Ramon Solsona: "Sufrimos las consecuencias de una dictadura mal cerrada"

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Irene Dalmases

Feliz de que gracias a su anterior novela, "Allò que va passar a Cardós", hayan aumentado las visitas al Pallars, Ramon Solsona cambia ahora de registro y presenta "Disset pianos", protagonizada por una mujer a la que le cambia la vida después del fallecimiento repentino de su compañero.

En una entrevista con Efe, el escritor no esconde que se sentó ante el ordenador a partir de un hecho real, de alguien que conoce que tenía una pareja que era restaurador de pianos y que murió de un día para otro "dejándole" diecisiete pianos en un taller.

Sin embargo, advierte, "a partir de este hecho, hay mucha fabulación y una idea básica que recorre la novela, que es que la vida da golpes inesperados y que te llevan a tener que tirar hacia adelante de una manera que nunca antes habías imaginado, en un mundo nuevo, con personas muy diferentes entre sí y que desconocías".

Solsona argumenta que "puede ser que haya gente a la que no le pase prácticamente nada en su vida, pero también hay aquella persona que se ve obligada a reaccionar en un momento de incertidumbre y duelo y son las circunstancias las que le van guiando".

Publicada por Proa, en la novela, que transcurre entre Barcelona y Rumanía, la protagonista, Mei, ve como, en apenas un suspiro, su vida da un vuelco y se encuentra ante responsabilidades que nunca había imaginado y ante una biografía, la de su fallecido compañero Péter, sobre la que se da cuenta que desconocía algunos momentos.

Acabará viajando hasta Bucarest para conocer a la madre y a la hermana de Péter y entrará en contacto con un mundo perturbador, en el que, sin embargo, también hay un poeta como Dumitru Costadinescu.

El compañero de Mei, precisa Solsona, "era rumano y tenía una cuestión pendiente con la dictadura de Nicolae Ceausescu, de manera que en este libro también aparece la cuestión de las dictaduras mal cerradas, con víctimas y con heridas abiertas".

En este punto, el autor no rehuye que "de los pianos hay una derivación hacia una cuestión con trasfondo político europeo, creo que muy actual".

Además, destaca que mientras escribía este texto, la realidad de los días de septiembre y octubre de 2017 en Cataluña se cruzaron, "lo que te afecta, porque cada día superaba el anterior y estaba en estado de choque continuado".

A su juicio, "tanto Rumanía como nosotros sufrimos las consecuencias de una dictadura mal cerrada, perdonada y absuelta. El magma, el fuego interno de la dictadura, pervive y más tarde que pronto rebrota".

Aunque ya había visitado anteriormente el país de los Cárpatos, a raíz de esta novela ha vuelto a viajar hasta allí y ha vuelto a hablar con algunos de sus amigos rumanos.

Considera que treinta años después de la caída de Ceausescu, "uno se encuentra con un país corrupto en el que la democracia no acaba de funcionar, pero, al mismo tiempo, ve que es un lugar enormemente creativo, muy potente en el ámbito cultural".

"De la misma manera que la vida tiende al futuro y ofrece situaciones imprevistas, el pasado que creemos cerrado, cuando menos uno lo imagina, aparece y pasa cuentas, y como ocurre en el caso de mi novela, también a nivel individual", apunta el autor barcelonés.

Como pasa en otras obras suyas, la música vuelve a tener su peso y es que, en su opinión, "la vida sin música no vale nada, la necesitamos siempre".