Activistas pro-palestinos

La Flotilla de la Libertad prepara un nuevo viaje a Gaza para romper el bloqueo sin permiso de Israel

Llevarán dos grandes barcos, 5.500 toneladas de ayuda humanitaria y 500 activistas que intentarán entrar en Gaza. Es la misma organización internacional que Israel asaltó en 2010, matando a 11 personas

Israel mata a siete trabajadores de la oenegé de José Andrés en Gaza y paraliza la ayuda por mar a la Franja

Directo | Última hora de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza

El barco Estelle Donostia llega a Donostia tras volver de la Flotilla de la Libertad hacia Gaza.

El barco Estelle Donostia llega a Donostia tras volver de la Flotilla de la Libertad hacia Gaza. / RUMBO A GAZA

Mario Saavedra

Mario Saavedra

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El 31 de mayo de 2010, fuerzas de la Marina israelí asaltaron embarcaciones de la llamada Flotilla de la Libertad, seis barcos donde viajaban más de 600 activistas pro-palestinos de cerca de 40 nacionalidades diferentes. Trataban de llevar 10.000 toneladas de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, bloqueada por tierra, mar y aire desde la victoria del partido islamista Hamás cuatro años antes.

Los soldados israelíes dispararon contra los navegantes, y mataron a diez activistas y un periodista. 30 personas resultaron heridas. Israel dijo que actuaban en legítima defensa. La comunidad internacional condenó los hechos y se produjeron duras críticas diplomáticas y demandas en La Haya.

Asalto de las tropas israelíes a un barco de la Flotilla de la Libertad en 2010.

Asalto de las tropas israelíes a un barco de la Flotilla de la Libertad en 2010. / FLOTILLA DE LA LIBERTAD

14 años después, Gaza vive un escenario de guerra total: Israel ha matado a más de 32.000 personas, en su mayoría niños, ha destrozado el grueso de las viviendas e infraestructuras básicas e impide la entrada de alimentos suficientes para evitar la hambruna, que ya amenaza en su grado máximo a la mitad de la población.

En este contexto, la Coalición Internacional por la Flotilla de la Libertad (FFC, por sus siglas en inglés) lanzará una nueva misión hacia Gaza a mediados de abril con varios buques que transportarán 5.500 toneladas de ayuda humanitaria y cientos de observadores internacionales de derechos humanos. El objetivo es desafiar el actual bloqueo ilegal israelí de la Franja de Gaza, según ha comunicado la organización en una nota recogida por El Periódico de España, del mismo grupo editorial.

Pulso al Gobierno israelí

El viaje se va a hacer sin solicitar permiso al Gobierno israelí y sin coordinarse con su Ejército. Se conoce dos días después de que las Fuerzas de Defensa de Israel mataran a siete cooperantes internacionales de la organización World Food Kitchen (WFK) del cocinero José Andrés. Distribuían raciones de comida en el norte de Gaza. Murieron por las explosiones de tres misiles contra los coches en los que viajaban. Estaban identificados y el Ejército conocía sus movimientos. Tel Aviv reconoció los hechos, se disculpó y dijo que lo investigarán.

"Unas 500 personas llegaremos a Estambul unos días antes de zarpar, para recibir allí antes de zarpar cursos de adiestramiento en resistencia pacífica. Se trata de evitar problemas si el barco es asaltado como el Mavi Marmara (donde se produjeron los enfrentamientos de 2010 que acabaron con la muerte de los civiles)", explica a este diario Santiago González, uno de los activistas que viajará en uno de los dos barcos. La organización estima que habrá más de una decena de españoles embarcados, aunque pueden ser más en los próximos días. "No nos coordinaremos con las autoridades israelíes de ocupación porque el cómo se está desarrollando la ayuda internacional está suponiendo la configuración del día después, al consentir a Israel su control por tierra, mar y aire como hasta ahora".

La expedición se organiza desde Turquía, un país con el que Israel está enfrentado diplomáticamente después de que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, haya clamado contra lo que considera un genocidio en Gaza.

La intención inicial es descargar las mercancías con las grúas que lleva uno de los barcos, de gran tonelaje, en barcos más pequeños, para acercarlas a las playas gazatíes, ante la falta de puerto funcional. Los centenares de personas que viajan intentarán también entrar en Gaza, afirma González. Las posibilidades de que se lo permita la Armada israelí son escasas. El riesgo, alto.

Lo que ocurrirá es incierto; los escenarios posibles, abiertos. Primero, podría producirse el abordaje de las Fuerzas Armadas israelíes y que se obligue al capitán a desviar el rumbo de las dos embarcaciones. Podrían llevarlos a puerto israelí para descargar la mercancía, que luego podría ser revisada y metida en la Franja a discreción del COGAT, la administración israelí de la los territorios ocupados. O puede que ellos mismos se desvíen hacia Chipre, donde se prepara una ruta marítima oficial para llevar comida y medicinas a Gaza. "Imagino que los israelíes asaltarán el barco. Desde el punto de vista de la legalidad internacional, sería el equivalente a un asalto pirata", apostilla Santiago González, que es miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.

El barco Mavi Marmara que fue asaltado en 2010.

El barco Mavi Marmara que fue asaltado en 2010. / FLOTILLA DE LA LIBERTAD

Organizaciones internacionales como Human Rights Watch acusan a Israel de estar usando el hambre como arma de guerra en Gaza. En la frontera de Rafah, al sur de la Franja, hay centenares de camiones esperando con comida y agua, imprescindible para evitar la muerte de decenas de miles de personas en los próximos meses por los problemas derivados del hambre física. Los que más riesgo sufren son los niños, alertan UNICEF y la OMS, entre otras organizaciones.

La situación es especialmente dramática en el norte, donde Israel asegura que ya ha eliminado la presencia de Hamás y, por tanto, no hay excusa para no dejar entrar comida a gran escala. Israel niega la crisis humanitaria y asegura que deja entrar centenares de camiones y que lo único que hace es evitar que entren materiales de doble uso, civil y militar.

El viaje puede quedarse en un mero símbolo político de presión hacia Israel, especialmente tras la matanza de trabajadores humanitarios de Naciones Unidas o de WFK. "Permitir que Israel controle qué y cuánta ayuda humanitaria puede llegar a los palestinos de Gaza es como dejar que el zorro maneje el gallinero", esgrimen desde Rumbo a Gaza, la organización española que forma parte de la coalición internacional, en un correo. "El corredor marítimo de Chipre, el proyecto de muelle flotante estadounidense y las simbólicas entregas aéreas de alimentos son distracciones del hecho de que estos métodos de entrega de ayuda son insuficientes y siguen dejando a Israel en control de la ayuda que puede llegar al pueblo palestino".