Banda en estado de gracia

La Ludwig Band: "Hoy, todo lo que sea un poco mejor que mediocre, ya es excelente"

El grupo barcelonés-ampurdanés publica su tercer álbum, ‘Gràcies per venir’, en el que desarrolla su impetuosa mezcla de folk y rock con narraciones torrenciales, afín a su ideal de “música popular en el sentido más amplio”

Los miembros de La Ludwig Band, en el parque de Joan Miró a mediados de octubre

Los miembros de La Ludwig Band, en el parque de Joan Miró a mediados de octubre / Jordi Cotrina

Jordi Bianciotto

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Todavía no hace un año que cerraron la gira del primer álbum agotando con antelación todo el papel en Apolo, el 1 de diciembre de 2022. El pasado julio llenaron el Teatre Grec, y ahora llega un nuevo disco, el tercero, ‘Gràcies per venir’. De un día para otro, todo comenzó a ganar velocidad en La Ludwig Band, un grupo que rompe clichés sobre la generación veinteañera con su fogosa herencia del rock y el folk, y sus citas a Pau Riba o a Bruce Springsteen. Lo suyo son las canciones “para cantar y bailar”, subrayan, y los conciertos “en los que pasen cosas inesperadas”, como, por ejemplo, “que aparezca un espontáneo y te arruine la noche o la haga memorable”.

Son palabras de Quim Carandell, cantante y compositor de este grupo asentado entre Barcelona y Espolla (Alt Empordà), un sexteto que atiende a la prensa al completo, sirviendo a los adorables principios de la camaradería juvenil. Cuando el periodista toma asiento, es recibido con un ostentoso bostezo del guitarrista Gabriel Bosch. Siempre apetece comenzar así una entrevista. Pero, con ellos, todo parece recubierto de un halo de informalidad ante el que hay poco que hacer. Recuerdan que Sisa dijo de La Ludwig Band es un grupo que “sale al escenario sin planchar” y no van a discutirlo.

La ‘conexión Manel’

El camino a este álbum lo asfaltaron ‘El meu amor se n’ha anat de vacances’, cántico al desamor liberador, la crítica a los empleos precarios de ‘Manela, no vull currar per vostè’ y ese ‘Contraban’ que en su inicio rinde honores a ‘Glory days’, de Springsteen. Y la canción del momento es ‘El gronxador’, la más meditativa y trémula, ¿tal vez para congelar sonrisas? “Sin querernos pasar de trascendentes, es una canción que gira alrededor de una idea muy simple: que la vida a veces va mejor, y otras va peor”, explica Carandell. “Se ha dicho que habla del miedo al fracaso, pero se refiere más a la vida en general que a nuestra carrera”.

El último grupo que sacudió el canon del pop-folk-rock en catalán fue Manel, y lo cierto es que la edición de ‘Gràcies per venir’ corre a cargo de la alianza de The Indian Runners, casa de La Ludwig Band, con Cerámiques Guzmán, el sello creado por los autores de ‘Al mar!’. Cuentan que la sintonía se produjo a raíz de que Pau Esteve, el teclista, fuera canguro de los hijos de Martí Maymó, bajista de Manel. Lo de los ‘ludwigs’ es más rock’n’roll y mucho más extrovertido en directo, pero ‘El gronxador’ se mueve en un territorio colindante. “Guillem Gisbert es un maestro, pero yo creo que soy más literal en los textos”, cavila Carandell. “Se nos sobrevalora un poco por las letras. Pero hoy todo lo que sea un poco mejor que mediocre ya es excelente”.

El bagaje tradicional

Hablan de lo suyo como de “música popular en el sentido más amplio”, que cubre “desde ‘Eva María se fue’ hasta las ‘nyacres’”, ilustra Carandell aludiendo a esa forma de canto popular del Empordà. “En Espolla hay una larga tradición de ‘glosses’ y canto improvisado. Es un bagaje importante para nosotros”. Y de ahí a Springsteen solo hay un salto de nada. “Él es un ejemplo de música tradicional llevada a una banda de rock, el prototipo de cantautor con banda, como podríamos serlo nosotros”.

¿Pero qué tecla ha pulsado La Ludwig Band para estimular esa respuesta popular? Ellos se sienten continuadores de una tradición catalana que pasa a través de Quimi Portet, Mazoni o Els Surfing Sirles. ¿Una sensibilidad que tal vez se encontraba desatendida? “No, no, atendida lo está, pero se tiene que ir renovando un poco”, responde Carandell. “Apelamos a lo más universal de la música catalana: una monja y un escalador tuvieron un hijo en Montserrat y nació el catalanismo. Nosotros venimos de ahí”.

Sin alzar barricadas ante las tendencias del momento. “The Tyets saben hacer canciones que puedes tocar con la guitarra. Eso marca una diferencia”, destaca el cantante de La Ludwig Band, que suspira por ver sus temas “incluidos en el cancionero de un ‘agrupament-escolta’, con la letra y los acordes”, subraya. “Es lo máximo a lo que puedes aspirar”.