Conflicto en Oriente Próximo

Crece la presión en Israel para un alto el fuego que permita liberar a los rehenes

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El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, visita a civiles heridos en el Centro Médico Sheba, este martes.

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, visita a civiles heridos en el Centro Médico Sheba, este martes. / HAIM ZACH / GPO / DPA

Andrea López-Tomàs

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Desde un rincón desconocido de la Franja de Gaza, un rehén israelí manda el mismo mensaje que recorre las calles de su país. "Nos tenéis que sacar de aquí, no importa el coste", reclama un escuchimizado Chaim Peri, con una larga barba. "Liberadnos sin condiciones", exige este residente de 79 años del kibbutz Nir Oz, de donde fue secuestrado el trágico 7 de octubre por milicianos de Hamás. Eso mismo pide gran parte de la sociedad israelí a su primer ministro, Binyamín Netanyahu. Tras 75 días de guerra, quieren que su Gobierno consiga sacar otra tregua de la mesa de negociaciones con Hamás para devolver a los más de un centenar de cautivos que aún quedan en la Franja de Gaza. "Continuaremos con la guerra hasta el final: aquellos que piensan que pararemos viven desconectados de la realidad", ha respondido Netanyahu.

"Somos la generación que construyó los cimientos para la creación de Israel y participamos en la construcción del Ejército", decía Beri, flanqueado por dos otros rehenes, Yoram Metzger, de 80 años, y Amiram Cooper, de 84. "No entiendo por qué hemos sido abandonados aquí", denunciaban en un vídeo compartido por Hamás la noche del martes. Este mensaje, lanzado por ancianos "viviendo en duras condiciones con enfermedades crónicas", llega la misma semana en que se ha conocido el asesinato de otros tres rehenes israelíes por parte de sus propios soldados, al no respetar el código de la bandera blanca. Pero, pese a que la presión va en aumento dentro y fuera de las fronteras de Israel, el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, se ha limitado a tachar el vídeo de "terrorismo criminal" y ha asegurado que están intentando "traerlos de regreso de forma segura". 

Por su parte, las familias de los secuestrados siguen manifestándose a diario frente a las oficinas del Ministerio de Defensa en Tel Aviv. En Jerusalén, los seres queridos de las víctimas de la guerra se han instalado con tiendas de campaña a las puertas de la Knesset, el Parlamento israelí, en Jerusalén, pidiendo la dimisión del Gobierno. Un día antes, en la reunión entre Netanyahu y los familiares de los rehenes, el primer ministro dijo que no podía asegurar una victoria pero sí que seguiría batallando, dejando entrever su intención de alargar la guerra lo máximo posible para evitar la depuración de responsabilidades que cada vez más sectores de la sociedad exigen y en la que él sería el primero en caer. Este miércoles, el líder israelí ha descartado públicamente un alto el fuego en la guerra de Israel en Gaza contra Hamás sin haber logrado antes "la eliminación" de la organización islamista palestina.

Voto del Consejo de Seguridad

"La guerra continuará hasta la eliminación de Hamás, hasta la victoria", ha asegurado en un vídeo difundido por su Gabinete, tras las exigencias del grupo palestino de un alto el fuego para permitir la liberación de rehenes. El líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, ha visitado este miércoles El Cairo para discutir un nuevo acuerdo de intercambio de cautivos por prisioneros palestinos, como ya ocurrió hace unas semanas. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha confirmado que "no hay expectativas en este momento [sobre el acuerdo de rehenes], pero estamos presionando". También el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se enfrenta a una votación de una resolución relacionada con la guerra en Gaza, que ya ha sido pospuesta dos veces. EEUU ha seguido pidiendo más tiempo para cambiar el texto para suavizar los llamamientos a poner fin a los combates y evitar pedir un alto el fuego, que era la propuesta inicial. Aún es posible un veto del miembro permanente del Consejo, como ya pasó.

En la Franja de Gaza, las palabras ya no sirven para describir una guerra que ha matado a 20.000 personas. Según la Oficina de Prensa del Gobierno, alrededor de 8.000 son niños y otras 6.200 son mujeres. Los bombardeos no se han detenido, ni siquiera sobre los hospitales de Rafah, en la frontera con Egipto, donde Israel pidió a la ciudadanía palestina que evacuara. La Media Luna Roja Palestina ha anunciado que tiene dificultades para llegar hasta los heridos en el campo de refugiados de Jabalia, al norte del enclave. Allí, unas 46 personas han muerto y docenas están heridas por los ataques del Ejército israelí, que ha vuelto a anunciar tener rodeado el mayor campamento de la Franja. Tanto los rehenes israelíes como los palestinos oriundos de Gaza tienen el mismo deseo. "No queremos ser víctimas directas de los ataques aéreos militares de Israel", pedía Peri en el vídeo publicado por Hamás.