La cita musical en el Fòrum

St. Vincent y Caroline Polachek sacuden y embrujan la jornada final del Primavera Sound

El Primavera Sound cierra su edición de Barcelona con 253.000 asistentes antes del "reto de Madrid"

Calvin Harris impone la ley del subidón

Rosalía reconquista el Primavera Sound en su versión más vanguardista

Boiler Room, la fiesta más eufórica del Primavera Sound: Mura Masa aliña un eléctrico potaje

La excómplice de David Byrne y la emergente creadora art-pop firmaron convincentes actuaciones en la jornada final del festival, que registró también destacados conciertos de John Cale y The War On Drugs

La vocalista Caroline Polachek durante su actuación en el festival Primavera Sound.

La vocalista Caroline Polachek durante su actuación en el festival Primavera Sound. / JORDI COTRINA

Jordi Bianciotto

Jordi Bianciotto

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Una figura como Rosalía, que rompe las categorías y es una gran atracción en sí misma, puede desestabilizar el equilibrio interno de cualquier festival, pero, aunque este sábado en el Fòrum hubo abundante público que vino a verla solo a ella, el camino hasta su pase más que nocturno (hora poco familiar, las 2 de madrugada) no fue precisamente una sucesión de teloneros: ahí estuvieron divas pop del calibre de St. Vincent y la rampante Caroline Polachek, figuras con peso en cualquier cartel festivalero.

A Annie Clark, St. Vincent, nativa de Oklahoma crecida en Texas, la preceden las más distinguidas credenciales, incluido un álbum mano a mano con David Byrne que proyectó al futuro el legado de Talking Heads. Vino con un disco de sabor deliberadamente ‘retro’, ‘Daddy’s home’, si bien supo combinar esas canciones portadoras de reflejos del funk sedoso de los años 70 (‘Down’ o la pieza titular, con su guitarra wah-wah) y los números más celebrados de álbumes anteriores, empezando por la cadencia robótica de ‘Digital witness’, y siguiendo por el rugoso tacto rockero de ‘Birth in reverse’.

El grupo St Vincent durante su actuación en el festival Primavera Sound.

El grupo St Vincent durante su actuación en el festival Primavera Sound. / Jordi Cotrina

Bowie en la memoria

Se acercó a las primeras filas para estrechar manos en esa oda amorosa llamada ‘New York’ (con David Bowie en el subtexto, pese a que no llegó a conocerlo). Y dominó la situación valiéndose de un cancionero que se debatió sin apuros entre la divagación ‘groovy’ de ‘Los Ageless’, en torno a los clichés acerca de Los Ángeles, el rock catatónico de ‘Cheerleader’ y la pegada de otros temas de sus primeros álbumes, como ‘Year of the tiger’ o ‘Your lips are read’.

Si lo suyo podría calificarse de art-rock, en equilibrio entre la sensualidad y el intelecto, lo de The War On Drugs tira hacia una gestión apasionada del canon ‘singer-songwriter’, con ecos de Bob Dylan y de The Waterboys, sibilinamente tuneados con capas frías de sintetizador. Un diálogo audaz que no restó intensidad a un repertorio con corazón, donde despuntó la pieza que da título al último disco, ‘I don’t live here anymore’, con una introducción de teclado que haría feliz a la Kim Carnes de ‘Bette Davis eyes’. Adam Granduciel sacó punta de los medios tiempos con tensión flotante, como ‘Pain’ y ‘Strangest things’, con ese rastro de desamparo cósmico.

Barcelona. 03.06.2023. Icult. La vocalista Caroline Polachek durante su actuación en el festival Primavera Sound.

Barcelona. 03.06.2023. Icult. La vocalista Caroline Polachek durante su actuación en el festival Primavera Sound. / Jordi Cotrina

Hada inspiradora

Otro plato fuerte, la también estadounidense Caroline Polachek, confirmó expectativas con la sugerente puesta en escena de su segundo álbum en solitario, ‘Desire, I want to turn into you’, una de esas obras pop creadoras de un universo en el que extraviarte, si bien esas canciones no hablan de entelequias astrales, sino de una pulsión tan terrenal como es el deseo. Cantante de altos registros, abrió el ‘set’ con un esbelto aullido que fundió con las espirales armónicas de ‘Welcome to my island’, presagio de su pop vulnerable y con aura mágica.

Puesta en escena envolvente, de intensos tonos rojizos, y canciones que deslizan pistas melódicas delicadas y resonancias intimistas con vestigios folk, si bien, cuando conviene, concretan en funcionales artefactos pop tocados por la purpurina: de ‘Sunset’ a ‘So hot you’re hurting my feelings’. Polachek saludó a la concurrencia asegurando que el Primavera es su “festival de música favorito”. Ya actuó en el Fòrum en 2022, si bien todo, o casi, ha cambiado para ella desde entonces.

Leyenda andante

Y en un escenario recogido, el del Auditori del Fòrum, John Cale demostró que es posible ser una venerable leyenda andante y al mismo tiempo dar señal en el escáner de la creatividad. Su reciente ‘Mercy’, un tanto espectral y compasivo con la humanidad, centró el repertorio con temas como ‘Moonstruck (Nico’s song)’, dedicado a su amiga perdida, Nico, cantante de la primera versión de The Velvet Underground, así como ‘Not the end of the world’ y ‘Night crawling’.

Parapetado al teclado, arropado por un trío de guitarra, bajo y batería, dio un tratamiento a esas canciones algo más terrenal que en el disco, menos onírico, con su voz corpulenta en buena forma, y recuperó una vieja pieza que en su día adaptó Bauhaus, la enrarecida ‘Rosegarden funeral of stores’. Pasándose a la guitarra, evocó viejas corrosiones ‘velvetianas’ con ‘Cable hogue’, si bien el Cale más canónico, el del piano, se lució en las notas repetitivas de ‘I’m waiting for my man’, evocando al colega Lou Reed y al tráfico de heroína en las calles de Manhattan, y en uno de sus ‘covers’ hiperexpresivos, ‘Heartbreak hotel’, releyendo a Elvis viscosamente. Polvo de leyenda para encarrilar la jornada final de este 21º Primavera Sound.

Suscríbete para seguir leyendo