Jordi Miralles: «Ya no hay tiempo para debatir. Hay que actuar»

-!Nos aprovechamos de los recursos de las generaciones futuras!

-Vayamos por partes.

-Mire, es tan fácil como darnos cuenta de que todos los datos nos dicen que tenemos que cambiar.

-Y en cambio…

-Todas las políticas que estamos haciendo son a la vieja usanza, con criterios de que aquí no pasa nada. La realidad es que vamos directos al precipicio. Está claro con el cambio climático y, ante esto, cualquier país debería prepararse. ¡Hay que reducir la dependencia del petróleo!

-Diagnostique la urgencia.

-Me sorprende que los políticos planteen infraestructuras dedicadas a vehículos privados o aeropuertos. Y me sorprende también que lo ferroviario no tenga la prioridad que debe tener. El AVE supone menos consumo energético que el avión, pero los trenes nocturnos aún consumen menos y ya casi no hay.

-¿Décadas de concienciación verde no han servido para nada?

-Hay un divorcio entre lo que la gente siente y lo que hacen los gobiernos. Hasta la negociación del clima se está planteando desde el punto de vista del consenso, lo que es muy interesante si hay tiempo, pero si no hay tiempo, lo lentifica todo. Excepto Alemania, nadie quiere ponerse al frente y dar ejemplo.

-Creía que en energía renovable no estábamos tan mal.

-[Suspira]. España copió mal el modelo alemán y eso creó un proceso especulativo que ha hecho que el Gobierno haya recortado todas la políticas de las renovables reales.

-Perdón...

-La banca y las grandes empresas se dieron cuenta de la burbuja inmobiliaria, entonces empezó el proceso especulativo con las energías renovables. Le pongo un ejemplo: el 80% de las instalaciones fotovoltaicas de Alemania están en manos de particulares y pequeñas empresas; el 20% restante, en el gran capital. Aquí es exactamente a la inversa.

-¡De nuevo la especulación!

-Una prioridad a la hora de resolver parte de la crisis energética es facilitar la autoproducción, sobre todo de energía solar fotovoltaica. Establecer un mecanismo según el cual, además de ser consumidor, puedas ser autoproductor. El superávit de energía debería ser bonificado en función del coste de lo que ahorra al país.

-Siga con las propuestas al nuevo Gobierno, por favor.

-Nuestros edificios tienen fugas energéticas. Se ha hablado pero no se han concretado medidas a favor de la eficiencia.

-¿Qué lugar de la lista ocupamos en cuanto a las energías renovables?

-En Catalunya somos del montón. Otra propuesta que haría sería crear centrales solares, no grandes centrales lejos de las ciudades, sino en los espacios cercanos donde se consume la energía.

-¿Resolveríamos así la boina de contaminación que, a veces, cubre Barcelona?

-Estamos respirando un aire peligrosísimo y nadie se atreve a plantear, ni en días que hay inversión térmica, que se reduzca la circulación, pero claro no hay la infraestructura para poder impedirlo.

-¿Qué propone?

-Dar preferencia a las infraestructuras ferroviarias. ¡Imagine lo que significaría en reducción de tráfico! También priorizar infraestructuras para facilitar el uso de la bicicleta interurbana. Un ejemplo sería crear vías paralelas al tren en el Maresme.

-El diagnóstico es catastrófico.

-Sí, pero aun así no vemos la gravedad y no se toman medidas.

-Alguien tendrá que hacerlo.

-Sí. Las medidas de urgencia exigen que haya alguien que se ponga al frente del cambio socioecológico. Ese alguien debe tener suficiente empatía para que, entendiendo que se podría hacer de muchas maneras, se haga sin perder tiempo. Hay que actuar, no debatir.

-Más acción.

-Una parte de las políticas están destinadas a hacer que el ciudadano sea consciente y esto está bien si no hay una urgencia.

-Y no tenemos tiempo.

-No. Hay espejismos en los que imaginamos que la técnica o las energías lo solucionarán, pero la única manera de solucionarlo es que nosotros cambiemos. El mundo con la huella ecológica que hay ahora es insostenible.