Apertura de temporada

El Liceu penetra en la mente de Eugene Onegin

El Gran Teatre inaugura el curso este miércoles con una versión minimalista de la obra Chaicovski firmada por el director de escena Christof Loy

Víctor García de Gomar: "La polémica no es mala para el Liceu"

El Liceu presenta una temporada ecléctica

Josep Pons: "La orquesta del Liceu es un chute"

Los 10 mejores montajes espectáculos teatrales del 2022

EUGENE ONEGIN

EUGENE ONEGIN / ERIK BERG

Marta Cervera

Marta Cervera

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Liceu levanta el telón con una minimalista producción de 'Eugene Onegin', ópera de Chaicovski dirigida escénicamente por Christof Loy que incide en la psicología de los personajes. Hacía 25 años que no se veía en el Gran Teatre. Desde el foso el maestro Josep Pons, titular de la Orquesta del Teatre del Liceu, capitaneará la música que contará con los cantantes protagonistas que estrenaron en Oslo en 2020 esta coproducición del Den Norske Opera de Oslo con el Liceu y el Teatro Real de Madrid, que el covid impidió ver la temporada 2020-2021.

Svetlana Askenova como la tierna Tatiana Larin y Audun Iversen como el destructivo Eugene Onegin protagonizan la ópera en el primer reparto se ven envueltos en una acción donde el baile cobra un protagonismo especial. A diferencia de otras producciones la propuesta de Loy lo integra totalmente en el obra con una serie de bailarines para dar otra visión esta ópera rusa con un libreto basado en una obra en verso de Pushkin. "Chaicovski es muy claro en las formas clásicas, sus articulaciones son mozartianas pero el material es eminentemente popular", destaca Pons. Sus raíces, su mirada occidentalista y una excelente instrumentación se combinan en esta obra romántica que incluye guiños y citas a algunas de sus obras y de ellos sus populares ballets, género en el que Chaicovski brilló con piezas como 'El lago de los cisnes' y El cascanueces'.

Amor imposible

'Eugene Onegin' habla de una historia de amor imposible. Al principio una joven e impulsiva Tatiana se enamora localmente de Onegin y le declara su amor pero es ignorada por él. Años después el destino volverá a reunirles pero cuando ella ya está casada y valora su matrimonio. Entonces él se dará cuenta de lo que perdió e intentará recuperarla cuando ya es demasiado tarde.

"Mi problema es que entiendo a Onegin", confiesa Svetlana Askenova, que borda este rol. "Lo importante es transmitir emociones y me gusta que esta versión no está anclada en el siglo XVIII o XIX porque me permite interpretar el personaje con mayor libertad de movimientos". Audun Iversen añade: "El viaje emocional de Onegin exige mucho".

EUGENE ONEGIN

EUGENE ONEGIN / ERIK BERG

El director de escena ofrece una visión realista y se centra en la soledad de Tatiana en la primera parte. A partir del duelo entre Onegin y Lensky, se centra en la visión de Onegin, donde aparecen sus pesadillas. En esta versión un grupo importante de bailarines y actores aportan una nueva mirada. La polonesa del tercer acto no es nada tradicional. "El movimiento y la danza se integran en la obra, forman parte de la acción de manera orgánica. En la primera parte el movimiento refleja el mundo de los protagonistas. En la segunda, más abstracta, la coreografía es más extrema en consonancia con las emociones de los personajes", destaca Andreas Heise, el coreógrafo que ya había colaborado con Loy antes y que conoce muy bien la obra pues bailó el rol de Lensky en la coreografía que hizo John Cranko del ballet 'Eugene Onegin'.

¿Cuánto hay de Chaikovski en la obra?

Las conexiones biográficas de Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) se dejan notar en esta versión. Tanto en el amor de Tatiana por Onegin no correspondido al principio, pero sobre todo en el personaje del poeta Lensky, interpretado en el Liceu por Alexey Neklyudov en el primer reparto.

El compositor era homosexual, un estigma social en aquella época, pero se casó con una mujer joven que se obsesionó con él. El sufrimiento que le provocó su condición en aquella sociedad está detrás de su suicidó con tan solo 53 años, aunque hay diferentes teorías y oficialmente en su día se dijo que murió de cólera. Todo su dolor se puede leer entre líneas en el drama y el trazo musical. Sobre todo a través de la figura de Lensky, el personaje más próximo al compositor que refleja con sentido trágico ya antes de su duelo con Onegin.

Chaicovski nunca hizo explícita su homosexualidad a través de sus obras, algo impensable en aquella época. "Quizá solo en la 'Sexta Sinfonía' es donde mostó más su desgarro interior", apunta Pons. Su historia ha sido objeto de varias películas, la última 'La mujer de Chaicovski' donde ofrece la visión de Antonina Miliukova, una joven con la que se casó sin prometerle amor carnal después de que ella se enamora secretamente de él, le escribiera varias cartas y se le declarara.

Hay ocho funciones previstas hasta el 8 de octubre día en el que el en Liceu+LIVE, plataforma del Gran Teatre que empieza segunda temporda con 18.000 abonados.