenta de la zamarra y conceptos varios poco claros. A los que no somos expertos en márketing nos sorprende la insistencia tenaz en la vía catarí y que no surjan para el equipazo azulgrana oportunidades con otras marcas. Será que no somos expertos.

Sorprende también la escasa ascendencia de los dirigentes barcelonistas sobre los futbolistas, en particular en un viaje tan estratégico. Pero las estrellas del deporte, aquí y en todas partes, no acostumbran tampoco a entender de complicidades que no sean con los intereses propios.

INTERPRETACIÓN PERVERSA

La directiva de Josep Maria Bartomeu se encuentra en un angustiante tic-tac. El 30 de junio expira el contrato actual con Catar. Sin los millones del emirato o de alguna multinacional se ponen áridas las costosas renovaciones de Busquets y Neymar y las contrataciones deseadas. De los 200 kilos necesarios para el nuevo estadio, ni hablemos.

Y si todo ello resulta inquietante, el incómodo asunto de las ‘estelades’ va volviendo al pupitre presidencial. Bartomeu no polariza como sus dos predecesores, pero a veces a costa de parecer blando. Con los jugadores y con los comunicados. Es lo que tiene buscar siempre el punto medio.

Ahora le toca defender vehemente la libertad de expresión de sus socios ante un Gobierno del PP que efectúa una interpretación perversa de la ley del deporte. Otro tipo de desaire. ¿Es la ‘estelada’ una incitación a la xenofobia, la intolerancia, el racismo o la violencia? Se aventura tensión entre la policía y los seguidores a las puertas del Calderón. Hay prohibiciones que no incitan a nada bueno.