Tres horas sin gol por obra de Gracia

Nada, aunque muchos piensen lo contrario, es casual. Nada de casual tiene que el Barça de Luis Enrique encadenara, volando como un cohete, 11 victorias consecutivas tras la derrota de Anoeta. Nada de casual tiene que el Málaga de Javi Gracia haya quitado cinco puntos al equipo azulgrana, tres este sábado (0-1). Y, por supuesto, nada de casual es que en 180 minutos les haya dejado literalmente secos. Sin Suárez , allá por septiembre en La Rosaleda; con Suárez, en una gris y desangelada tarde invernal de febrero en el Camp Nou.

180 minutos es una obra majestuosa de Gracia. Y del ordenado Málaga, claro. Tres horas, ¡sí, tres horas!, sin marcar un gol el Barcelona. Y lo que es aún peor para Luis Enrique, y sus jugadores, es que en Andalucía ni tiró a puerta y en Catalunya solo se asomó, con cierto peligro, a la portería de Kameni en los 10 minutos finales con dos tiros, uno de Pedro, que se estrelló en la red lateral, y otro de Suárez que terminó en las manos del meta camerunés.

Se mire como se mire, tres horas con la portería a cero delata un inmenso trabajo defensivo del Málaga y de su entrenador. "Se tienen que dar muchas circunstancias para que el Barça no chute", admitió el técnico navarro, orgulloso de los "tres puntazos" logrados en el Camp Nou ante un equipo estéril. "Tienes que hacer un gran tabajo defensivo, tener mucha constancia y si alguien merece todo el reconocimiento, y más de mi parte, son mis jugadores", precisó Gracia, feliz por el compromiso, y no solo defensivo, de un Málaga que no solo ganó sino que asustó al Barça.

Caminos desorganizados

Tres horas sin marcar, cinco puntos perdidos y el retrato de un Barça ineficaz, algo no visto en este espectacular 2015. Hasta este sábado. "Nos llevamos esta derrota que hasta considero que puede ser merecida. Me gustaría que fuera un accidente, pero lo diré con el paso de las semanas", subrayó Luis Enrique tras el partido. "Es un resultado que nos hace daño, no nos viene bien. El Málaga ha hecho muy buen partido", añadió el entrenador azulgrana, convencido de que hay dos partes. Tanto en el juego ("en la primera parte estuvimos, más o menos, bien, y con orden", precisó) como en la estrategia (cayó en el caos táctico en la segunda mitad). "Cada ataque nuestro se convertía en un contragolpe del rival. ¿Ansiedad? No, no usaría ese término, ha habido desorganización en los últimos minutos", apuntó.

No se refugió ni siquiera en el horario de las cuatro de la tarde (Getafe, empate; Almería, victoria con sufrimiento, y Málaga, dolorosa derrota) para justificar nada. Nada de nada. "No soy amigo de buscar excusas, solo mejorar nuestro rendimiento. Es responsabilidad global y mía el primero", apuntó Luis Enrique apelando "al reto espectacular" del City el martes. "Viene bien jugar pronto".