Emotiva 'Missa solemnis'

El Cor de Cambra del Palau brilla con la obra de Beethoven dirigida por Jean-Christophe Spinosi

'Missa solemnis' en el Palau de la Música.

'Missa solemnis' en el Palau de la Música. / periodico

CÉSAR LÓPEZ ROSELL / BARCELONA

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Un paso más hacia la internacionalización del Cor de Cambra del Palau. La participación de la coral profesional de la casa junto al potente Ensemble Matheus y cuatro estacados solistas en esta producción de la imponente ‘Missa solemnis’ de Beethoven supone un salto de calidad para el grupo que dirige Josep Vila i Casañas. Con el recinto prácticamente lleno, la producción comandada por el vehemente pero preciso pulso del innovador Jean-Christophe Spinosi, llegó a buen puerto en el inicio de una gira que le llevará la próxima semana a Aix en Provence (Francia) y Dortmund (Alemania).

La interpretación de la que es la última obra de la limitada creación religiosa del genio de Bonn, una de las más importantes de su trayectoria, mereció la aclamada celebración final. Las dificultades que, sobre todo para el coro, tiene la recreación de esta espiritual, emotiva e inusual partitura, hace que no sea muy representada en los auditorios. De hecho la de la noche del lunes fue la de su debut en el ciclo Palau 100. Y hay que decir  que el ensamblaje entre todos los elementos del programa alcanzó un alto nivel, gracias al nervio y dinamismo que imprimió la enérgica dirección de Spinosi y a que la coral ofreció una de sus más completas actuaciones.

EXALTACIÓN Y LIRISMO

Desde la apertura con la grandeza del ‘Kyrie’, de mayestática escritura coral, pasando por la exaltación de un ‘Gloria’ lleno de lirismo y recogimiento en la plegaria ‘Qui tollis’, se llega a los inmensos pasajes del ‘Credo’. El movimiento más notable de esta pieza permitió mostrar la fuerza expresiva de los intérpretes en momentos como ‘Crucifixus’ y en la difícil ‘Et vitam venturi seaculi’ del cierre. El ‘Sanctus et Benedictus’, con un brillante preludio orquestal e intensos momentos corales como ‘Ossana’, antecedió a la tensa invocación al perdón y la paz del ‘Agnus Dei’, con inserción de aires marciales.

La formación orquestal francesa fusionó sin demasiados problemas su lenguaje sonoro con el de la coral y el de los solistas, entre los que destacó el renombrado barítono austriaco Florian Boesch.

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