Novedad del autor de 'Al vent'

Raimon defiende la denominación catalán-valenciano y critica el "desaguisado" del gobierno del PP y Vox

El trovador de Xàtiva publica ‘Personal i transferible’, un libro que exhuma los textos que escribió a diario entre 1981 y 1983, con temáticas que cuatro décadas después siguen marcando la actualidad cultural y política

Raimon, en la presentación de su libro 'Personal i Intransferible'

Raimon, en la presentación de su libro 'Personal i Intransferible' / Ana Puit

Jordi Bianciotto

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Las crisis de la profesión musical, las convulsiones políticas en torno al catalán (o valenciano), las fricciones entre las superpotencias… Ciertos temas de fondo no han cambiado tanto en estos 40 años, ¿no es cierto, señor Raimon? “Digamos que la Humanidad es perenne”, suspira el trovador retirado. “Te encontrarás que en épocas diferentes hay una temática muy parecida. No sé a qué es debido. No soy profeta. Pero hay cosas que son constantes en el hecho de vivir”.

Raimon se explicaba así, este miércoles en la librería Ona, a propósito de su nuevo libro, ‘Personal i transferible’ (ed. Empúries), que rescata el dietario que escribió entre el 25 de diciembre de 1981 y el 31 de diciembre de 1983, tomando el relevo a ‘Les hores guanyades’, volumen que cubría el año 1981 y que vio la luz hace cuatro décadas. Siguió escribiendo en sus libretas algunos años más, hasta finales de los 80, pero “cosas más dispersas, a lo mejor un día sí y otro no”, que seguramente acabarán viendo la luz en un tercer libro.

El influjo de Pla

Por ahora, este revela jugosos apuntes de la vida intelectual e íntima del autor de ‘Al vent’, de su día a día y sus viajes con Annalisa, del minucioso modo en que preparaba sus recitales, de las sobremesas con amigos como Vázquez Montalbán, Andreu Alfaro y Manuel Vicent. Páginas de duelo por su hermano fallecido a los 55, comentarios sobre lecturas y músicas (esa admiración por Kurt Weill) y reflexiones acerca de sus entrevistas con la prensa: confiesa que con frecuencia tiene la sensación de no ser entendido por el periodista. Y una protesta porque EL PERIÓDICO publica su fecha de nacimiento en la sección ‘Cumpleaños’. "Mi aniversario había sido hasta ahora familiar y privado", se quejaba el día antes de cumplir los 43. En 1983 no había Wikipedia. Prosa llana y pulcra, que según hizo notar Espriu, insinuaba un influjo de Pla. “Posiblemente, porque lo leí mucho”.

Como mar de fondo, las heridas de aquello que fue bautizado como ‘batalla de Valencia’, y que cuarenta años después se proyecta en ese gobierno del PP y Vox surgido de las urnas del 28-M. Preguntado al respecto, y aunque se le supone curado de espantos, no se priva de hablar del “desaguisado” practicado por “estos ‘blaveros’ que hay ahí”, que “quieren cambiar el acento a València y ponerlo cerrado” y que “están chiflados”, ventila sin cortarse. “Espero que todo esto se calme un poco”. Mientras, las cosas en el Congreso parecen ir por un cauce inverso. ¿Aceptamos ‘catalán-valenciano’ como denominación consensuada que asume la unidad de la lengua? “Claro, el diccionario Alcover-Moll ya ponía ‘català-valencià-balear’. El valenciano es una manera de hablar el catalán, como el catalán es una manera de hablar el valenciano. Es la misma lengua, y afortunadamente, hay una escritura que es buena para todos y que es lo que ahora estos quieren cambiar”.

Partidos, no, gracias

El libro cubre un par de contiendas electorales, las generales de 1982 y las municipales-autonómicas de 1983, en las que Raimon fue cortejado por diversas siglas políticas, a los que dio atentas calabazas. “Me han pedido que firme a favor de Nacionalistes d’Esquerra, del PSOE y del PSUC. No firmo por nadie”, escribe, y unas páginas más allá asegura que no piensa cantar nunca en ninguna campaña electoral. Así sería hasta su retiro, en 2017.

El autor de ‘Diguem no’ llevó esta máxima al extremo de rechazar la recién creada Creu de Sant Jordi. “Ha llamado mucha gente de diarios y radios que querían saber por qué, me dice Annalisa. Ya se lo harán. Tengo otras cosas que hacer", escribe al respecto. En la Ona amplió la explicación. “Cuando yo no me he sentido a gusto con lo que querían hacer de mí, he dicho que no. Sobre todo, en aquel tiempo, pasados ya unos años de lo que llaman democracia, cuando querían colocarte en el saco de los chicos de la resistencia, como si fueses pasado. Me rebelé contra eso”, señaló un Raimon que se confiesa identificado con sus reflexiones de entonces, sin desdecirse en ningún punto. “Lo escrito, escrito está”.