¿Quién es
Javier Milei?

El ultra histriónico

Por Abel Gilbert

¿Quién es
Javier Milei?

El ultra histriónico

Por Abel Gilbert

Hasta Javier Milei se debe haber preguntado cómo ha llegado tan lejos en su aventura política: el próximo 10 de diciembre tomará posesión como presidente de Argentina. Sin antecedentes ni preparación, con un carácter inflamable, el candidato de La Libertad Avanza (LLA) se ha convertido en un revulsivo para millones de ciudadanos desengañados de todo. La ultraderecha, hasta ahora con un historial insignificante en este país sudamericano, se ha alzado con la victoria en las elecciones en un país con una pobreza del 40%.

El tertuliano enfurecido

"¡Acá nunca hubo liberales en serio!". La exclamación debió sorprender a los noctámbulos. ¿Quién era ese gritón que calificaba al Gobierno del derechista Mauricio Macri de abrevar en las ideas de Karl Marx y aseguraba que en Argentina hay "presión fiscal nórdica, servicios africanos y políticos ricos"? El reloj marcaba las 00.35 del 27 de julio de 2016, el acta de nacimiento de Milei en las pantallas de televisión. El diario Clarín le llamó "el economista del peinado raro".

La rareza era su falta de linaje político. Había trabajado en un fondo de pensión privado. Había asesorado al exrepresor de la dictadura Antonio Bussi. Pero todo eso se sabría tiempo después. Milei se convirtió en un histrión que hacía subir la audiencia. La clave de su creciente popularidad estaba en su pulsión retórica. La humillación del otro y la amenaza de violencia física definieron sus rasgos. "¡Te estropeo!", "¡parásito!", "¡chupasangre!", "¡basura!", "¡ignorante!".

Una nueva voz

Sensación y espanto. Una nueva lengua comenzaba a circular en los medios. El próximo presidente de Argentina a comparar al Estado con "el pedófilo en el jardín maternal con los niños encadenados". Defendió el mercado privado de órganos y el uso de armas. Dijo que le daba lo mismo si un hombre se acuesta con una mujer, con otro hombre, o con un elefante. Hizo de la misoginia un estandarte. Los exabruptos aumentaron su visibilidad. Todo fue muy rápido para Milei. Recuerda Ernesto Tenembaum, columnista de Infobae, que a Macri le costó 12 años alcanzar la presidencia. Milei "invirtió apenas dos años de su vida" para salir de su condición de bufón a disputar primero un escaño en el Congreso y luego llevar a la ultraderecha a la segunda vuelta de este 19 de noviembre.

Hijo maltratado

Tuvo una infancia marcada por las tundas y maltratos psicológicos. Cuando comenzó la guerra con Gran Bretaña por la posesión de las islas Malvinas, en el otoño de 1982, Milei, con 11 años, se atrevió a predecir la derrota argentina. Norberto, el padre, un chófer de autobús, le "golpeó con una salvaje violencia", se lee en El Loco. La vida desconocida de Javier Milei y su irrupción en la política argentina, de Juan Luis González. La hermana Karina, testigo de la brutal paliza, "sufrió un shock tan terrible por presenciar la escena que hubo que llevarla al hospital". Desde entonces, la madre le hizo saber a su hijo que si Karina fallecía sería su culpa. Cuatro décadas más tarde, Javier Milei se confiesa públicamente admirador de Margaret Thatcher. Semejante identificación puede hacer que pierda las elecciones. Pero también supone una sutil venganza hacia su padre maltratador.

Fútbol y rock

No tuvo una buena infancia. En la escuela carecía de amigos y era objeto de bullying. Fue portero de Chacarita, un club de fútbol de la segunda división. Aulló también frente a los micrófonos en Everest, una banda que versionaba a los Rolling Stones. Mick Jagger devino objeto de referencia. Las fotos de esos años lo muestran con sudadera y pañuelo rojo alrededor del cuello. Milei se lanzó a componer sus propias canciones. La ninfómana, se llamaba una de las piezas del futuro especialista en sexo tántrico.

Jagger pasó de la rebeldía al conservadurismo (con la reverencia a Thatcher incluida). Qué mejor ejemplo para el economista en ciernes que, décadas más tarde, en honor a sus viejos gustos musicales iniciaría sus actos proselitistas con dos piezas muy populares del rock argentino, Se viene el estallido, de Bersuit Bergabarat, y Panic show, de La Renga, cuya letra habla de la furia de un león indómito como él. Ambas bandas le prohibieron usar esas canciones.

La motosierra

Ocurrió en verano de 2019. Milei apareció en la Otacon Party, un evento dedicado al anime, el cómic y la música pop coreana, vestido como un superhéroe. "Hola, soy el General Ancap. Vengo de Liberland, una tierra creada por el principio de apropiación originaria del hombre". Llevaba un antifaz, una armadura con su capa, guantes amarillos, un tridente dorado. Su misión era "cagar a patadas en el culo a keynesianos y colectivistas hijos de puta". Hasta el cosplay se volvía político.

El General Ancap tenía un héroe: Murray Rothbard, el autor de Monopolio y competencia. El libro se convirtió en su biblia. Adoptó el libertarismo de derecha. Después del tridente vino la imagen de la motosierra como símbolo de un corte radical. "Sobre la función fálica de la motosierra se podría escribir un divertido ensayo si no fuera que porque lo que está en juego es la vida de tantas personas", advirtió Jorge Fontevechia, director del diario Perfil.

Demoler el Banco Central

Los derrapes de Milei se han convertido en un festín de interpretaciones, a veces de corte psicoanalítico. El odio de Milei al Banco Central, su deseo de verlo arder, para abrir las puertas de la dolarización, es considerado una proyección de la furia contenida contra sus progenitores, disfrazada de jerga anarcocapitalista. Pero el candidato de La Libertad Avanza (LLA) ha tenido su propio trauma con la entidad que emite los billetes argentinos. Tras graduarse como economista en una universidad menor hizo una pasantía en el Banco Central que no fue renovada por cuestiones del orden emocional, según se sugirió en su momento.

El factor Karina

Milei debe ser el primer candidato presidencial del mundo que se ve obligado a negar públicamente que tiene relaciones sexuales con su hermana. Más allá del desmentido personal, Karina es su sostén personal y político. Ella volvió a reunirle con sus padres y es también su puente con el esoterismo de toda clase. Le recomendó que abandonara a un brujo que había conocido a través de Twitter. Le conectó con su mentora especializada en "comunicación interespecies". Karina es para Milei una encarnación de Moisés que coloca al economista, repentino estudioso de la Torah, en apenas un divulgador de la "misión divina". El papel de la hermana en la ultraderecha se ha masculinizado. La llaman "El jefe".

El perro Conan

El primer capítulo del libro de Milei, El camino del libertario, está dedicado a Conan, "el verdadero y más grande amor" de su vida. Cuando habla del mastín inglés parece referirse a una relación sentimental. Milei prefería comer poco para que no le faltara alimento a su perro. Conan murió en 2017. Afrontar su pérdida, señala el biógrafo González, fue para él "sencillamente imposible". Para soportarlo hizo su inmersión en la espiritualidad. También confió en la ciencia y lo clonó. Tras ganar las primarias de agosto, el sitio PerPETuate, "la primera compañía de preservación genética de mascotas del mundo", saludó su victoria en las urnas. Sus actuales perros -sus "hijos de cuatro patas"- llevan los nombres de sus economistas preferidos.

Pandemia y romances

La pandemia aceleró su radicalización. Milei fue un pertinaz opositor a la "locura de la cuarentena cavernícola" dispuesta por el Gobierno peronista y avalada por "la mierda de la Organización Mundial de la Salud". Esa aversión llegó a una película, Pandenomics, del cineasta Santiago Luis Oría, donde, bajo las ruinas de un país destruido, emerge un héroe, él mismo. "Ahora deben pagar las consecuencias", advertía Milei, borrando la distancia entre fantasía y realidad.

Consiguió tener un partido político, cuatro perros clonados, una hermana que vela por él. Al hombre solitario y sin amigos le faltaba una novia, y la encontró en un estudio de televisión. Nada menos que Fátima Florez, una cómica imitadora de la expresidenta y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

De Rajoy a Calamaro

En campaña, Milei no encontró mayores adhesiones de las que recibió en las redes sociales. Apenas un texto de apoyo de ocho expresidentes conservadores de América Latina, suscrito en España por Mariano Rajoy y por el escritor peruano Mario Vargas Llosa. La ultraderecha global sentía su posible triunfo como un avance de las posiciones políticas más reaccionaria. Milei no obtuvo el sostén de las figuras públicas. Como rareza de las redes ha quedado una ambigua posición favorable hacia su candidatura del músico Andrés Calamaro, acaso apenas una provocación.

Radicalización

Detrás del personaje hilarante y gritón late un programa político. LLA tendrá como vicepresidenta a Victoria Villarruel, defensora de la última dictadura militar argentina (1976-83). Milei entró pronto en sintonía con el trumpismo, Jair Bolsonaro y Vox. En alianza con Macri, será presidente de un país hundido en la pobreza. De su boca salieron palabras inauditas. Milei ha corrido tanto el horizonte de posibilidades hacia la derecha que su rival, el moderado Sergio Massa, asomó como progresista. Esas palabras e ideas ya no asustan a nadie. Lo brutal ha devenido natural.

Un reportaje de EL PERIÓDICO
Textos: Abel Gilbert