El edificio más desconocido del Campus Sud de Barcelona donde los turistas podían dormir por 30 €

No tiene el vestíbulo del Palace ni la terraza del Majestic. Pero con unas sábanas limpias, muebles pre-Ikea y un plato de ducha, la verdad es que las habitaciones dan el pego. Sus residentes están matriculados en la UB o la UPC -o cursan un máster o preparan un doctorado-, y se alojan de octubre a junio después de abonar una única tarifa que incluye manutención con pensión completa. Disponen de biblioteca, gimnasio, auditorio, bar de acceso libre… y capilla!

El complejo, neorracionalista, lo forman dos cuerpos simétricos, el 'Penya' y la 'Montse', unidos en los 80 por un puente cubierto. Obviamente, chicos y chicas están mezclados, no como antaño. Y hay mucha más permisividad: las parejas y acompañantes, por ejemplo, son bienvenidas hasta las 23 h, mientras lo hagan constar en conserjería. Lo que años atrás hubiera sido un claro ejemplo de libertinaje indecente, hoy es una máxima: no interferir en la vida privada de los alumnos y darles completa autonomía.

Sí que se controla, sin embargo, que en el comedor no vayan intrusos o que una misma persona no coma o cene dos veces. De igual modo, se pide a los huéspedes que tengan una participación activa en las actividades culturales y deportivas que se organizan, y que acrediten, para poder renovar su estancia, un rendimiento académico.

“No somos un hotel”, me recuerda Marc Codes, el jefe de estudios, si bien antes de la moratoria se hacían reservas en la página de Facebook, y los turistas podían dormir por solo 30 € la noche durante el periodo no lectivo. “Y regalábamos una T-10”, añade. Una cosa no quita la otra. En los Colegios Mayores Penyafort-Montserrat se persigue la excelencia, y es en parte por esta razón que en el terrado -con grandes vistas pero sin piscina- no se hacen ensayos de la Telecogresca ni se sirven gintónics ni amaretto sour. / Av. Diagonal, 639-641.