"No todos somos como el juez Calamita"

Encarna Roca realizó ayer en Tribuna Barcelona, el foro de opinión de EL PERIÓDICO, un encendido alegato en defensa del papel de los jueces en la sociedad y, tras recordar el mandato constitucional por el que la justicia emana del pueblo, recla-

mó un voto de confianza que les permita demostrar que, en efecto, la judicatura sirve única y exclusivamente a la ciudadanía. Reconoció que la gente de a pie tiene una percepción desastrosa del colectivo, pero que, como pasa en otros gremios, esta mala imagen la proporcionan apenas "el 10%". Fue ahí cuando la magistrada de la Sala Primera del Supremo exclamó: "Es que parece que todos seamos como Fernando Ferrín Calamita. ¡Yo no soy Calamita!", en referencia al juez murciano inhabilitado por retrasar de forma maliciosa la adopción de una menor solicitada por la compañera sentimental de la madre biológica.

Ante la sensación de que las po-

lémicas puntuales protagonizadas por algunos jueces impedían a muchos ver el bosque, Roca quiso volver al origen. Y este no es otro que ser la garantía --también ante, y a veces a pesar de, los otros poderes que describió Montesquieu (el legislativo y el ejecutivo)-- de que las normas se cumplen. Puso como ejemplo los casos de Mario Conde, del GAL --y el encarcelamiento del exministro José Barrionuevo-- y de Luis Roldán. "La participación de los jueces en estos asuntos delicados suponen toda una garantía para los ciudadanos de que todavía no vivimos en una república bananera", sentenció la magistrada y catedrática de Derecho Civil. Y es que, "de vez en cuando, la democracia debe ser purgada --señaló Roca si acaso comparando el sistema democrático con un radiador--, y esa purga la deben realizar los jueces".

DOBLE INDEPENDENCIA

La sesión del Tribuna Barcelona versaba sobre la independencia judicial, y a ella aludió la magistrada. Tanto a la externa, la que ejercen otros poderes e instituciones, como a la interna, la que surge por la acción de los medios de comunicación y que puede interferir en el justo juicio. En ese punto, la ponente señaló que la "sociedad actúa" a través de los medios y que se requiere un esfuerzo de pedagogía que permita explicar para qué sirve la judicatura y que esta está al servicio de los ciudadanos. De esta manera, dijo, "se evitarían se-

gún qué presiones". Y es que juzgó --casi sumarísimamente-- que no hay periodista que "se lea una sentencia de 100 páginas de extensión".

EN MANOS DE LOS PARTIDOS A

preguntas del auditorio, Roca defendió la elección de los miembros de los tribunales por parte de los partidos políticos y señaló que ello no supone ningún menoscabo de la independencia de cada uno. Eso sí, cuando fue preguntada por la polémica que envuelve el esperado fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, la soslayó por tratarse de una instancia ajena a su ámbito, es decir, el Tribunal Supremo.

Retornando a los criterios judiciales, la magistrada afirmó que en "en la Sala 61 sala especial del artículo 61 de la ley orgánica del Poder Judicial del Supremo hay jueces presuntamente de todos los colores, pero las decisiones se toman siempre por unanimidad", eso supone, según Roca, que los magistrados deciden "por criterios jurídicos" no por "ideolo-

gía" ni por "razones políticas". Esta sala es la que aborda los procesos de ilegalización de partidos políticos y de errores judiciales, entre otros casos de especial importancia.

Dicho de otro modo, el juez solo está sometido al imperio de la ley, y ahí no caben ni veleidades políticas ni desacuerdos personales con las normas a aplicar en cada momento. "El que quiera hacer objeción de conciencia, que se salga de la carrera judicial", sentenció Roca.