La imbatibilidad del Barça: 35 partidos y ....

El equipo de Luis Enrique alarga su racha de encuentros sin perder con otro hat trick de Messi y ante un Rayo que se quedó con 9

Messi, celebrando uno de sus tres goles en Vallecas.

Messi, celebrando uno de sus tres goles en Vallecas. / JOSE LUIS ROCA

MARCOS LÓPEZ / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Messi no está para perder el tiempo. Juega en Vallecas como si fuera la final de la Champions, empeñado en conquistar pequeños grandes récords. Y el Barça, guiado por un genial Leo, que se volvió a llevar la pelota a su casa porque consiguió tres goles que impulsaron al líder a firmar una racha casi perfecta de cinco meses sin perder. El Madrid lo tiene lejísimos, a 12 puntos. El Atlético, también lejos, a 8.

Hay cosas, sin embargo, que no cambian. El Barça ganó como un equipo grande, pero defendió como si fuera un equipo pequeño. Y, claro, volvió a fallar otro penalti (en este caso Suárez) para demostrar que no hay equipo perfecto. Pero como diría Wenger, el técnico del Arsenal, si alguno se acerca a la perfección es este comprometido Barça de Luis Enrique, insaciable con los récords, devorados como si fueran caramelos en la puerta de un colegio.

EL ERROR DE JUAN CARLOS

A Bravo, en los primeros minutos, no le temblaron las manos en ningún momento. A Juan Carlos, su colega del Rayo, sí. Se asustó con un irrelevante centro de Sergi Roberto el portero rayista y cuando se dio cuenta Rakitic había firmado el primer gol azulgrana. Un minuto después, y en una acción protestada por fuera de juego de Neymar en la asistencia final, Messi se encargó de liquidar el partido. Dos minutos, dos goles, dos lecciones para escribir una victoria.

El Barça gana por el tridente, perdón por Messi y sus cómplices, pero se sostiene sobre un excelente entramado defensivo. Paco Jémez, suicida como es, quiso mirar a los ojos del pentacampeón. Le duró pocos minutos ese desafío, justo cuando Juan Carlos demostró que sus manos son de mantequilla. Acusó tanto el valiente Rayo el impacto de ese inesperado gol que Messi, en un contragolpe vertiginoso, firmó la sentencia de un partido que quedará para el recuerdo porque sirvió para enmarcar una racha majestuosa.

SOLVENCIA DEFENSIVA

Atraía el Barça al Rayo hasta la casa de Bravo, colándose incluso en la cocina. Era una manera de hipnotizarlos. Cuando más cerca tenían a los rayistas, emergió el plan de Luis Enrique. Primero Bravo con más pases largos que nunca, después Mascherano, Piqué e incluso hasta Mathieu. No, no rifaban la pelota. Ni mucho menos. Buscaban castigar la espalda del atrevido equipo de Paco Jémez. Y con espacios, el tridente es una bendición. A Neymar, sin embargo, le costó decidir y, sobre todo, definir con precisión cuando se asomaba a la portería de Juan Carlos, hecho un flan desde que sus manos se derritieron ante Rakitic.

Suárez peleó cada balón como si fuera el último de su vida y Messi, siempre Messi, tomó el papel que más le gusta. El de dueño del partido y tirano con el balón, con una lectura perfecta de lo que pedía la calurosa y primaveral noche madrileña.

OTRO PENALTI FALLADO

Los demás fallaban. Suárez erró otro penalti convirtiendo este asunto en un oscuro triángulo de las Bermudas (18 penaltis, 10 goles), al que no se adivina solución. Neymar, también. El único infalible es Messi. De nuevo, Messi, capaz de marcar como si fuera el falso delantero centro que proyectó Guardiola hace años. Abandonó la banda para liderar el Barça desde ese centro del campo, oteando todas las acciones, mientras el Rayo iba perdiendo jugadores por expulsión. Primero vio la roja Llorente, después Iturra enfiló el túnel de vestuarios.

Y el líder, contra nueve, decidió ir dosificando energías, retirando Luis Enrique a Rakitic, valioso como acostumbra, y a Busquets, imprescindible en cualquier escenario, capaz de asistir a Messi en el 1-4 y de provocar antes el penalti y la roja a Iturra. Tras el despiste, que le costó el estéril gol de Manucho, el Barça abandonó Vallecas con una cifra que quiere hacer pequeña el domingo en Eibar. Son ya 35 partidos sin perder, lo nunca visto. Aunque parezca mentira, es poco para ellos.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"La ficha t\u00e9cnica","text":"CAMPO:\u00a0Vallecas (14.156 espectadores)."}}