'Bird Box Barcelona', una pesadilla desde BCN para el mundo

Diez años después de devastar Barcelona en la posapocalíptica 'Los últimos días', los hermanos Àlex y David Pastor han querido tomarla de nuevo con su querida ciudad natal en 'Bird Box Barcelona' (Netflix, desde el 14 de julio), sorprendente primer 'spinoff' de aquel fenómeno sorpresa de 2018 llamado 'A ciegas'. A finales de aquel año, la adaptación al cine del libro de Josh Malerman se convirtió en la película original de Netflix más vista en su primera semana en catálogo; todavía hoy sigue en el cuarto puesto de sus filmes en inglés más populares. 

Debería ser motivo de orgullo local que la corporación haya confiado en los Pastor y la productora barcelonesa Nostromo para (empezar a) expandir seriamente una franquicia en la que tiene depositadas serias esperanzas. "Nos enteramos de que Netflix no quería hacer secuelas o precuelas, sino contar historias sobre el mismo mundo que estuvieran ambientadas en distintas partes del planeta", explica Àlex Pastor sobre el principio de este nuevo relato sobre el fin del mundo. "Nos parecía una idea muy original y solo posible en este mundo de plataformas internacionales. Por ejemplo, Marvel no hace películas en castellano en las que el superhéroe es local. Prefiere centrar todo en Estados Unidos o países ficticios [ríe, y su hermano le acompaña: química antigua]".

Aquí la prota ya no es Sandra Bullock, como en el original, sino Mario Casas como un noble padre de familia que debe proteger a su pequeña hija Anna (Alejandra Howard) a través de una Barcelona donde caminar con los ojos abiertos, al menos en el exterior, ha dejado de ser posible. Recordemos: sobre nuestro mundo ha descendido una entidad cuyas fuerzas de energía pueden cobrar el aspecto de los peores miedos de quienes las observan y conducirles al suicidio más fulminante. 

En su periplo al estilo de 'La carretera', Sebastián, que así se llama el héroe (local), y Anna cruzan sus caminos con un grupo de supervivientes al parecer fiables, entre ellos el matrimonio interpretado por Lola Dueñas y Gonzalo de Castro o la psiquiatra inglesa a la que da vida Georgina Campbell, protagonista del episodio 'Hang the DJ' de 'Black mirror' o el reciente éxito de terror 'Barbarian'. Ella es la más obstinada en reunir a la niña alemana Sofia (Naila Schubert) con su madre, que de estar viva habría podido tomar refugio en una tierra prometida llamada la montaña de Montjuïc. No quieran saber más de la trama. No lean sobre ella. Hay que llegar a 'Bird Box Barcelona' con la mente limpia y la guardia baja.

Apetito por la destrucción

Pregunto a los Pastor si Netflix confió en ellos por su experiencia destrozando Barcelona en 'Los últimos días' o por los notables resultados de 'Hogar', su anterior película en la plataforma. "No sé exactamente qué conocían los productores estadounidenses, los primeros con los que hablamos, de nuestro trabajo", comenta David. "Bueno, sé que habían visto 'Hogar' y les había gustado. Pero ha sido un proyecto muy distinto. Netflix no es algo monolítico, sino que hay muchos pequeños Netflix dentro de él. 'Hogar' fue una película pequeña que hicimos con Netflix en España, mientras que esta es una película mucho más grande hecha con Netflix Internacional. Son como entidades distintas dentro de la misma casa". 

Si la primera 'A ciegas' jugaba con el 'slasher', el 'survival' o la invasión doméstica, 'Bird Box Barcelona' es una sumersión de pesadilla en las ciénagas del terror religioso. (Àlex): "Es la misma historia que el público conoce, desde una perspectiva que no conoce". (David): "Cuando vimos la primera película, interpretamos que cada uno veía a aquellas criaturas a su manera y que las filtraba a través de sus creencias previas, sus esquemas. ¿Qué pasaría si esas creencias son religiosas? ¿Verías a las criaturas como monstruos o como ángeles? Quisimos explorar esas preguntas para que la película tuviera una personalidad propia y un sabor distinto al del original". 

Como en la anterior película, el tono puede recordar a veces a Shyamalan, pero los Pastor reconocen más abiertamente la influencia de Spielberg, sobre todo en las decisiones de cámara. "En esta película queríamos probar con la cámara al hombro –explica David–, pero controlada. Buscar la sensación de inmediatez y realismo, pero con movimientos que estén pensados y coreografiados. Spielberg lo hace maravillosamente en 'El puente de los espías', por ejemplo". Àlex remata la descripción de la misión: "Hacer planos pensados, pero nunca puramente por fardar. A todos nos gustan las pijadas, pero si haces un plano secuencia debe ser porque narrativamente tiene un sentido". 

La magia del cine 

Los habitantes y/o amantes de Barcelona sufrirán viendo el colapso de algunas zonas reconocibles de la ciudad, pero no, no hay 'set piece' en la Sagrada Familia. "No nos lo pidieron, por suerte", dice Àlex. "Queríamos mostrar cosas que fuesen únicas y específicas de aquí, pero sin caer en el cliché. Nos decantamos por sitios como los búnkers de Gràcia o el Teleférico, que existen y que la gente puede conocer, pero que no son esos sitios más manidos a los que te lleva el Bus Turístic. Poder rodar el final de la película en la Torre de Jaume I me pareció épico".

A nivel técnico y tecnológico, fue un rodaje complejo, pero no quizá de los modos en que un espectador fácil de engañar (como el arriba firmante) podría pensar. Hay escenas rodadas en calles de Barcelona, pero también en decorados a los que se podían añadir extensiones virtuales. (David): "Teníamos que tocar muchas teclas a la vez. Coordinar el elemento físico real con el digital. Hay una escena en la plaza del Cinc d'Oros y aquello no lo pisamos ni en pintura. Siempre paso por delante y digo: 'Mira, aquí es donde parece que rodamos, pero en realidad no [ríe]'. Es todo mérito de la diseñadora de producción Laia Colet y la gente de efectos especiales. En algunos casos usamos pantallas de LED, como hacen en 'The Mandalorian', porque nos permitía contar con exteriores que de otro modo habría sido imposible tener". Todo y así, aquí manda bastante la fisicidad: "Si un autocar se estrella y sale volando por los aires, se estrella y sale volando por los aires de verdad", avisa David.

Desde el viernes, día 14 de julio, muchos globos oculares de alrededor del mundo estarán puestos en el trabajo de los Pastor y en su nueva visión posapocalíptica de la capital catalana. Se puede criticar a las plataformas por diversos motivos, pero este sonado estreno no es, ni de lejos, una noticia apocalíptica para el cine hecho aquí ni para nuestra ciudad. Confiemos en que guste, en que aterre como lo pretende.