Cine

'Loli Tormenta': la despedida de Agustí Villaronga

Este viernes se estrena 'Loli Tormenta', la obra póstuma de Agustí Villaronga. Mario Torrecillas, argumentista y guionista del filme, evoca la figura del director y el complicado rodaje

Agustí Villaronga

Agustí Villaronga / DAVID CASTRO

Quim Casas

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La historia de 'Loli Tormenta', comedia y drama al mismo tiempo sobre la relación entre dos adolescentes y su abuela, afectada por el Alzheimer, comenzó a gestarse en un piso de la calle Trafalgar de Barcelona. Lo compartían el director Agustí Villaronga y el guionista y autor de novelas gráficas Mario Torrecillas, con dos zonas para cada uno. 

De vez en cuando, Villaronga asomaba por la estancia que Torrecillas había convertido en su estudio. Este escribía una historia para cómics con el título de ‘Dream team’, centrado en las andanzas cotidianas de varios chavales. Torrecillas nos explica que "a Agustí le gustó la idea y quería convertirla en una película. Los derechos los tenía un productor valenciano que, sin decirnos nada, los traspasó a unos franceses". Julien Rappeneau, hijo del también director Jean-Paul Rappeneau, adaptó la historia de Torrecillas en 2019 con el título de ‘Fourmi’. Aquí se estrenó como ‘Una pequeña mentira’.

Pero la semilla de aquel proyecto con el que Villaronga quería dar un giro a su trayectoria y realizar una comedia más luminosa, en oposición al estilo que le había caracterizado con 'Tras el cristal' y 'El mar', entre otros títulos del cineasta mallorquín fallecido el pasado enero, estaba plantada. Tras disiparse el enfado con el productor valenciano, decidieron adaptar la segunda parte del cómic escrito por Torrecillas. Pero sin prisas. Mientras tanto, Villaronga realizó su filme en Arabia, ‘Nacido rey’, y se embarcó en ‘El ventre del mar’.

Una escena de 'Loli Tormenta'

Una escena de 'Loli Tormenta' / 'Loli Tormenta'

"Esta la voy a hacer", recuerda Torrecillas que le decía su amigo. Pasó el tiempo y el proyecto no cuajaba. Villaronga insistía. Y finalmente encontró financiación. "Le dije que no estaba para rodar una película", comenta su amigo y guionista. “Los médicos le hicieron firmar un papel en el que los eximía de cualquier responsabilidad. Le acababan de operar de un cáncer en el estómago. Le estaban dando quimio. Pero él quería hacer la película”.

Villaronga se salió con la suya. Era consciente de lo que ese rodaje suponía. Sabía que sería su filme póstumo. Lo quería realizar costara lo que costara. Torrecillas evoca lo duros que fueron aquellos días: "Empezó el rodaje de 12 horas cada día, con un calendario muy apretado. Se levantaba por la mañana gritando de dolor, se calmaba un poco e iba al rodaje. Estuvo al pie del cañón hasta el final".

'Loli Tormenta' se filmó el pasado verano. Director y guionista entonces ya no compartían piso. Lo hicieron durante 11 años. Durante la pandemia, Villaronga se fue a Palma de Mallorca para preparar ‘El ventre del mar’. "Fui algún día al rodaje. Estaba todo el equipo parado preparando una escena en la clase de los niños", rememora Torrecillas. "Villaronga se encontraba en un aula, estirado en una mesa con mucho dolor. Se levantó e hizo la escena. El equipo estaba muy asustado. El productor cortó el rodaje cuando quedaban varias escenas por rodar. Él montó en cólera. Me dijo que había hecho todo lo que había podido".

Villaronga empezó la fase de montaje cuando se encontró un poco mejor. Durante las mezclas del filme tuvo otro bajón. "Le ingresaron y aún seguía dando instrucciones al músico para que hiciera una nueva mezcla de uno de los temas". Según Torrecillas, su amigo se auto-inmoló. "Tenía mucho cariño por esta historia. Nunca había hecho algo así. Tenía ganas de hacer una comedia, le gustaban mucho Berlanga, Ferreri, Azcona".

La versión en cómic de 'Loli Tormenta', escrita por Torrecillas, ilustrada por Nuria Farré y editada por Bruguera, aparecerá en el próximo Salón del Cómic de Barcelona. Un complemento a una película que para su guionista “es un filme luminoso que Villaronga quería hacer porque sabía que se estaba yendo. Agustí tenía una faceta muy alegre, divertida, que la gente conocía menos. Y quería transmitirla en una película”. Con Susi Sánchez conectaron enseguida, apunta Torrecillas. Sería la última actriz a la que dirigiría uno de los autores fundamentales del cine español de las últimas cuatro décadas.

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