Conde del asalto

Beberse el agua de los floreros en la plaza Reial, por Miqui Otero

La cervecería Canarias organizaba concursos en los que se bebían litros de cerveza en jarrones

cerveza

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Miqui Otero

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Acercaos a mí, tomad asiento y también el primer sorbo de cerveza: os voy a explicar de dónde viene la expresión «beberse todo el agua de los floreros». Para entender el origen tendremos que dirigir nuestros pasos a la plaza Reial, donde la cervecería Canarias lleva abierta desde cuando acabó la Guerra Civil. Entonces, Manuel, su fundador, es uno de esos pioneros que se buscan la vida en una Barcelona mustia después de la victoria nacional. 

Cuando abre sus puertas quiere replicar el éxito del restaurante Glaciar, pero pronto se da cuenta de que le irá mejor sirviendo zumo de cebada. La cerveza, y os lo dice una voz autorizada que la ha estudiado y estudia con ahínco, es importantísima para nuestra civilización. Sin ir más lejos, el primer poema que memoricé (el segundo, si contamos el poema de Nadal del cole) fue la leyenda de la etiqueta de Estrella Galicia (qué musicalidad: «Una excelente alianza entre las más apreciadas maltas, aguas, lúpulos y levaduras, que le proporcionan su delicado aroma y su exclusivo sabor»). Y en el estupendo libro 'La historia del mundo en seis tragos', se cuenta cómo la cerveza ahorró un montón de trifulcas al hombre prehistórico (alimentaba y, al no ser un sólido, no se discutía por las porciones). 

Se bebían 7 litros de cerveza en una hora

Pero volvamos al Canarias. Para darle vidilla al nuevo local, Manuel se inventa los concursos de bebedores de cerveza. Durante la semana se reparten vales a los vecinos que más consumen, que serán los que participen. El concurso dura una hora y está todo controlado: si quieren ir al baño, lo hacen acompañados de la Cruz Roja. El Messi de todo esto será Dionisio, capaz de beberse siete litros en 60 minutos (también será recordado el que se pimpló un litro en diez segundos). 

¿Pero quién podría en esa época encontrar vasos tan enormes, de al menos un litro? «Es que en realidad eran jarrones, floreros sin asas», explica Manel Adán, nieto del fundador que aún está al frente, con su hermano, de la cervecería. Y añade: «El abuelo los iba a comprar a la Unión Vidriera Española, en Badalona». 

Quizás me haya inventado que ese es el origen de la expresión «beberse hasta el agua de los floreros», pero quería llamar tu atención para que te asomaras a esta historia y visitaras este bar.

Dalí con una pantera

Manel es un tipo amable, que antes fue un niño de bar, de esos que aprenden a sumar devolviendo el cambio. Ha visto de todo. Aquellos concursos fueron fruto del momento: «Supongo que estaba todo mal, pero la gente estaba contenta de salir de la guerra. Y el barrio aún tenía muchos vecinos de por aquí».

No sé si les dejarían hacerlo ahora, sobre todo si pudieran participar fans del Manchester United, de los que cuelan balones en los balcones de la plaza. Él vio cambiar todo mucho en los ochenta, con la llegada de las drogas duras y las parejas de policía: «Se apagó todo un poco, pero lo vivíamos con naturalidad. Recuerdo que muchos de los que estaban enganchados jugaban pachangas de fútbol y el balón acababa aquí dentro del bar». 

Con el 'boom' turístico olímpico mutó el paisaje y muchos de los que ahora beben en el Canarias (aunque sigue siendo un lugar habitual de barceloneses) no saben nada de estos concursos y les parecerían surrealistas. Por suerte, detrás de la barra, una foto en blanco y negro muestra a un Dalí que mira a cámara (era un habitual del lugar, a veces llevando a una pantera) y sostiene un enorme litro de cerveza. O un florero de oro, que es una idea más daliniana. 

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