Parálisis en el Congreso

Los republicanos de EEUU eligen a Steve Scalise como candidato a presidir la Cámara de Representantes

Parálisis, dudas y más batalla interna: los efectos de la inédita situación en el Congreso de EEUU

Steve Scalise.

Steve Scalise. / AP / J. SCOTT APPLEWHITE

Idoya Noain

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El congresista de Luisiana Steve Scalise ha sido elegido este miércoles por una mayoría de republicanos para optar a ser presidente de la Cámara de Representantes, un puesto que está vacante desde el martes pasado después de que una rebelión de ultras consiguiera destituir al ‘speaker’, Kevin McCarthy y dejara en parálisis el Congreso. Cuándo acabará esa parálisis, no obstante, sigue rodeado de incertidumbres por las persistentes y profundas divisiones republicanas y aunque inicialmente se planteó celebrar la elección en el pleno de la Cámara este mismo miércoles, finalmente se decidió postergarla.

En la votación secreta y a puerta cerrada de los republicanos este miércoles Scalise, que llegó al Congreso en 2008 y desde enero era el número 2 de los conservadores en la Cámara Baja, ha logrado 113 votos a favor y 99 en contra. La candidatura del congresista de 58 años, que en 2017 resultó herido pero sobrevivió en un tiroteo de un extremista antiTrump y desde agosto se somete a quimioterapia para tratar un cáncer de sangre, se ha impuesto a la de Jim Jordan, el representante de extrema derecha que confundó el ultra Freedom Caucus, preside el Comité Judicial y contaba con el respaldo de Donald Trump. Tanto Scalise como Jordan votaron contra la certificación de los resultados electorales legítimos de 2020 que declaraban ganador a Joe Biden.

Ese resultado de Scalise representa solo dos votos más de la mayoría simple que necesitaba dentro de la conferencia republicana para lograr la nominación. Y exponía su gran reto: garantizar que, una vez que se vote en el pleno , donde la elección depende tanto de republicanos como de demócratas, consigue los 217 votos necesarios si todos los congresistas de las dos formaciones votan.

Incertidumbre

Aunque algunos republicanos habían intentado que para lograr la nominación fuera requerido obtener esa cifra de 217 ya en la conferencia, buscando sobre el papel evitar que se volvieran a exhibir en público las divisiones que sonrojaron al partido en enero, cuando McCarthy tuvo que someterse a 15 rondas de votación en el pleno para lograr su elección, su enmienda a las reglas ha sido rechazada. Y por eso se entraba de nuevo en la incertidumbre.

Algunos de los congresistas que querían a Jordan como nominado no han garantizado que respaldarán a Scalise en la votación, algo que inicialmente tampoco ha hecho el propio Jordan, aunque tras una reunión con el nominado ha ofrecido hacerle el discurso de introducción cuando llegue el momento de la elección. Ese gesto puede ayudar a convencer a algunos de sus aliados.

Eso, en cualquier caso, sigue sin garantizar respaldo suficiente para el nominado. Algunos criticaban abiertamente que se intentara celebrar la elección de forma acelerada. Aunque varios de los representantes más ultra anunciaban que votarían por Scalise otros como Marjorie Taylor Greene anunciaban su intención de no hacerlo. Y aliados de McCarthy, con quien Scalise ha tenido una relación profesional pero también gélida, siguen indignados con la destitución del californiano y quieren que vuelva a ser el presidente. Dado que Scalise solo puede permitirse perder cuatro votos en su bancada, se abría otro periodo de negociaciones frenéticas entre los conservadores.

Las prioridades de Scalise

En sus primeras palabras ante la prensa Scalise ha obviado la complejidad de su propia situación. Ha preferido centrarse en la agenda conservadora que promete promover desde el cargo para el que ahora es el nominado, y en la importancia de la elección. "Necesitamos asegurar que mandamos un mensaje a la gente de todo el mundo de que la Cámara de Representantes está abierta y funcionando".

Scalise también ha asegurado que su primera acción si llega al puesto será impulsar una resolución que reafirme el compromiso con Israel. Además, ha asegurado que quiere mantener una reunión sobre seguridad en la frontera con el presidente Biden, tras el que ocuparía el segundo lugar en la línea sucesoria si es elegido. A diferencia de Jordan, él se ha mostrado a favor de seguir dando ayuda a Ucrania.

En la breve comparencia , sin aceptar preguntas, Scalise ha hablado de la situación presupuestaria, crítica en EEUU. Aunque se aprobó con apoyo bipartidista una prórroga que ha permitido mantener operativo el gobierno (la acción que los rebeldes contra McCarthy esgrimieron como razón para echarlo del cargo), esa norma solo garantiza los fondos hasta el 17 de noviembre. Y habrá que votar otra prórroga o lograr la aprobación de las 12 leyes presupuestarias individuales, algo que es complicado con el control del Congreso dividido. Los republicanos ya han aprobado tres de esas normas en la Cámara Baja, pero no tienen opción en el Senado controlado por los demócratas al incluir fuertes recortes de gasto que no estaban acordados cuando los dos partidos lograron también un pacto para suspender el techo de la deuda. .