El comercio logra que Barcelona recupere horas de iluminación navideña

Joan Puig

Joan Puig / periodico

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Tras la tempestad de la campaña de Navidad del 2015, la calma vuelve a Barcelona en forma de una pequeña dosis más de kilovatios. La parafernalia de las fiestas brillará en las calles a partir del próximo jueves 24, recuperando tres días de encendido, pero muy por debajo todavía del récord del 2014. Los comerciantes han peleado para ganar horas de luz desde el convencimiento de que en la ecuación navideña los ornamentos son proporcionales al ambiente y las ventas.

Hasta el día de Reyes, cada eje comercial volverá a echar la carne al asador para animar su zona. Lo harán, como es tradición, sufragando con el ayuntamiento al 50% los montajes, que en muchos casos repiten los diseños del año pasado por cuestión de presupuesto. No obstante, calles de peso como la Rambla o el paseo de Gràcia estrenan creaciones como reclamo promocional. El encendido general lo oficiará este año la alcaldesa Ada Colau en el cruce del Paral·lel y la ronda de Sant Pau, donde confluyen tres distritos.

Tras semanas de negociaciones, se ha pactado también que estas fiestas los horarios sean más dilatados que en el 2015. En esta ocasión, se racionalizan los operativos, según los comerciantes, lo que supondrá iluminar las calles de 18.00 a 23.00 horas de lunes a miércoles; hasta las 00.00 horas el jueves; hasta la 1.00 viernes y sábados, mientras que los festivos 24, 25 y 31 de diciembre y el 5 de enero, el interrumptor estará abierto hasta las dos de la madrugada. Es decir, que se gana una hora diaria de jueves a sábado y los días especiales, respecto a la última Navidad.

La llegada de Colau al gobierno municipal impulsó un intento de redimensionar los fastos navideños en el 2015. Si en el 2014 Trias adelantó el encendido al 21 de noviembre, con el relevo de Colau se quiso retrasarlo al 1 de diciembre, lo que desató al unísono las iras del comercio y la restauración. Finalmente se optó por el día 27 como mal menor, pero este año la entrada en el gobierno de los socialistas Jaume Collboni, como teniente de alcalde de Empresa, y de la concejala de Comercio, Montse Ballarín, ha propiciado un acercamiento de posiciones.

NORMATIVA CUESTIONADA

El comercio aplaude el avance, pero a corto plazo aspira a ampliar también los horarios entre semana, algo que el ayuntamiento acota aludiendo a la normativa del Govern sobre eficiencia energética. Según los empresarios, el criterio medioambiental hace aguas, ya que la utilización de iluminación con leds reduce enormemente la factura energética desde hace años. De hecho, esa evolución tecnológica lleva a Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta, que alinea a los ejes comerciales más céntricos y turísticos, a reclamar a la Generalitat que ponga al día la actual regulación, que ven obsoleta. 

Pero la visión de la Navidad asociada al consumismo repele a Barcelona en Comú. Aun con todo, y a sabiendas de que en muchas zonas los comerciantes no logran suficientes fondos para instalar luces, se dotará a los distritos con unos 250.000 euros para ayudas a la dinamización, que en algunos casos se destinarán a ese fin.

BANCOS Y GRANDES CADENAS

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El sector hace hincapié también en la necesidad de implicar a muchas grandes cadenas de textil y complementos, así como a entidades financieras, que por política de empresa se descuelgan de las asociaciones de comerciantes, aunque se beneficien de ellas. Así, en muchas calles del centro apenas la mitad de los operadores (habitualmente los autóctonos y el pequeño comercio) sufragan el alto coste de los ornamentos navideños, mientras que firmas de gran consumo y de lujo miran para otro lado. En algunas calles, esa insolidaridad ponen en jaque la calidad de la iluminación, lamenta Jené.

Desde la Fundació Barcelona Comerç, que aglutina a los grandes ejes de barrio, desde Sants a Sant Andreu, hay previsiones positivas para la campaña navideña. Pero su presidente, Salva Vendrell, asume que muchas calles repetirán iluminación para ahorrar costes. Tiene claro que el encendido, hasta en los barrios populares, "hace un clic" que definitivamente anima la venta. "Si se pudieran ganar días, mucho mejor".

Una idea que suscribe Roger Pallarols, director del Gremi de Restauració, patronal clave en esta reivindicación horaria, ya que son los restaurantes los que más inciden en la necesidad de que Barcelona brille y sea más tentadora a la hora de las cenas y las copas.