Cambio de ciclo

Argentina en caída libre: el ultra Javier Milei se convierte en el nuevo presidente tras vencer a Sergio Massa

Multimedia | Así es Javier Milei, el histriónico candidato ultra a presidente de Argentina

Así es Sergio Massa, el camaleónico candidato peronista a presidente de Argentina

Argentina en caída libre: el ultraderechista Javier Milei se convierte en el nuevo presidente con 11 puntos de diferencia sobre Sergio Massa

Luis ROBAYO / AF /Video EFE

Abel Gilbert

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"Hoy comienza la reconstrucción de Argentina, el fin de la decadencia. Es una noche histórica". Los argentinos arrojaron al aire la moneda de la desesperación y mostró el rostro ganador de Javier Milei. El histriónico candidato de la ultraderecha se impuso este domingo en las urnas a Sergio Massa por 11,57 puntos. Obtuvo el 55,78% de los votos, contra 44,21% de su rival. Tuvo cinco millones de sufragios más que en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Otra vez las encuestas demostraron que son infalibles pero para errar pronósticos. Massa reconoció el traspié antes de que se conociera el resultado oficial.

Milei se tomó dos horas para aparecer en público. "Se termina la idea del Estado omnipresente. No hay vuelta atrás. Volvemos a abrazar el modelo que nos hizo una potencia mundial", dijo en su noche triunfal. El ganador de estos comicios había prometido soluciones draconianas a cambio de una remota prosperidad y capturó el favor en las urnas y el fervor incluso de una parte decisiva de la sociedad. Le eligieron los millonarios, deseosos de terminar con el populismo, la clase media furiosamente antiperonista y millones de pobres que habían dejado de creer en nada porque lo han perdido todo: trabajo, educación, seguridad. Todos pasaron por alto sus excentricidades: la condición de enviado celestial, la especialidad en sexo tántrico, la comunicación telepática con los perros, a los que considera sus "hijos de cuatro patas", y su flamante novia imitadora de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, y futura primera dama. En su primer discurso ratificó la decisión de avanzar por la senda prometida. "Los cambos serán drásticos. No hay lugar para la tibieza. Si no avanzamos rápido nos dirigimos derecho a la peor crisis de nuestra historia".

Primeras advertencias

El outsider Milei es hijo victorioso de un país arruinado, sin reservas internacionales en el Banco Central y con un 140% de inflación anual que azota especialmente al 40% de la población pobre. El 60% de los niños y adolescentes se encuentran en esa condición. Los desfavorecidos de siempre optaron, bajo esas circunstancias, por un economista que considera a la justicia social una aberración y debe imperar la ley del más fuerte. En su discurso al país como mandatario electo, Milei tendió la mano a la oposición. "Es más importante lo que nos une que nos separa. Tenemos problemas monumentales por delante. Solo tienen solución si abrazamos la bandera de la libertad". No obstante, advirtió a sus seguidores, que se abarrotaban alrededor del bunker de La Libertad Avanza (LLA), que habrá "gente que va a resistir" sus políticas."Quiero decirles, dentro de la ley todo, fuera de la ley nada. No hay lugar para los violentos. Seremos implacables para quienes intenten defender los privilegios". Los simpatizantes corearon: "Cristina (Fernández de Kirchner) va a ir presa".

Seguidores del candidato a la Presidencia de Argentina, el líder de La Libertad Avanza Javier Milei.

Seguidores del candidato a la Presidencia de Argentina, el líder de La Libertad Avanza Javier Milei. / Juan Ignacio Roncoroni

Razones de un triunfo

Milei, el anarcocapitalista que viene del mundo empresarial, sedujo a los unicornios de la economía y a los cuentapropistas, propuso lo inverosímil, desde delegar la soberanía monetaria a Estados Unidos, privatizar la salud y la educación, promover la venta de órganos, rechazar las políticas de género y alabar a Margaret Thatcher. Ha prometido anular la ley de despenalización del aborto. Incontinente, atacó al papa Francisco. La Iglesia Católica argentina no cerró filas públicamente con el Pontífice. Puso en duda la magnitud de la represión de la última dictadura militar (1973-83) y se burló del cambio climático. La desilusión colectiva tuvo más peso que las amenazas, jactancias y exabruptos terraplanistas, al punto de ganarse la simpatía de más de la mitad de los jóvenes. Ellos estuvieron presentes en los fastos triunfales, y aclamaron a Milei cuando dijo: "Se ha terminado una forma de hacer política. Venimos a hacer lo mismo que en el siglo XIX (cuando Argentina era el granero del mundo y no existían los derechos laborales). Dentro de 35 años volveremos a ser una potencia mundial".

Milei tomarás las riendas del país a cuatro décadas del recambio institucional que, de la mano de Raúl Alfonsín, puso en marcha la transición democrática después de siete años de una dictadura militar que ha comenzado a ser reivindicada por la ultraderecha, en particular por la candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel.  El futuro presidente gobernará sin gobernadores provinciales, y con los sindicatos, los colectivos feministas, las minorías sexuales y los movimientos sociales en contra. Argentina está partida en dos por razones que ya exceden la polaridad kirchnerismo-antikirchnerismo.

La transición y primeros anuncios

"Desde mañana, la responsabilidad es de Milei", dijo Massa. El presidente Alberto Fernández intervino desde su cuenta en la red X: "El pueblo ha expresado su voluntad. Nada valoro más que el veredicto popular. Mañana para organizar una transición ordenada". Luego se comunicó con el ganador de los comicios. El anarcocapitalista le pidió al Gobierno saliente "que se haga cargo hasta el 10 de diciembre". Milei, señalaron los analistas, quiere que el peronismo pague el coste de la debacle previa. Calificó de "canallada" la decisión de su oponente de tomarse una licencia en el Ministerio de Economía.

El lunes es festivo en Argentina. Pero el próximo mandatario ya hizo sus primeros anuncios. "Todo lo que pueda estar en las manos del sector privado, va a estar en las manos del sector privado". Se subastarán los medios de comunicación públicos, por ser "instrumentos de propaganda", y también la petrolera YPF, de la cual el Estado es dueña del 51% de las acciones y está cerca de alcanzar la autonomía energética.

La expectativa de los mercados es enorme, pero también la de los argentinos en general. Los mecanismos de contención del precio del dólar, que ha experimentado escaladas brutales durante los últimos meses, y la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) marcarán el pulso de los 21 días de transición. No se descarta una corrida cambiaria que termine de pulverizar el peso, la moneda nacional, para allanar el camino de una eventual dolarización de la economía. Con el paso de las semanas se corroborará la distancia entre sus propuestas de campaña --entre ellas la dolarización y el cierre del Banco Central-- y la realidad. Durante las últimas semanas ratificó sus propósitos y se desdijo muchas veces. Su voluntad de llevar adelante un ajuste de proporciones --reducción de un 15% del gasto público-- es inequívoca y el posible factor de malestar social.

El ultraderechista ya ha anunciado su decisión de subordinarse no solo a Estados Unidos sino de alinearse de manera inequívoca con Israel. También dijo que se convertirá al judaísmo. Su victoria en las urnas no solo se debió a la voluntad de cambio sino a "las fuerzas que vienen del cielo".