Guerra contra Gaza

"Existir es resistir": los palestinos conmemoran la Nakba más desgarradora en 76 años desde la catástrofe

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Los palestinos conmemoran la Nakba más desgarradora en 76 años desde la catástrofe

Los palestinos conmemoran la Nakba más desgarradora en 76 años desde la catástrofe / EPA/ ANDRE DURAND

Andrea López-Tomàs

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Cada 15 de mayo los palestinos de alrededor del mundo se detienen para recordar. La mayoría salen a las calles para hacerlo en compañía, vestidos con trajes tradicionales y la bandera ondeando. No solo eso. También reparten sus típicos dulces, reivindicando todo aquello que sus enemigos trataron de eliminar pero no pudieron. “Para nosotros, los palestinos, existir es resistir”, apunta Shatha Abdulsamad, de una aldea cerca de Ramala, capital administrativa del menguante Estado de Palestina. Un año más, su presencia, también mermada, renovará el compromiso con su propia tierra. Este 15 de mayo los palestinos de los distintos rincones del globo, acompañados por los simpatizantes de su causa, conmemoran la Nakba más triste en sus 76 años de éxodo y desposesión. En plena agresión militar israelí contra la Franja de Gaza que ya ha matado a más de 35.100 de sus compatriotas, lloran la catástrofe que dió origen a sus calamidades y que sigue hasta el día de hoy. Y lo peor es que no se le adivina fin.

Es tan fácil –y macabro– como colocar un filtro sepia a las instantáneas que emergen a diario de la Franja de Gaza. Centenares de personas abandonando a pie o subidas en carros otra ciudad palestina bajo bombardeos. Con sólo teñirlas de blanco y negro, podrían ser retratos de la Nakba --"catástrofe", en árabe-- que en 1948 facilitó la creación del Estado de Israel. Entonces, los abuelos de más del 80% de la población actual de Gaza eran niños y tuvieron que abandonar sus hogares por la violencia de las milicias sionistas. Unos 750.000 palestinos fueron víctimas de aquel éxodo catastrófico que les llevó hacia otros lugares del territorio palestino o a otros países de la región. Más de 530 aldeas palestinas quedaron completamente destrozadas. Unas 15.000 personas murieron, la mayoría en una treintena de masacres imposibles de olvidar.

Reviviendo el pasado

“La Nakba es el punto de inflexión de la historia palestina, es un trauma colectivo que dura ya más de siete décadas”, recuerda Abdulsamad, investigadora y analista de políticas palestina de Al Shabaka desde Berlín. “El 15 de mayo es el clímax de la colonización de Palestina pero empezó mucho antes”, explica a este diario, recordando que aquel día primaveral, en el cual Israel declaró la independencia, también “es el momento de fundación donde nació la difícil situación de los refugiados palestinos”, que hoy son casi seis millones. Desde el principio de la guerra contra Gaza, los nietos y bisnietos de aquellos desplazados fueron forzados, de nuevo, a abandonar sus casas, las que se construyeron después del éxodo de sus antepasados. En siete meses, al menos el 80% de los 2,2 millones de habitantes de Gaza han dejado atrás sus hogares. Unos 1,7 millones de personas desplazadas reviviendo el pasado. 

Tal vez, por eso esta Nakba sea tan importante. “Aunque la Nakba es un proceso continuo, pero el alcance y la escala del genocidio en curso en Gaza son tan profundos que definitivamente esta es la Nakba de nuestra generación, otro momento decisivo”, constata Abdulsamad. En términos cuantitativos, esta catástrofe ya ha superado la anterior. Unos 35.173 palestinos han muerto en apenas siete meses. Casi 80.000 han resultado heridos. Alrededor del 60% de los edificios de Gaza han resultado dañados o destruidos. Hospitales, escuelas, universidades, archivos e instituciones políticas han sido arrasados, sin dejar más rastro de su existencia que el polvo y los escombros. Y, ante los renovados bombardeos sobre todo el enclave, de norte a sur, los desplazamientos, obligados desplazamientos, continúan.

Prohibiciones en Israel

“Son las mismas técnicas que en el 1948: la destrucción de todos los pilares de la vida civil, las expulsiones forzadas en masa, las masacres cometidas, el uso de la fragmentación de la gente y la tierra…”, describe Abdulsamad, apuntando, eso sí, que la “escala y el ritmo [de lo que está ocurriendo hoy en Gaza] no tiene precedentes”. “Este desmantelamiento de las instituciones, la ruptura del espacio palestino y de la voluntad de resistir forman parte de esta guerra de eliminación de los palestinos que el régimen sionista colonial emprende desde hace décadas”, constata la investigadora. Más allá de las declaraciones incendiarias de líderes políticos israelíes exigiendo una “segunda Nakba”, la población israelí, traumatizada por el ataque del 7 de octubre, tampoco duda en dar apoyo a la ofensiva de su Ejército.

La investigadora palestina Shatha Abdulsamad denuncia que en Gaza se están usando "las mismas técnicas que en el 1948: la destrucción de todos los pilares de la vida civil, las expulsiones forzadas en masa, las masacres cometidas, el uso de la fragmentación de la gente y la tierra…”

En Israel, la policía ha prohibido la reunión anual para conmemorar el Día de la Nakba en la Universidad de Tel Aviv. Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades europeas que, a diferencia de lo que han estado haciendo en los últimos meses, respeten el derecho de sus ciudadanos de protestar pacíficamente en solidaridad con Palestina este 15 de mayo. En las ciudades palestinas de la Cisjordania ocupada, se han convocado manifestaciones. “Con lo violenta y brutal que es la masacre en Gaza, Israel está enviando un mensaje a los palestinos de Cisjordania de que este sería el futuro de cualquiera que intente resistir”, denuncia Abdulsamad. Tras dos semanas de vuelta en su patria, reconoce nunca haber visto a los palestinos en tal estado de parálisis y depresión.

"Los viejos morirán y los jóvenes olvidarán"

“Todo el mundo en Gaza ha perdido algo y ha sido dejado con un lugar inhabitable; las consecuencias de lo que está ocurriendo hoy durarán décadas”, añade. Igual que ocurre con los 5,9 millones de refugiados y descendientes de refugiados palestinos que, pese a haber dejado sus casas hace 76 años, aún no pueden volver. Por eso, los palestinos defienden que la Nakba no es un evento que empezara y terminara en apenas unos meses. Desde finales de los años 90, hablan de la ‘Nakba al mustamirra’, la catástrofe en curso. “La realidad de que la Nakba es un proceso continuo nunca ha sido más clara que ahora”, denuncia Abdulsamad. “Lo estamos viendo en toda la Palestina histórica con la negación del retorno a los refugiados, la represión y el robo de tierras en la Cisjordania ocupada, el genocidio en Gaza: el proyecto colonial sionista sólo podrá detenerse cuando cumpla con su objetivo que es la eliminación de los palestinos”, apunta. 

“El sumud capta la resistencia palestina frente a décadas de borrado, es esa resistencia sin concesiones, es una forma palestina de vivir, de seguir existiendo frente al colonialismo sionista y a la impunidad internacional”

El fundador de Israel, el primer ministro David Ben Gurion, dijo en 1949: “debemos hacer todo lo posible para garantizar que los palestinos nunca regresen: los viejos morirán y los jóvenes olvidarán”. Pero, 76 años después, nadie ha olvidado. El ‘sumud’, la firmeza palestina, se lo impide. “Este concepto capta la resistencia palestina frente a décadas de borrado, es esa resistencia sin concesiones, es una forma palestina de vivir, de seguir existiendo frente al colonialismo sionista y a la impunidad internacional”, defiende Abdulsamad. Desafiantes como cada 15 de mayo, los palestinos se arman con su “lengua del amor hacia Palestina” para recordar al mundo entero que la tierra que les obligan a abandonar es la suya. Ni 76 años de Nakba perpetua han logrado arrebatársela. 

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