Un mundo ideal

En un mundo ideal, todos los niños tienen, en el aula, un ordenador personal que admite todos los programas y presenta todas las ventajas que proporcionan las nuevas tecnologías, a través de las cuales acceden a unas dinámicas placenteras y atractivas que les facilitan la entrada en el mundo de unas nuevas herramientas didácticas que les permitirán ser unos adultos con conocimientos suficientes en todas las materias y con las que podrán convertirse en ciudadanos honestos y responsables. En este mundo ideal, los niños interactúan, se comunican, son felices y superan todos los baremos académicos. Nunca fallan las conexiones, y los niños disponen de libros electrónicos y de portales adecuados para disfrutar de un desarrollo progresivo desde el primer día.

Pero resulta que este mundo ideal no es exactamente el real. La banda no es ancha, sino que desafina. A veces se estropea el enchufe y a veces los ordenadores se cuelgan. Además, los niños, que toda la vida se han pasado papelitos por debajo de la mesa, ahora hacenchatsde espaldas al profesor. No está claro que todo el día detrás un ordenador no les estropee la vista y nunca podrán repasar lo que hicieron el curso pasado porque no quedará memoria. En este mundo real, también es cierto, hay héroes que luchan contra losbitsporque piensan, ilusos, que la educación es mirar a la cara y no adentrarse en una pantalla.