Anoeta, la maldición no existe

«El pasado no tiene ninguna importancia en lo que sucederá», asegura Luis Enrique del estadio donde el Barça no gana desde el 2007

Luis Enrique, en la sala de prensa de Sant Joan Despí.

Luis Enrique, en la sala de prensa de Sant Joan Despí. / periodico

JOAN DOMÈNECH / SANT JOAN DESPÍ

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Luis Enrique no cree en la maldición de Anoeta. Y si cree en ella, no quiere admitirlo en público ni desea que esa leyenda –una realidad, porque el Barça no gana en San Sebastián desde el 2007 y seis visitas consecutivas sucumbiedo– enturbie la visita a la Real Sociedad en la antesala del clásico con el Madrid, que se distanció en siete puntos al superar con apuros al Sporting (2-1). El entrenador del Barça opina que solo los motivos futbolísticos condenan al  equipo en ese malvado desplazamiento.

"El pasado no me interesa lo más mínimo, no tiene ninguna importancia en lo que sucederá en este partido", entiende Luis Enrique, que considera más influyente -y afirma que será así- el refuerzo anímico del resultado inmediatamente anterior de su equipo: la victoria de Glasgow y la clasificación para los octavos de la Champions, que los negros precedentes.

TRES DERROTAS PARTICULARES

"Lo que haya pasado en uno, dos tres, dieciocho o veinticuatro años no tiene nada que ver", remarcó Luis Enrique en su intento de evitar las preguntas sobre el maleficio. A él le ha afectado en los últimos tres años. Es el único estadio donde ha perdido en cada visita. Con el Celta (4-3 en la Liga 13-14) y las dos con el Barça: en la campaña 14-15 con un autogol de Alba en el minuto 2 y la anterior (15-16) con un remate de Oyarzabal en el 4 que tampoco se remontó.

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La tradición se escapa puramente a las experiencias de Luis Enrique, que habría podido aludir a los antecedentes. El Barça perdió con Guardiola (2-1) ante la Real de Martín Lasarte (10-11) y empató ante la de Philippe Montanier (2-2, en la 11-12); Tito Vilanova sucumbió al año siguiente (3-2) y Tata Martino empató ante Jagoba Arrasate (1-1). El técnico asturiano trató de negar que la negativa influencia de Anoeta sea algo extraordinario en comparación con otros estadios. «No conozco ningún campo de Primera División que sea fácil», sentenció.

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MUY OFENSIVO Y MUY DEFENSIVO

Luis Enrique entiende que en la desgracia azulgrana solo inciden aspectos terrenales, puramente futbolísticos. En vísperas de repetir duelo ante la Real de Eusebio Sacristán , -"tiene nivel para ser entrenador del Barça en cualquier momento, por supuesto", dijo del rival- glosó las virtudes del once blanquiazul, del que destacó su capacidad de desplegarse como un equipo «muy ofensivo» y de su versatilidad para encerrarse como uno «muy defensivo» para impedir la circulación de balón del Barça, algo que comprobó en la Liga pasada. Más dolorosa fue la derrota anterior, en enero del 2015, que ocasionó un terremoto con víctimas: entre ellas, la de Andoni Zubizarreta, el director técnico.

Luis Enrique no solo negó el pernicioso gafe de Anoeta. También negó que el equipo sufra la 'Messidepedencia' más que disfrutarla. «¡Solo faltaría que no notáramos la baja del mejor jugador del mundo!», exclamó. Pero inmediatamente subrayó que el equipo dispone de «suficientes opciones» para sustituir a Messi con garantías.

SIN PRESIÓN POR EL MADRID

Por rechazar, Luis Enrique también desmintió que los siete puntos de ventaja del Madrid con que se iniciará el partido ejerza una presión adicional a sus jugadores. «La única posibilidad de acercarnos es ganando nuestro partido». Y plena dinámica de negativas, dijo que no tiene ninguna urgencia por recuperar a los lesionados (en especial a Iniesta) para el clásico: «Lo único que quiero es que se recuperen bien».

"¿Reservar a Neymar por las tarjetas? ¿Estamos de broma o qué? No, nunca, solo hay un partido y en San Sebastián dan los mismos puntos que ante el Madrid"

Para volar a San Sebastián no recuperó a nadie. Ni a Iniesta, que se entrena con el grupo, ni a Umtiti (volvió a él) ni a Mathieu. Encima, perdió a Arda Turan por enfermedad. Luis Enrique descartó a Masip y a Aleix Vidal, ausente dos días con permiso suyo, y reclutó a Marlon y Aleñá del filial.

Luis Enrique sí admitió que deberá revisar el aumento de tarjetas amarillas que ven sus futbolistas respecto al año pasado. Aunque el Barça siga siendo uno de los equipos más deportivos de la Liga. Neymar está amenazado con cuatro tarjetas. Si ve una, se perderá el clásico. La amenaza no le impulsado ni un segundo a reservar al brasileño. "¿Reservar a Neymar? ¿Estamos de broma o qué? No, nunca, solo hay un partido y en San Sebastián dan los mismos puntos que ante el Madrid. Y el Barça los necesita más que nunca.