PROYECTO SOCIAL PIONERO

Vidas enhebradas

SARA GONZÁLEZ
BARCELONA

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Una aguja enhebrada no sirve solo para unir retales textiles, sino para coser pedazos de vida. En pleno corazón del Raval, el centro de diseño Muchafibra ha estrenado este mes un taller pionero para integrar socialmente a mujeres inmigrantes a través de la costura. Para ellas es un espacio de formación e interrelación, una salida al silencio y el aislamiento que muchas padecen en su propio hogar y, quizás en el futuro, la puerta hacia el mundo laboral.

«Paseando por el Raval me di cuenta de que solo había hombres. ¿Dónde estaban las mujeres? Descubrí que estaban escondidas. Por su cultura, por sus maridos, por no conocer el idioma...»,explica la diseñadora francesa Virginie Verrier, directora de Muchafibra y coordinadora del taller de costura. A escasos metros de la profesora, la joven Saima Matloob, de 20 años, se esmera en acabar de coser una letra de tela de vivos colores. Hace nueve meses que dejó Pakistán para trasladarse con su familia a Barcelona.«No sabía coser, pero he aprendido rápido y hasta me resulta fácil. Me gustaría trabajar cosiendo»,dice Matloob.

Delante suyo está Victoria John, una nigeriana de 38 años. Lleva cinco años en la ciudad, pero aún tiene dificultades con el idioma.«En mi país ya cosía, pero quiero aprender más. Aquí he podido hacer amigas»,explica tímida. Algunas de las mujeres han sido derivadas por el centro de acogida para mujeres en situación de precariedad Lloc de la Dona. La mayoría viven aisladas, tienen pocos recursos económicos y pocas salidas laborales.

Un método experimental

Para formarlas y aumentar su autoestima, Verrier utiliza el método Rudolf Steiner, que se basa en aprender centrándose en la propia experiencia. Las chicas recortan letras del abecedario en diferentes tipos de telas y las cosen utilizando distintos puntos.«Muchas de ellas llegan sin saber hacer ni un nudo»,asegura Verrier. De esta manera, aprenden las letras conociendo las telas y cosiendo y, en definitiva, el idioma a través del lenguaje de la costura. Las alumnas del proyecto cursarán 30 horas mensuales intensivas que se realizarán durante tres meses.

La última colección de Verrier acaba de ganar en la Biennale de París, pero más allá de su éxito profesional esta diseñadora, que se instaló en Barcelona hace 14 años tiene un compromiso social con su entorno.«El mundo de la moda es superficial y consumista. Nadie se pregunta qué hay detrás de una prenda. Por eso, para seguir en este mundillo mi compromiso es ayudar, en este caso, a estas mujeres inmigrantes como yo. En su momento tuve problemas y recibí ayuda. Ahora quiero devolver parte de lo que me dieron», relata Verrier, que estudió Bellas Artes en la Escola Massana.

Muchafibra pretende promover, dinamizar y potenciar el diseño. El centro, en el que conviven profesionales de diferentes países, dispone de maquinaria y espacios necesarios para diseñar, producir y difundir colecciones en un ambiente dinámico y creativo.