Crítica de disco

‘La joia’, de Bad Gyal, un aquelarre disfrutón que puede conquistarte (aunque te resistas)

La cantante de Vilassar prefiere celebrar sus logros que avistar nuevos territorios en su primer álbum oficial 

ENTREVISTA | Bad Gyal: "Nunca actúo pensando en cambiar la mentalidad de nadie"

Bad Gyal, en una imagen promocional del 'single' 'Perdió este culo'

Bad Gyal, en una imagen promocional del 'single' 'Perdió este culo' / Natàlia Cornudella

Jordi Bianciotto

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Bad Gyal es esa cantante que el año pasado llenó locales como el Palau Sant Jordi sin disponer todavía de un álbum, valiéndose del impacto generado por un par de ‘mixtapes’, un epé y su aura de chica malota, jefa y princesa de las posturas. Una muestra de cómo pueden construirse ahora las carreras, si bien la dinámica basada en el goteo constante de ‘singles’ hace que ahora, su primer disco oficial (o algo así), pierda capacidad de sorprender, ya que resulta que conocemos hasta siete de sus trece canciones. 

Ese dato es a su vez orientativo de lo que ofrece ‘La joia’, un álbum que no representa el inicio de una nueva etapa para Bad Gyal sino más bien el resumen de lo que ella ha sido hasta ahora, ampliado con una cuota de temas nuevos que estiran a placer su canon reguetonero-jamaicano. Así lo ha querido ella al preferir esa fórmula a la entrega de un cancionero enteramente fresco. Pero ‘La joia’ no es un cajón de sastre ni un artefacto descompensado: ofrece una secuencia continuada y bien trabada de ‘tracks’, con su preludio y su ‘skit’ (interludio), invitando al goce de la afición con sus escenas de guerra de sexos y sus imágenes de alcoba, creando un estado hipnótico a través de ese ‘beat’ tropical abierto a los duetos angulosos, el primero en ‘Mi lova’ con Myke Towers. Para hacernos una idea del universo lírico: “Esa pussy huele a Chanel y sabe a coco”, informa el rapero puertorriqueño. 

Fijándonos en las novedades, destaca ‘La que no se mueva’, cita con el jamaicano Tommy Lee Sparta, figura del dancehall, sobre una base oscura y agresiva, incidiendo en un ítem poético, el culo, capital en el mundo de Alba Farelo. “Me tiene moviendo el culo con el tiempo…”, canta, imperativa. Y ahí está otro tema, ‘Perdió este culo’, donde saca su tono vocal grave y se muestra compasiva: “Yo le noto arrepentido porque sabe que ya perdió este culo”. Tragedia en el ambiente. “Sin ropa quiero verte”, contrataca Ñengo Flow en ‘Bad boy’. Se agradece el momento turbio que trae ‘Así soy’, dueto con Morad. 

Los temas ya conocidos, como las bombas ‘Chulo pt. 2’ (con Tokischa y Young Miko) y ‘Real G’ (con Quevedo), son fáciles de imaginar prendiendo fuego a las gradas en el próximo concierto. Que de eso va lo de Bad Gyal, no de entregar, por ahora, una obra trascendental, sino de divertir y excitar. ‘La joia’ es monotemático y deslenguado, si bien el sexo está en la base de la mayoría de los géneros populares y no procede hacernos ahora los moralistas. Y aunque sea también musicalmente lineal, es fácil acabar cayendo en sus redes, por algún conducto tontorrón, quizá ancestral, si les das al ‘play’ y lo dejas en bucle toda una mañana.