Un autor con sello propio

Shyamalan, el cine de la sugerencia y la sorpresa

Cinco claves para aproximarse al universo creativo del director de 'El sexto sentido'

James McAvoy, en una imagen de 'Glass'

James McAvoy, en una imagen de 'Glass' / Jessica Kourkounis

Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

M. Night Shyamalan se va a la playa en ‘Tiempo’, y ese espacio natural y libre le sirve para seguir desarrollando su particular estilo y sus tramas de cine fantástico. Hay muchas formas de acercarse a su cine. Planteamos aquí cinco rasgos característicos.

El 'twist' o final sorpresa

El 'twist' puede servir para dos cosas. En la primera, se trata de gratificar al espectador con un plano final inesperado, pero sin consecuencias para la historia. En el terror se practica mucho: un buen ejemplo es el final de ‘Carrie’. En el segundo caso, más elaborado, el 'twist' otorga a la película un sentido completamente distinto y nos hace plantearnos de otro modo lo que hemos visto a lo largo del metraje. Uno de los más celebrados es el de ‘El planeta de los simios’. Pocos son tan contundentes como el que cierra ‘El sexto sentido’, cuando descubrimos quién es en realidad el personaje de Bruce Willis. En ‘El protegido’ ideó otro 'twist' quizá no tan radical, pero igual de coherente.

A partir de este momento, Shyamalan fue esclavo de sí mismo y se vio en la obligación de cerrar casi todas sus películas –‘Señales’, ‘El bosque’, ‘El incidente’, ‘La visita’– con un 'twist'. Parecía que la cinta no era buena si no tenía una sorpresa en su desenlace: el espectador lo esperaba –como espera la escena pos-créditos de una producción Marvel– y, si no lo había, suponía una decepción. La idea se fue agotando hasta que el cineasta pudo liberarse o utilizarla de una manera distinta como en ‘Múltiple’, integrando el último plano de este filme en el universo de uno anterior. Pero más allá de algún desengaño, el 'twist' en el cine contemporáneo le debe mucho al director de ‘El sexto sentido’.

La cultura del superhéroe

El díptico formado por ‘Múltiple’ y ‘Glass’ habla de seres con superpoderes, aunque no vayan con las mallas y máscaras de los superhéroes tradicionales. Entre las 23 personalidades múltiples de su protagonista, James McAvoy –el profesor Xavier de los X-Men–, se cuela una llamada La Bestia, como uno de los 4 Fantásticos. En ‘El protegido’, Shyamalan realizó una fascinante exploración de la cultura del ‘comic book’, de los héroes y sus némesis, a partir del personaje de Samuel L. Jackson, el hombre que se rompe los huesos con una facilidad pasmosa, pero que es capaz de crear una sofisticada trama a partir de los legendarios tebeos que atesoró en su niñez.

Actores duros

Bruce Willis y Mel Gibson son dos tipos duros. Shyamalan estableció con el primero una gran compenetración. Willis está espléndido en ‘El sexto sentido’ y el director escribió ‘El protegido’ pensando siempre en él para el personaje. Lejos de ‘Luz de luna’ y ‘Jungla de cristal’, Willis alcanzó la madurez con Shyamalan. Nada en principio más alejado del ideario de Gibson que el tipo de historias fantásticas expuestas por Shyamalan, pero ahí está su trabajo como el pastor protestante enfrentado a los alienígenas de ‘Señales’. Incluso hizo buenas migas con Will Smith, y limó sus excesos cómicos, en la peor de sus películas, ‘After earth’.

En los dominios del fantástico

Se le criticó que mostrara al extraterrestre de ‘Señales’ cuando había construido toda la película a partir de la sugerencia antes que la evidencia, pero la imagen de su enfrentamiento con Gibson es muy estilizada. Como su tratamiento de los relatos de fantasmas, las visiones paranormales, las extrañas ninfas que aparecen en un bloque de apartamentos (‘La joven del agua’) o el concepto apocalíptico que anida en ‘El incidente’, donde los árboles, el viento y la vegetación tienen una cualidad fantástica perdida en el cine contemporáneo; otro buen filme en esta línea es ‘El bosque’.

Acostumbrado al cine de cierta producción, Shyamalan se ha desenvuelto bien con el terror de bajísimo presupuesto, como demuestra ‘La visita. ¡Y no olvidemos que fue el guionista de ‘Stuart little’, la historia de un ratón parlante!

La televisión

De momento ha hecho un corto recorrido de ida y vuelta. En 2010 rodó en 3D ‘Airbender, el último guerrero’, adaptación en imagen real de la serie ‘Avatar.: the last airbender’, mezcla de aventuras, artes marciales y fantasía. Poco destacable. Cinco años después produjo ‘Wayward Pines’, de la que dirigió el piloto. Aunque discreta, tiene una atmósfera muy propia de Shyamalan, con ese bucólico pueblo convertido en un organismo vivo del que no se puede escapar.

Suscríbete para seguir leyendo