Informe preliminar del Ejército

Israel achaca a una "identificación errónea" el ataque con tres misiles contra el convoy de José Andrés

"No debería haber ocurrido", insisten las autoridades israelíes, que aseguran que la muerte de los cooperantes no fue algo "intencionado"

Israel mata a siete trabajadores de la oenegé de José Andrés en Gaza y paraliza la ayuda por mar a la Franja

Directo | Última hora de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza

Imagen de archivo del jefe del Estado Mayor de Israel, Herzi Halevi, junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Imagen de archivo del jefe del Estado Mayor de Israel, Herzi Halevi, junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. / Europa Press/Contacto/Amos Ben Gershom/Israel Gpo

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tres coches con el distintivo de la oenegé World Central Kitchen (WCK) visible desde el aire. Separados por apenas medio kilómetro el uno del otro, todos ellos comparten el impacto de tres misiles israelíes caídos del cielo. La sangre esparcida por los asientos de los vehículos pertenece a las siete víctimas mortales. Todas ellas, excepto el conductor palestino, tenían nacionalidad extranjera. Este enésimo ataque a un convoy humanitario, que, como los demás, había coordinado sus movimientos con las autoridades israelíes, fue por una "identificación errónea", de acuerdo al informe preliminar de Israel, según ha informado este miércoles el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi. "Fue un grave error", ha dicho señalando que no fue "intencionado" y que "no debería haber ocurrido".

"Quiero ser muy claro: el ataque no fue llevado a cabo con la intención de herir a los trabajadores humanitarios de WCK", ha declarado Halevi tras anunciar el fin de la investigación preliminar. "Fue un error que se produjo tras una identificación errónea, de noche, durante una guerra en condiciones muy complejas", ha añadido. "Este incidente fue un gran error. Israel está en guerra con Hamás, no con la población [civil] de Gaza", ha asegurado, antes de indicar que completarán la investigación en los próximos días y la compartirán "con total transparencia". "Aprenderemos de las conclusiones, y las implementaremos inmediatamente", ha señalado, expresando que lamenta el "daño involuntario a los empleados" de la oenegé.

En algunos rincones del Ejército israelí, se ha filtrado una cultura en la que los soldados “disparan primero [en Gaza] y hacen preguntas después”, ha denunciado un alto funcionario israelí anónimo a The Times of Israel. "Los soldados están operando bajo una inmensa presión en condiciones muy difíciles en las que Hamas se integra entre la población civil, pero las reglas de enfrentamiento están diseñadas para ayudar a lidiar con esas condiciones, y con demasiada frecuencia se ignoran", ha añadido. El representante hebreo que ha hablado bajo condición de anonimato ha recordado el incidente que tuvo lugar en diciembre cuando las tropas abrieron fuego contra tres rehenes israelíes que lograron escapar del cautiverio y agitaban una bandera blanca cuando fueron asesinados.

Condena global

A medida que la cifra de muertos aumenta en la Franja de Gaza, con 32.975 registrados por el Ministerio de Salud, el mundo se ha volcado en condenar la agresión contra WCK. Fuentes del Ministerio de Defensa de Israel, citadas por el diario hebreo Haaretz, explican que fueron tres ataques sucesivos contra los tres coches, dos de los cuales eran vehículos blindados. Todos ellos fueron alcanzados mientras los supervivientes, heridos, se desplazaban de uno a otro. Tras refugiarse en el segundo coche después de recibir el primer impacto, los empleados de la oenegé creada por el chef asturiano José Andrés informaron a sus responsables de que habían sido atacados. Segundos después, este vehículo también recibió el impacto de un segundo misil. Cuando el tercer coche se acercó para ayudar a los heridos, fue alcanzado.

"Las siete personas que murieron eran lo mejor de la humanidad", ha escrito el chef José Andrés, fundador de la oenegé, en un artículo de opinión publicado en el diario The New York Times. "No carecen de rostro ni de nombre, no son trabajadores humanitarios genéricos ni daños colaterales en la guerra", ha añadido, rindiendo homenaje a los siete fallecidos "que lo arriesgaron todo por la actividad más fundamentalmente humana: compartir nuestra comida con los demás". A su vez, ha exigido al Gobierno israelí que "abra más rutas terrestres para alimentos y medicinas", que "deje de matar a civiles y trabajadores humanitarios" y que "inicie hoy el largo camino hacia la paz". "Es hora de que aparezca lo mejor de Israel: no se puede salvar a los rehenes bombardeando todos los edificios de Gaza, no se puede ganar esta guerra matando de hambre a toda una población", ha subrayado.

"WCK es una organización de gente que trabaja alrededor del mundo, incluso en Israel, para hacer el bien en condiciones difíciles", ha subrayado Halevi. "Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) trabajan de cerca con esta oenegé y aprecia enormemente la importante labor que realizan", ha reconocido el jefe de las Fuerzas Armadas israelíes. WCK trabajó en suelo israelí tras el ataque del 7 de octubre. A su vez, ha visitado el nuevo Centro de Mando Humanitario establecido con el fin de "mejorar la forma" en la que se coordina la distribución de ayuda en Gaza. "Continuaremos tomando acciones inmediatas para asegurar que se hace más para proteger a los trabajadores humanitarios; consideramos muy importante que se siga prestando ayuda humanitaria y seguiremos trabajando para facilitar este esfuerzo vital", ha añadido.

Enormes consecuencias

Más allá de las pérdidas humanas, el ataque contra el convoy de WCK, que partió el lunes por la noche para escoltar a un camión de ayuda a un almacén de alimentos en Deir al Balah, en el centro de la Franja, tendrá consecuencias mucho mayores. La oenegé, por ejemplo, ya ha paralizado sus operaciones en el enclave. Estos trabajadores de nacionalidad británica, polaca, australiana, palestina y estadounidense-canadiense se encontraban en la Franja en plena misión humanitaria, en colaboración con la oenegé Open Arms. Hace unas semanas lograron establecer un corredor humanitario marítimo entre Chipre y Gaza y sortear así las enormes trabas impuestas por Israel para la entrega de ayuda por vía terrestre. Tras el ataque, el corredor marítimo también ha detenido sus operaciones.

Con estas siete víctimas mortales, al menos 196 trabajadores humanitarios han muerto en Gaza en los últimos seis meses. "Esto es inconcebible", ha denunciado el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recordando a los 175 miembros del personal de su organización asesinados. La Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA, por sus siglas en inglés) ha denunciado que Israel continúa impidiéndole llevar alimentos y otra ayuda al norte del enclave palestino, donde más de un millón de personas están al borde de una hambruna catastrófica. El presidente estadounidense Joe Biden ha endurecido su discurso contra su aliado israelí, afirmando que está "indignado y desconsolado por la muerte de los siete trabajadores humanitarios, incluido un estadounidense".