Novedad del dúo de Cornellà

Estopa y su nuevo álbum, ‘Estopía’, canción a canción: un disco en el que “hasta los silencios tienen sentido”

Los hermanos Muñoz publican el próximo viernes su nuevo trabajo, que ofrece doce nuevas canciones de diversos palos, con rumba, rock y algunos atrevimientos, y con las que conmemoran su 25º aniversario de trayectoria

Estopa y EL PERIÓDICO brindan por el futuro a ritmo de rumba

Entrevista con Estopa en su estudio

Entrevista con Estopa en su estudio / JORDI OTIX

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ante su 25º aniversario, David y Jose Muñoz se propusieron grabar un álbum que fuera “un homenaje al disco de debut”, cuentan, pero, como suele suceder, la realidad fue por otros derroteros, si bien algo del eco de aquella obra resuena entre estas nuevas canciones. “Hacer un disco como aquel es imposible. Ahora tenemos otros ‘imputs” y el cambio de sonido desde entonces es enorme, pero hay algo que no cambia: el método, nuestras maneras”, cavila David en vísperas de la edición de ‘Estopía’, que tendrá lugar el próximo viernes. 

Un disco que bien puede entrarte por la portada, la más elaborada, compleja y detallista de la historia de Estopa, un dibujo de su querido David Salvador, el Jandi, que reconstruye ni más ni menos que ‘El jardín de las delicias’, el inquietante tríptico del siglo XVI que firmó El Bosco. “‘El jardín de las malicias’”, bromea David. “¡Un portadón!”. Lleno de guiños al mundo ‘estópico’: el cerdo de ‘Destrangis’, la araña de ‘Como Camarón’, el ‘Vino tinto’… Aclaran que “todo lo ha dibujado el Jandi, solo ayudado un poco por la IA como herramienta, y dibujado de nuevo buscando la mayor calidad y definición”. 

Repasamos de la mano de David y Jose las 12 canciones de ‘Estopía’, un disco que plantea una alternativa a la utopía y la distopía: “refleja nuestro mundo”. Álbum concebido como tal, con su recorrido y sus giros y puntos de inflexión. “Hasta los silencios entre canción y canción tienen sentido”, advierte Jose, “porque unas pausas son más largas y dramáticas que otras”. 

‘El día que tú te marches’

El primer sencillo del disco, publicado el pasado diciembre, abre el álbum dejando claro que la rumba indica el camino a seguir. “Al ser la canción que abre el disco, buscamos que fuera representativa. Tiene un poquito de todo: poesía, rumba, rock… y la voz de Chonchi Heredia”, explica David. La canción no habla tanto de perder un amor, que también, como del “miedo a que te abandone la inspiración”.

Estopa en su estudio

Estopa en su estudio / JORDI OTIX

‘Ke más nos da’

Cambio de tercio: “rock ‘cani’ con guitarra ‘punkie’ y palmas picadas, taca-taca, algo que nunca habíamos hecho”, observa Jose. “Un cambio de color, con potencia, porque los primeros temas de un disco no pueden ser en plan ‘me mueeero’…”, añade David. Tema para sacar punta a los días (y noches) sin mayores coartadas: “para celebrar que no necesitamos que haya nada que celebrar para disfrutar de la vida”.

‘La rumba del Pescaílla’

Homenaje a este pionero de la rumba catalana. “Es como un tercer derechazo en este arranque del disco”, ve David, que sitúa a Antonio González como uno de los “patriarcas de la rumba”: “Abraham, Jacob, Peret y El Pescaílla”, recita. “Un musicazo, aunque estuviera un poco a la sombra de Lola (Flores). Cogía canciones y las transformaba en rumba catalana: ¿Has escuchado su versión de ‘Chica de Ipanema’?”. 

‘No digo na’

Un giro introspectivo que le vino a la cabeza a David entre sueños, y no es una forma de hablar. “Sí, sí, me desperté con la melodía y la letra. Nunca me había pasado de una manera tan fuerte”. Flota la idea del amor como salvación de las almas descarriadas: “cuando me conociste, yo era un tren con retraso”, dice la letra. Apunta a “cuando estás perdido y la estrella te guía”. El “lucero” conecta con la historia sagrada, sigue David. “¿Sabes que esa palabra significa Lucifer?”.

‘Mañana clara’

Sin rodeos: “una de nuestras favoritas”, afirma Jose. Medio tiempo cálido y envolvente, “onírico y poético”, desliza David, que sitúa su origen en “la imagen de una chica que aparece por una ventana”, explica. “Un recuerdo borroso de mi infancia. Te daban ganas de cruzar esa ventana”.

‘La luz de las velas’

La “canción mutante” del disco, que es como “tres en una”, con cambios agudos de patrón rítmico. “La melodía no es sencilla, es un hallazgo para mí”, confiesa Jose. ¿Y el texto? Misterio. “Ni idea”, admite David. “Me vino así. A veces hay escritura automática… Que venga un psicólogo y la analice”.

‘Tan dulce’

Para sacudidas de ‘tempo’, esta montaña rusa que transita territorios que ellos ven “un poco ‘trianeros’, o a lo Extremoduro”, con un final que replica a ‘The trooper’, de Iron Maiden. Tema que, reflexiona David, “habla de la pareja y de que a veces hay que cambiar para que las cosas no cambien”. 

Estopa en su estudio

Estopa en su estudio / JORDI OTIX

‘Sin tinta en el boli’

“Me quedo dormido en lo mejor de la película…”, cantan en este otro medio tiempo sustancioso, “un poco melancólico” y con ecos algo siniestros. Esa cita al perro que aúlla. “Cuando era pequeño me decían que cuando aullaba un perro quería decir que el dueño iba a morir”, evoca David, cuya voz aquí se luce, dando la razón a su hermano. “Mi pelea con él, en todos los discos, es que su voz sola, cruda, sin efectos, es como más me gusta”.

‘Sola’

La canción número 9 en los discos de Estopa es “la mágica”. Aquí se entrevé un remordimiento. “Se sentía sola delante de mí”, dice el texto. “A veces lo que alguien quiere es simplemente un poquito de atención”, señala David. Despliegue de estribillos y emotividad flotante. Confiesa Jose: “Cuando la grabábamos tuve que intentar que no me cayera alguna lagrimilla”.

‘Pesadilla familiar’

La pieza más loca: “Anoche descubrí que mi madre traficaba con hachís”, comienza. “Un juego literario” a base de decir lo contrario de lo que es. “Habla de un día en que empiezas a descubrir cosas que no son como creías que eran, y se te viene todo encima”, explica David. La canción trajo cola en el ambiente familiar. “Me meto con todo el mundo, también con mi hermano. Me llamaron todos: ‘oye, ¿qué pasa?’”.

‘Del revés’

Una habitación de hotel, un estado resacoso, recuerdos borrosos… “Canción del día después. Muchos se van a sentir identificados”, estima David, que aprovecha aquí para atacar las cremas de rejuvenecimiento. “Yo estoy orgulloso de mis patas de gallo”. Alizzz ha realizado una remezcla de este tema que “saldrá más adelante”.

‘La ranchera’

Y cerrando, la canción número 12, el “experimento” de cada disco. “Nuestra versión de una ranchera”, aventura Jose. Una narración nocturna “pajarera”, inspirada en la memorable película ‘Jo, ¡qué noche!’, de Scorsese, que recrean en un videoclip montados en un taxi de Barcelona. Guiño al primer álbum, que terminaba con aquel tema llamado ‘Bossa nova’. El círculo que se cierra.

Suscríbete para seguir leyendo