Segunda vuelta en Argentina

Victoria Villarruel, la candidata a vicepresidenta de Argentina que da más miedo que Javier Milei

Sergio Massa y Javier Milei: saltan chispas en el último debate presidencial de las elecciones en Argentina

La moderación imposible de Javier Milei y la ultraderecha argentina

La candidata a vicepresidenta de Javier Milei, Victoria Villarruel.

La candidata a vicepresidenta de Javier Milei, Victoria Villarruel. / LUIS ROBAYO / AFP

Abel Gilbert

Abel Gilbert

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El metro de la ciudad de Buenos Aires es un infierno sonoro. Chirridos, bocinas, voces, gritos, músicos en los vagones. Todos los viajes se encuentran por encima de los niveles "claramente inaceptables" de ruido. El promedio diario es de unos 90 decibelios, pero puede ser mayor. Ricardo Gené tiene 79 años. Es médico y docente pensionado. No suele utilizar ese medio de transporte. Pero horas atrás sintió, a pesar del ruido que ensordece, una necesidad, la de hablarle a los pasajeros de los peligros que se avecinan si gana Javier Milei las elecciones del domingo frente al peronista Sergio Massa en una contienda muy reñida. La ultraderecha, alertó, quiere acabar con la educación universitaria gratuita.

Elsa Lombardo hizo lo mismo. La socióloga es una superviviente del campo de concentración El Olimpo, que funcionó durante la última dictadura militar (1976-83). Lombardo fue una de las testigos del histórico juicio a los excomandantes, de 1985. Su intervención en el metro tuvo un mayor dramatismo. Ella pidió "por favor" a su auditorio rechazar a Milei en las urnas "en nombre de los que no están, que son miles, en nombre de los bebés que nunca aparecieron, en nombre de los que estamos saliendo de la comodidad de nuestra casa y contar nuestra historia". Al callar, entre aplausos, unas pasajeras la abrazaron. Había sucedió algo similar el pasado fin de semana con Anita Fernández, la nieta de una de las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo, desaparecida en 1977. Su madre, a los 16 años, había sido secuestrada y torturada. Otra víctima del terror recurrió al mismo llamamiento.

Situación inédita

Martina Miravalles y su hermana Luciana decidieron hablar con pasajeros de la línea B. Recordarles que Milei es admirador de Margaret Thatcher quien, durante la guerra por la posesión de las islas Malvinas con Gran Bretaña, en 1982, ordenó el hundimiento del crucero general Belgrano fuera del área de exclusión. El ataque provocó la muerte de 323 soldados argentinos. "Tengo compañeros muertos. Tenemos la responsabilidad de tener un voto considerando a la patria, a esos pibes. No nos olvidemos el domingo", exhortó una de las hermanas. En otro vagón, una madre con tres hijos discapacitados pedía que no se vote a Milei porque se quedará sin los subsidios estatales.

"En los medios de transporte, algunas personas toman la palabra. No tienen volantes ni papeles ni nada que vender. Tienen una lengua, un testimonio, un cuerpo. Dicen su historia. Nacieron de mujeres torturadas, tienen hijos que necesitan la salud pública, son médicos sanitaristas, pasaron por el campo de concentración", observa la escritora María Pía López. "Cada quien habla en su nombre para recordarnos que hay vida en común si el crimen no se convierte en política de estado".

Miedo a Milei y a su vice

El miedo a Milei se vocifera. Pero no solo su nombre provoca por estas horas pavor. También su vicepresidenta, Victoria Villarruel, hija de un oficial del Ejército que participó de la represión y, en democracia, se negó a jurar la Constitución. Su tío también estuvo relacionado con la dictadura. Villarrruel es defensora de la actuación de las Fuerzas Armadas hace casi medio siglo y reclama la libertad de los uniformados que han sido condenados por graves violaciones a los derechos humanos.

No solo la posibilidad de un triunfo de Milei provoca escalofríos en una parte de la sociedad sino una conjetura que ha comenzado a ser corriente estos días: el candidato anarcocapitalista, debido a su inestabilidad emocional, podría abandonar el cargo, algo que ya ha sucedido en Perú y Brasil, por razones diferentes. En ese caso, lo sucedería Villarruel. "¿Ella el plan de (Mauricio) Macri?", se preguntó Jorge Fontevechia, director del diario Perfil, e ilustró su columna con una foto pasada por la inteligencia artificial de la candidata con la banda presidencial y el bastón de mando. El expresidente Macri es, a estas alturas, algo más que un aliado de la ultraderecha. Quiere ser el gran titiritero detrás del escenario.

Un cogobierno militar

Villarruel ha lanzado su propio sello a sólo cinco días de las elecciones. De acuerdo con el portal La política online, en caso de ganar el domingo, la vicepresidenta se propone "suplantar la debilidad política que tendría un gobierno de La Libertad Avanza, sin gobernadores propios y con minorías en ambas cámaras del Congreso, con el apoyo de los militares". En esa dirección buscará ocupar áreas críticas del gabinete de Milei con personal militar, como hizo Jair Bolsonaro en Brasil. Una de las áreas que quiere tener a su cargo es la Aduana. El impulsor de ese plan es el coronel retirado Jorge Vives, quien trabajó en inteligencia militar y forma parte de la Fundación prodictadura Oíd Mortales.

Bullying a los "zurdos"

Villarruel dio la nota en los últimos días de esta campaña. Al debatir en la televisión con el candidato a vicepresidente del peronismo, Agustín Rossi, defendió al exoficial del Ejército Juan Daniel Amelong, quien acumula cinco condenas por secuestro, torturas, desapariciones y robo de bebés. Pero también la aspirante de La Libertad Avanza advirtió que, de llegar al Gobierno, quiere "rediscutir" la ley que garantizar la interrupción voluntaria del embarazo y, además, reciclar las instalaciones de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el campo de concentración más importante de la capital argentina que la Unesco declaró Patrimonio Cultural y Natural Mundial por ser "el símbolo más prominente del terrorismo estatal". Según Villarruel, esas 17 hectáreas "podrían ser disfrutadas también por todo el pueblo argentino, sobre todo, porque en su momento estaban destinadas a ser escuelas, que es lo que más necesitamos". La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, aseguró que lo que busca la ultraderecha es "borrar la historia".

De esa zozobra habló en el metro Fernández y recordó que la candidata a vicepresidenta "dice que su deporte favorito es hacer bullying y pegarle a los zurdos". Algunos pasajeros no le prestaron atención. Otros la miraron al pedir "nunca más” y "por favor, por la democracia no voten a Milei".

Suscríbete para seguir leyendo