El festival de cine fantástico de Catalunya
Fiesta caníbal en el Amazonas
Eli Roth rinde tributo a 'Holocausto caníbal' de Ruggero Deodato en la sangrienta 'The green inferno'
Julián García
Periodista
JULIÁN GARCÍA
En 1980, el director italiano Ruggero Deodato estrenó una de las obras emblemáticas del gore, Holocausto caníbal, atroz muestrario de violencia en sus formas más sanguinarias que causó un gran revuelo debido a la (falsa) creencia de que se trataba de una snuff movie en la que los actores habían sido realmente asesinados. En los títulos de crédito finales de The green inferno, su director, Eli Roth, dedica el filme a Deodato y recuerda, una a una, las películas de temática caníbal que le sirvieron de inspiración, como Comidos vivos! (1980) y Caníbal feroz (1981), ambas del maestro Umberto Lenzi. «Una de las virtudes de mi amigo Quentin Tarantino fue recuperar algunos de sus filmes antiguos favoritos y darles un toque moderno. En mi caso, he querido recuperar a Deodato y Lenzi, aunque también al Herzog de Fitzcarraldo y Aguirre o la cólera de Dios», explicó ayer Roth en la presentación, dentro de la sección oficial a competición, de The green inferno, su particular acercamiento (mucha sangre, carne, vísceras y humor) al incómodo universo del canibalismo amazónico, que fue recibido con júbilo por la parroquia de Sitges, siempre ávida de emociones fuertes.
The green inferno relata la peripecia de un grupo de estudiantes estadounidenses en su intento de detener la acción de una multinacional del gas en la selva de Perú. Los activistas paran a las excavadoras en primera instancia, pero, ay, caen capturados por una tribu indígena entre cuyos poco aconsejables hábitos alimentarios se incluyen la carne y las vísceras humanas. «En Estados Unidos hay un activismo perezoso por parte de estudiantes muy inteligentes y preparados que quieren hacer bien las cosas, pero sin tener que cambiar mucho sus vidas, que se creen que por enviar un tuit de protesta ya son mejor persona», afirmó Roth. De algún modo, ese sería el trasfondo crítico de The green inferno, como lo era el turismo sexual en Hostel, cima del torture porn que Roth dirigió en el 2005. Pero más allá de la reflexión, al final lo que se impone es el aquelarre juerguista y desacomplejado, con los gringos boqueando y los indígenas arrancando lenguas, ojos, brazos y piernas, comiéndoselos a lo vivo y cocinando los troncos sobrantes al horno de leña. Pura fiesta caníbal que, según afirmó su productor, el también director chileno Nicolás López, tendrá una continuación.
Los indígenas y el cine
Roth, que compareció ante la prensa junto a la sufrida actriz protagonista, la chilena Lorenza Izza, explicó una historia relativa a los nativos que participan en el filme que dio que pensar. Por lo visto, el productor peruano halló en la selva a unos indígenas que no conocían ni la telefonía móvil ni el cine ni la televisión... y «para que supieran lo que queríamos hacer con ellos no les puso E. T. ni El mago de Oz, sino Holocausto caníbal. Pensaron que el cine era eso».
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