Política y moda

¡La Virgen!, por Patrycia Centeno

Nazarena

Nazarena / Canal Sur Tv

Patrycia Centeno

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Tras la creciente polémica acabé viendo el gag sobre la Virgen del Rocío para comprobar la supuesta aberración que TV3 había cometido contra los andaluces y los católicos. No sé si tengo legitimidad para hablar en nombre de ninguno de los dos colectivos; pero ni como descendiente (paterna) de riotinteños ni como creyente (aunque no practicante) localicé la gran ofensa. Otra cosa sería valorar la gracia de la parodia, pero tampoco me dedico al análisis humorístico. Y aunque tal vez no me riera esta vez con la intensidad de otras ocasiones, les aseguro que si hay algo que desde una edad temprana valoro de la televisión pública catalana es la capacidad que tienen de reírse de todo (por cierto, no vi a los abogados cristianos indignados cuando la misma actriz a la que han señalado hizo un 'sketch' interpretando a la Moreneta para denunciar la pederastia en Montserrat...).

El programa 'Polònia', que lleva más de 17 años en antena, es uno de mis preferidos y lo considero una de las mejores crónicas políticas que existen en la actualidad porque (a pesar o gracias a las exageraciones) afinan en aquellos detalles que nadie se atreve a retratar por intereses, miedos o ignorancia... "Si quieres decir la verdad, emplea el humor o te matarán", aconsejaba el gran Billy Wilder. Así que algunas veces cuando maliciosamente (lo confieso) comparto un gag con un colega o amigo al que la parodia le afectará ideológicamente y me contesta que por qué no lo hacen con los demás (políticos), ya suelo tener la respuesta preparada porque siempre hay una réplica en forma de mofa sobre el adversario (la cual entonces, casualmente, sí le hace gracia). Así que el peligro de TV3 no está en reírse de todo, sino cuando se prohibe una broma porque no soportan que los profesionales a los que habían contratado para hacer un humor gamberro hagan su trabajo (nunca vi 'Zona Franca', pero me pareció encomiable que el presentador Joel Díaz renunciara después de que despidieran a uno de su colaboradores).

Ilusa de mí, imaginé que después de lo ocurrido en 2016 con Charlie Hebdo a todos nos quedó claro que el humor (nos agrade o no) es una manifestación más de la libertad de expresión... Así como en el gag del programa de humor 'Està Passant' no encontré el supuesto ("delito de") odio; en las declaraciones de algunos políticos, presentadores y tertulianos que presuntamente hablaban en serio vi asomar el "a por ellos" del 1O. Pero no pretendo convencer a nadie porque para gustos en el humor, la sátira, la crítica y la opinión, colores. Solo recordar que existe un remedio muy práctico, sencillo y eficaz: cambiar de canal.

Sin embargo, a veces haces 'zapping' y lo que te encuentras es aún peor. Como toparse con un vídeo del Dalái Lama besando a un niño en los labios y pidiéndole luego que le chupe la lengua. ¡La Virgen! Al crío se lo ve primero entusiasmado abrazando al Dalái (lo agarra con fuerzas y con una gran sonrisa como si fuera un peluche achuchable) para luego irse sintiendo cada vez más descolocado (primero reacio al pico sin entender muy bien que pretende y después con la cabeza y espalda rígida ante aquel señor que creía divino). El Dalái se ha acabado disculpando amparándose en que se trataba de una "broma"... Es cierto que le hace cosquillas e incluso le da un coco al chocar cabezas y ambos sonríen, pero la imagen se antoja inquietante y repulsiva y empeora cuando recuerdas que su santidad admitió conocer numerosos casos de abuso sexual por parte de monjes a menores y no hizo mucho más (solo animó a las víctimas a que señalaran públicamente a esos gurús).

Pero cuando parecía que la Semana Santa nos había traído poca esperanza y paz espiritual, se obra el milagro en forma de belleza fotográfica y recuperas algo de fe. María, una nazarena ataviada con el capirote puesto amamantando a su hijo durante la madrugá en la Hermandad del Cautivo de Sanlúcar de Barrameda para reivindicar un papel más activo de la mujer en la Semana Santa y defender la naturaleza de la lactancia materna como uno de los gestos más bellos y amorosos que existen. Por supuesto, a algunos les ha ofendido también esta estampa porque una cosa es que la Virgen dé el pecho a Jesús en retablos y esculturas y otra que María se atreva a hacerlo en carne y hueso. ¡La Virgen!

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